jueves, 27 de octubre de 2016

Te invito

Te invito de manera sincera a ser el dueño de mis días, de mis tardes, de mis noches.
Te invito a poseer mi alma con la misma intensidad que mi cuerpo.
Te invito a acariciar mi corazón y abrazar fuertemente mi espíritu para que nunca pase frío ni se sienta desprotegido por la madrugada, cuando la oscuridad asalta.
Te invito a besarme.
Te invito a ser el hombre de mi vida.
Te invito a amarme y respetarme por siempre, sólo si vos querés, porque por eso es una invitación, apelando a tu voluntad. No es tu obligación, y así me gusta, que nazca de vos ser mío, solamente mío.
Te invito a contemplar el fondo de mi alma y a verte reflejado en ella. ¿Qué ves? Puedo asegurarte que vas a ver puro amor, porque eso es lo que existe dentro de mí, y te lo quiero dar a vos, solamente a vos, porque lo merecés por ser el hombre de mis sueños, con el que siempre quiero estar.
Te invito a sonreír junto a mí, a reírnos de la vida, a tomarnos la existencia con humor, que a final de cuentas todo esto no es más que una broma, pero una broma de buen gusto.
Te invito a tomar muchas fotos de momentos hermosos de nuestra vida juntos. 
Te invito a viajar, a conocer este globo llamado planeta Tierra, que la vida es una y hay tanto espacio por conocer...y yo lo quiero conocer a tu lado.
Te invito a conocer a papá, a mamá y a mis hermanos. Sé que los vas a adorar y que ellos te van a recibir como parte de la familia. 
Te invito a que escribamos una historia juntos con nuestra vida en pareja. 
Te invito a que construyamos una relación hermosa, única, sólida, estable, que sea modelo y hasta envidia para los demás.
Te invito, en fin, a amarme.
¿Querés?

lunes, 24 de octubre de 2016

Mujeres fuertes

Vivimos en una época en donde la mujeres dejaron de ser sumisas y resignadas. Ya no son el sexo débil, sino todo lo contrario, son aguerridas, valientes y fuertes. Ahora son mujeres que ya no quieren ni están dispuestas a permitir abusos, maltratos y faltas de respeto. Ahora son mujeres intensas que representan un verdadero reto para los hombres, porque anteponen ciertos aspectos de su vida como prioridad.
Sí, se necesita mucho valor, perseverancia y cariño para amar a una mujer fuerte y con carácter, y no es que lleven a cuesta un escudo o espadas para defenderse, porque no son mujeres rencorosas y vengativas que vienen luchando, desquitándose y haciendo daño a quien se pone de frente. Hablo de otro tipo de fortaleza que viene de un estado más profundo de madurez: la de haber sufrido grandes caídas y grandes desengaños. Para levantarse, curar las heridas, continuar y no volver a caer en el mismo error, se necesita inteligencia y mucho amor propio.
Ahora son mujeres con historia, difíciles de comprender, porque son esas historias las que las hicieron fuertes y con carácter, porque es a base de golpes que aprendieron a amarse y valorarse, a defender sus valores y principios y, sobre todo, aprendieron a no basar nuestra confianza y autoestima en la aprobación de los demás, porque saben que la vida la crean ellas mismas con elecciones, correctas o no. Pero eso sí, siempre dispuestas a aceptar nuestros errores y redimirlos, a crecer y evolucionar.
Es cierto que muchas veces parecen mujeres frías, que no muestran fragilidad, a las que es difícil sorprender, pero en realidad, son muy frágiles, es sólo que saben controlar esas emociones, las conocen a la perfección y las identifican de manera muy inteligente, pero las reservan para ellas mismas. Saben hacer introspección y detectar el mensaje de esas emociones, pero también saben mantener la cabeza fría cuando es necesario.
Para amar a una mujer fuerte y de carácter, se necesita mucho valor porque es una mujer que quizá tampoco sabe lo que quiere, pero al menos sabe lo que no quiere en su vida. Es segura de sí misma y siempre se da su lugar, porque para ella su vida y sus intereses son prioridad. Y no, no confundas, no es egoísmo ni soberbia, es sólo que está tan orgullosa de lo que es y tan satisfecha con su vida, que no se permite ponerse en manos de otras personas.
Se necesita mucho valor para amar a una mujer fuerte y de carácter porque son luchadoras, competidoras y conquistadoras, y comprenden perfectamente los riesgos de la vida, saben que ser feliz es atravesar límites, abrir la mente a lo diferente, romper prejuicios y creencias a las que la han atado la sociedad. Saben que la vida es una gran aventura y, como tal, merece ser vivida con intensidad.
Si querés amar a una mujer fuerte y con carácter, tenés que tener mucho valor, porque con ellas es diferente, con ellas se crece, se combate, ya que nunca se rinden, ya sea que pierdan o que ganen. Para ellas no hay nada más emocionante que desbordar tus límites y provocar constantemente tu fuerza.
Para amar a una mujer así, necesitás ser valiente, porque regularmente vienen cargadas de pasado, con el corazón un poco rasguñado, algunos fantasmas silenciosos y cicatrices que son su principal testimonio de vida, y tendrías que aceptar, no temer, reprochar ni dudar de su pasado.
No es fácil amar a una mujer fuerte, porque ellas ya no se conforman con relaciones pasajeras. Esperan compromiso y honestidad porque están más que dispuestas a devolverlo con la misma pasión que aplican a cualquier otro aspecto de su vida. Y son tan leales que no habrá nadie más digno de tu confianza que una mujer así. Si ella decide que te quiere en su vida, te lo da todo, hasta su alma.
Amar a una mujer fuerte y de carácter es todo una aventura, pero si no tenés el valor, no la retes, no la provoques, porque al final sólo te quedará el arrepentimiento de no haber sabido estar a su altura.

