Cosas que siempre tengo que justificar:
1. Por qué no me gustan las aceitunas.
2. Por qué no compro cosas por Mercado Libre
3. Por qué no sé cocinar.
4. Por qué me gustan los gatos y no los perros.
5. Por qué no me gusta el fútbol.
6. Por qué no quiero tener hijos.
Lo peor de todo es que me tomo la molestia de explicarle a la gente el por qué de la lista anterior, de tener que explicar por qué pienso como pienso, pero debería de contestar el típico "¿qué te importa?" pero nunca puedo, no sé por qué tengo esa necesidad de justificar mis acciones.
La que más tengo que explicar es el por qué me gustan los gatos. Volvemos a lo mismo, ¿Quién lo va a tener, vos o yo? ¿Quién lo va a cuidar, vos o yo? ¿A quién le va a hacer compañía, a vos o a mí? Y aun así, tengo que tener el casi discurso preparado del por qué me gustan los gatos y no me gustan tanto los perros.
Cuando estaba viendo gatos para adoptar, y comentaba la idea, no hubo una sola persona que me dijera: "¿Gato, por qué un gato? ¿Por qué no un perro?" como si les estuviera diciendo que quiero tener una llama o un cocodrilo.
Y vuelvo a lo mismo, de la necesidad patológica que tengo de justificar mis acciones, todas y cada una de ellas. Y me di cuenta que no soy la única, la mayoría de las personas somos así, y yo también soy parte del problema, porque me tocó preguntar varias veces. ¿Por qué siempre tenemos que justificarnos y pedirle a la gente que se justifique?.
Mi única teoría es que cuestionamos a la gente que es diferente a nosotros, porque esa actitud o pensamiento se nos hace diferente.
Algún día voy a armarme de valor y decirle a la gente que no me pida más explicaciones y recién ahí seré feliz.
@Incredulas - 31/10/15