viernes, 8 de febrero de 2013

Mamá

De chiquitos le decíamos "mami", "mamita", "mamu". Cuando crecimos un poco y entramos en la pre adolescencia se transformó en un seco "mamá", y una vez que crecimos nosotros, también hicimos crecer al nombre llamándolo "vieja".
Se me hace un poco difícil escribir sobre un tema como este, sobre un ser tan magnifico como puede ser una madre.
Creo que el amor que es capaz de sentir una madre, no es capaz de sentirlo ningún otro ser en el planeta. Las madres no son orgullosas, las madres saben perdonarnos. 
¿Cuántas veces las lastimamos con palabras en medio de una discusión? ¿Cuántas veces las decepcionamos por algún acto de locura que hicimos? ¿Cuántas veces deseamos tener otra mamá en pleno auge de enojo?. Pero después de una pelea, al tiempo, sentimos esa enorme necesidad de ir y abrazarla, de decirle que nos perdone y que la amamos, pero no, nuestro orgullo siempre es más grande, siempre puede más, y decidimos quedarnos encerradas en nuestros cuartos dejándonos manejar por el enojo.
A ellas, mujeres fuertes e independientes, que nos enseñaron todo de la vida. A ellas que, con una simple sonrisa, con un simple abrazo o con un simple "te quiero" las podemos hacer las personas más felices del mundo...¿Y por qué no lo hacemos? Porque estamos muy ocupadas, preocupadas por nuestra propia vida, preocupadas porque el chico que nos gusta está con otra, preocupadas porque estamos peleadas con una amiga o simplemente ocupadas en nuestras vidas, cuando para ellas su vida pasa por nosotras. Estamos tan ocupadas viviendo, que nos olvidamos de todo lo que ellas hicieron por nosotras, las infinitas veces que dormía incómoda en un rincón de la cama porque vos estabas en el medio de los dos durmiendo, las veces que se desvelaba, preocupada por vos porque tenías solamente 37° de fiebre. Preocupada, y orgullosa de ver como su nena iba de a poco creciendo. Vayamos ahora y démosle ese abrazo que hace tanto no le damos. 
Las madres son el mejor regalo que Dios nos pudo dar, porque siempre están. Muchas veces, por ahí no se presentan en forma física, pero igualmente están, aunque no se vean, están en cada paso que damos, están en cada sonrisa y en cada lágrima, y nos cuidan, en todas sus maneras.

4 comentarios:

  1. muy lindo, la verdad que me emocione. ya lo voy a compartir en tw! las felicito sigan asi genias

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  2. Pienso exactamente lo mismo que ustedes. A mi también me emocionó porque es cierto que ellas se merecen como mínimo un abrazo o un "Te quiero" y no somos capaces de darselos por el orgullo. Muy, pero muy sabias palabras. Yo soy muy amiga de mi mamá por eso me encantó leerlo. Gracias!!

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  3. Les juro que me emocioné, tengo los ojos lagrimosos, la verdad son unas totales genias. Sigan así
    Lu

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