viernes, 21 de octubre de 2016

El proceso de desilusión

De nuevo, otra vez caí como una idiota. Estoy todo el tiempo buscando amor donde claramente no hay un nada más que falsas ilusiones. Es horrible animarse sabiendo que eso te va a hacer mierda, pero igual animarte. ¿De que sirve jugársela por lo que uno quiere si vas a terminar lastimado? A mí eso me duele, pero yo ya sabía las consecuencias y me arriesgo igual...¿Para qué? Si ya sé la respuesta...y sé que a muchas chicas les pasa lo mismo.
Esperás, insistís, te ilusionás, querés más de la cuenta, seguís insistiendo con disimulo y, cuando te das cuenta que el mundo entero que te pintó, es un puro "bla bla" y ahí llega la peor parte. Sufrís, llorás, pataleás, maquineás...Pero nada puede sacarte esa tristeza y ese malestar por haber sido rechazada otra vez.
Sentirse boludeada por la persona que más querés es una de las peores sensaciones del mundo, y en segundo puesto está sentirse vacío por entregar y no recibir lo que esperabas sino todo lo contrario.
Tal vez debas ser vos misma quien ponga fin a eso, quien se vuelva un poco más fría y corte con tanta dulzura. Tal vez llegó el momento de tomarse las cosas de manera más relajada y no esperar más de la cuenta de quien no te va a dar nada. Tal vez, sólo tal vez, es momento de abrir los ojos.

