lunes, 25 de febrero de 2013

Mitomanía

¿A quién de nosotras no le tocó salir alguna vez con un mentiroso? Ese pibe que te chamuyó a más no poder y te terminó conquistando, quizás no por quien era realmente, sino por quien aparentaba ser con sus mentiras. O tal vez conocimos alguna amiga, amigo, quizá familiar familiar, con ésta misma manía de mentir. 
Pero, ¿qué pasa cuando esas mentiras dejan de ser "mentiritas piadosas" y pasan a ser mentiras compulsivas y enfermizas? ¿Cuando ya no estás segura de poder discernir bien entre la realidad y la ficción de lo que el mentiroso dice?.
Yo, por mi parte, después de salir con un chico terriblemente mentiroso (del que me enamoré), me interesé mucho por saber cuál era su necesidad de mentir todo el tiempo, ya sea con cosas graves o con boludeces del día a día: lo único que sabía hacer era mentir. Y decidí empezar a investigar un poco el tema, llegando a la conclusión de que tal vez estaba saliendo con un mitómano. ¿Qué es esto? Un mitómano es un mentiroso compulsivo, alguien que no sólo le miente a su entorno sino que también se miente a sí mismo.
Lo que diferencia al mitómano de una persona mentirosa, es que el mentiroso inventa mentiras para defenderse o protegerse, es decir, con una finalidad, pero en el mitómano prevalece el carácter compulsivo de la mentira sin una fuente de motivación: es como una tendencia a desfigurar la realidad; imagina y siente cosas que no suceden realmente. Pero ojo, si bien se dejan llevar por sus fantasías, mienten dándose cuenta de que están mintiendo.
Otra característica muy típica de estas personas, es que suelen hablar de sí mismos en exceso y tratan de hacer creer a los demás que son personas completamente geniales, especiales, fuertes, seguras, frías, insensibles, etcétera. Esto puede ser una manifestación de baja autoestima, de un sentimiento de inferioridad que busca encubrir para sentirse alguien importante.
Las características que definen a los mitómanos son:
1. Las historias contadas no son del todo improbables, ya que a menudo tienen algo de verdad. 
2. La tendencia a mentir es duradera, no es provocado por una situación específica sino que más bien se trata de una característica de la personalidad. 
3. Las historias contadas tienden a presentar al mentiroso de manera favorable, nunca va a contar algo que lo haga quedar mal parado.
La mitomanía también puede presentarse como falsos recuerdos, donde realmente cree que sus mentiras sucedieron, sin tener en cuenta que estos eventos son fantasías de su mente. Puede creer que él ha cometido actos, que son parte de sus propias fantasías.
Mentir requiere un gran esfuerzo, es casi como leer la mente. Los mitómanos no pueden diferenciar la verdad de la mentira, y se contradicen constantemente, además son manipuladores y acosan o amenazan a la gente. Son muy descarados en su forma de ser, pero muy frescos cuando hablan de ella.
Es posible encontrar en las personas la mentira, a tal punto que hay quienes mienten y engañan casi todo el tiempo, y lo distintivo de esto es que no hay necesidad de mentir, es decir, ese engaño no le sirve para nada, sino que lo hacen sin razón, por llamar la atención o simplemente para tener "algo" que contar.


@Incredulas - 24/02/13

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