miércoles, 19 de octubre de 2016

Todos somos culpables

La amiga que sueña con un marido que la mantenga mientras ella no trabaja ni hace nada.
El pibe que escribe letras de música donde se camuflan violaciones o ataques sexuales.
La madre que educa machitos y princesas.
El compañero que te dice: "¿qué te pasa? ¿te vino?".
La tía que te dice que siendo así no vas a conseguir novio.
El papá que compra muñecas, cocinitas y lavarropas para la nena, y aviones, autos y juegos de química al varón.
El novio que te revisa todas las redes sociales porque no confía en vos.
La compañera que te dice que otra parece una puta por cómo está vestida.
La mamá que te reta si querés jugar al fútbol, porque eso no va, no es femenino.
La policía que, cuando denunciás agresión, te preguntan qué habrás hecho para que él te pegue.
El papá que paga por sexo con chicas de la edad de su hija.
Los compañeros de trabajo que en vez de escucharte lo que tenés para decir, te piden que les sirvas un café o hagas el mate.
La marca de detergente que en la publicidad solamente te habla a vos, mujer.
La enfermera que te grita: "bancatela, mami, dale...¡bien que te gustó hacerlo!" cuando estás por parir.
La vecina que, cuando se entera que una conocida fue golpeada, dice: "¡qué pelotuda! ¿por qué no se fue cuando le dio el primer golpe?"
Los concursos de belleza en la televisión.
El chico con el que estás saliendo que te obliga a hacer algo en la cama que no querés y se fija sólo en su placer.
El pibe que en el boliche te dice: "ahora no me podés dejar así..."
El compañero que te humilla, que te adjetiva, que te menosprecia.
La mamá que te obliga a levantar los platos sucios de la mesa mientras tu viejo y tus hermanos varones se quedan tirados en el sillón mirando tele.
El obrero de la esquina de tu casa que te grita groserías cada vez que pasás.
El chico que pega panfletos de otras chicas que venden su cuerpo.
La amiga que me boludea porque me compro libros en vez de carteras.
El pelotudo que pregunta: "¿y por qué no existe el día del varón, eh?"
La abuela que te dice que uses tacos, porque no da estar siempre en zapatillas y hay que ser un poco más femenina.
El compañero de facultad que me mira las tetas todo el tiempo.
El chabón al que rechazás en el boliche y acto seguido te empieza a insultar o tratar de zorra.
Todos ellos están reunidos hoy frente al televisor preguntándose cómo puede ser que hayan asesinado a otra mina.

Ni una menos

Evelyn. 8 años. Fue secuestrada por un vecino mientras iba al almacén del barrio. Luego de un ataque sexual frustrado, él la torturó y la enterró aún viva.
Nair. 9 años. La violaron y la asesinaron en 1989. El caso quedó impune por falta de pruebas. 
Candela Rodríguez. 11 años. La secuestraron, la violaron y nueve días después apareció su cuerpo sin vida dentro de una bolsa.
Micaela Galle. 11 años. Asesinada por el marido de la madre.
Yanela Medina. 11 años. Fue secuestrada, violada y asesinada por empalamiento.
Micaela Ortega. 12 años. Desapareció en Bahía Blanca y apareció un mes después, víctima del grooming.
Chiara Páez. 14 años. Quedó embarazada, y su novio de ese momento no quería ese bebé, por lo tanto la mató y enterró el cuerpo en su casa bajo la complicidad de su familia.
Lola Chomnalez. 15 años. Fue asesinada hace dos años y no hay ningún detenido por el crimen.
Natalia Melmann. 15 años. Golpeada, torturada, violada y estrangulada con sus cordones en Miramar por policías de la bonaerense. 
Serena Rodríguez. 15 años. Fue apuñalada 49 veces y la degollaron. La navaja tenía ADN de su ex novio.
Ángeles Rawson. 16 años. Fue violada y asesinada por el portero de su edificio, Mangeri. Un día después, su cuerpo fue encontrado tirado en el CEAMSE.
Lucía Pérez. 16 años. Fue drogada, violada por tres hombres y murió por empalamiento. Quisieron hacerla pasar por muerte de sobredosis.
Lucila Yaconis. 16 años. Fue asfixiada por resistirse a una violación. Fue en Núñez, en las vías, a una cuadra de su casa.
Lilia Alejandra García Andrade. 17 años. Fue hallada después de una semana en la que fue secuestrada, torturada y asesinada.
Yesica Muñoz. 16 años. Fue arrastrada hasta un descampado, violada y estrangulada por cuatro varones, uno de ellos menor de edad. Siguen libres.
Ángela Lerena. 17 años. Su novio la mató de 113 puñaladas. Él fue condenado, preso y luego lo liberaron. Al tiempo, volvió a ingresar por denuncias de su nueva mujer.
María Soledad. 17 años. La violaron, le quebraron la mandíbula, le cortaron el cuero cabelludo y las orejas. Hoy su asesino está libre.
Melina Romero. 17 años. El día de festejo por su cumple, desapareció en San Martín. La hallaron muerta un mes más tarde junto a un arroyo.
Araceli Ramos. 19 años. Fue asesinada por un hombre que la citó a una entrevista laboral falsa.
Daiana García. 19 años. Fue a buscar trabajo y apareció en una bolsa al costado de la ruta. Se la cuestionó por haber ido en short a la entrevista laboral.
Bárbara Tiscornia. 21 años. Su novio la intentó matar de un tiro en la cara. Él fue ayudado por su padre, médico, a deshacerse del cuerpo, y ella aún estaba con vida.
Marina Menegazzo. 21 años. Recibió seis puñaladas en el cuello, una le rompió la médula. Tenía signos de haber sido abusada sexualmente.
Marlen del Rosario Franco. 21 años. La raptaron a la salida de un boliche en Santa Fe. Fue violada y estrangulada.
Yamila Garay. 21 años. Desapareció de su casa en Huerta Grande, Córdoba, y apareció muerta en una cantera tres días después.
Beatriz Valencia Parra. 22 años. Encontraron su cuerpo adentro de una caja de cartón en La Matanza. Está detenido su marido.
Camila Carletti. 22 años. Estuvo diez días desaparecida, hasta que fue encontrada atada de pies y manos y con el cuello cortado en el arroyo Santa Catalina.
María José Coni. 22 años. Fue secuestrada, violada y asesinada junto con su amiga Marina durante unas vacaciones.
Samantha Yoerg. 22 años. Encontraron su cuerpo en un cañaveral en General Cabrera, Córdoba. Su marido se declaró culpable.
Julieta Mena. 23 años. Fue asesinada a golpes. El principal y único sospechoso se encuentra todavía detenido: su pareja.
Fátima Catán. 24 años. Estaba embarazada, y falleció a causa de las quemaduras que le generó su pareja.
Cintia Verónica Laudonio. 25 años. Denunció a su ex pareja tres veces por violencia de género, nunca nadie hizo nada. Él la terminó matando a puñaladas frente a sus hijos de diez, ocho y cinco años.
Nilda Mabel Núñez. 25 años. La mató su ex marido en Tolhuin, Tierra del Fuego. La descuartizó, la metió en una valija y así la enterró. Un año antes, ella lo había denunciado por violencia de género.
Bárbara Santos. 29 años. Fue asesinada por su cuñado, quien fue en la búsqueda de su hermana y terminó matando a toda la familia.
Vanesa Franco. 32 años. Asesinada de un balazo, masacrada e incinerada. Los detenidos son su amiga y el novio.
Alicia Muñiz. 33 años. Su pareja, el boxeador Carlos Monzón, la golpeó y estranguló. Luego, la tiró por un balcón. Él dijo que se había caído.
Mariela Leites Da Silva. 34 años. Veinte días después de casarse, su marido la ahorcó hasta desvanecerla y la arrojó desde un cuarto piso.
Marisol Pereyra. 35 años. Fue asesinada junto a su madre, hermana e hija por su ex marido.
Paola Acosta. 36 años. Fue asesinada por el padre de su hija. La tiró en una alcantarilla junto a la bebé de un año, quien sobrevivió, y el llanto fue escuchado por un vecino.
Cecilia Giubileo. 39 años. Médica. Desaparecida. No se sabe nada de ella hace más de treinta años.
Mariela Bortot. 41 años. Hace tres años que la están buscando. No se sabe nada de ella.
Natalia Padilla. 42 años. Fue encontrada asesinada en su auto con una puñalada en el pecho. El principal sospechoso es el marido.
Claudia Schaefer. 44 años. Fue degollada por su ex marido frente a sus abogados y su ex suegra.
Gabriela Parra. 49 años. Fue asesinada a cuchillazos en una confitería de Caballito por su ex pareja, quien no soportó el hecho de que ella lo haya dejado.
Marina Beatriz Canuman. 51 años. Fue asesinada de trece puñaladas en su casa por su marido, quien sigue prófugo.
Susana de Barttole. 63 años. La asesinó su ex yerno tras una pelea con su hija.
No es una cuestión de edad. No es una cuestión de clase social. Sí es una cuestión de género. 
Vivas nos queremos. Vivas nos necesitamos. Vivas merecemos estar.
Hoy a las 17 horas, marchamos desde Congreso para pedir más seguridad por nosotras y justicia. Aunque no van a estar ellas...pero se lo merecen en su memoria.
Hoy volvemos a gritar...¡Ni una menos!

lunes, 17 de octubre de 2016

Hoy te lloré

Hoy te lloré. Te lloré un océano entero. Te lloré después de tanto, como si hubiese sido ayer que todo se derrumbó...Pero me di cuenta, después de tanto, que nada se cayó de un día para el otro entre nosotros, sino que se venía arruinando poco a poco. 
Yo era la ciega, la que no podía ver la realidad, la que creía que ibas a volver a ser el príncipe que me enamoró.
Hoy te lloré. Te lloré recordando lo que éramos, pensando por qué no funcionó, qué fue lo que falló, si a mí todavía me quedaba tanto amor para darte...Y a pesar de todo, yo seguía apostando a vos y a nuestro amor, que en su momento fue perfecto.
Las mentiras, traiciones, desilusiones y noches enteras llorando sola, sin tu apoyo, sin tu contención...Todo me fue apagando.
Hoy te lloré. Te lloré y me di cuenta que te sigo amando como el primer día. Te lloré y no logré olvidarte un carajo.
Me hice adicta a vos. Me hiciste creer que todo podía mejorar, pero te rendiste en el primer intento. Me hiciste creer que los príncipes azules sí existen, aún con defectos, enamorándome de ellos...Pero me dejaste caer. No valoraste el amor que tenía para vos, y aún así te sigo amando.
¿Nos volveremos a encontrar alguna vez? ¿Será que realmente terminó todo esto? Una parte de mí quiere decir que sí, que terminó, pero otra me pide a gritos que vaya corriendo a tus brazos y te pida volver a intentar, pero si vos no tenés interés y fuiste quien me dejó caer, ¿qué va a ser de nosotros? 
Hoy te lloré. Te lloré como nunca, pero una parte de mí me dice que es la ultima vez
Después de meses pensando que te superé, hoy te volví a llorar.

domingo, 16 de octubre de 2016

Carta a mi vieja

Ella no es mi mamá. Hace mucho que superó esa palabra. No creo que exista una definición concreta y precisa de lo que es ella para mí. es la creadora de mis días. si soy lo que soy es por su causa. Ella, con su fortaleza de seguir día a día, me dio la seguridad que me caracteriza. Ella es la que dando la cara y el alma me sacó adelante y jamás dijo "estoy cansada de esto" o "ya no puedo más". Ella es lo primero que conocí como "amor".
Desde el primer día que la vi, reflejé en ella mi completa admiración. No recuerdo ese momento, pero cada vez que veo su cara, con cansancio por su esfuerzo diario, no creo que haya sido diferente a la vez que me dio a luz. Con ella a mi lado es como me mantengo en pie y esperando de frente lo que venga. Sólo Dios sabe qué sería de mí sin su presencia.
Dedicó su vida a guiar la mía y lo hizo bien. Llena de orgullo me veo en el espejo y su reflejo me respalda, genéticamente no seremos idénticas, pero mi carácter y mi esencia son idénticos a los de ella, y me encanta.
Cuando mi día es pésimo, sólo ella es la que me reconforta con una sonrisa y me promete que todo va a estar bien. No sé que magia tenga de su lado pero nunca miente, tarde o temprano, el sol vuelve a salir en mi tempestad, y tal como lo dijo, "todo va a estar bien".
A veces por cosas del destino y jugadas de la vida estuvimos lejos, y eso me hizo valorar aún más su presencia, porque tiene el poder de hacer de cualquier problema, por más grande que sea, en algo insignificante.
Ya no soy una nena, pero me encantaría ser la bebé que ella jura que siempre seré. El tiempo no se detiene, aunque juegue todas mis cartas para poder dejarte al lado mío para siempre, eso no sucederá, y sé que mi vida se detendrá cuando la tuya decida no seguir a mi lado y cruzar el plano hacia la paz.
La veo cansada, ya agotada de tantos años de hacer todo por mí y yo tengo miedo, porque ella es la belleza de mi mundo, un mundo que jamás se vuelve a repetir.
No me queda más que disfrutar el acá y el ahora, la tengo a mi lado...y ahora quiero ser yo su fortaleza, quiero demostrarle que hizo bien su trabajo de enseñarme lo bueno y lo malo de la vida, y darme las armas para alejarme de lo que lastima y luchar siempre por lo que quiero y lo que merezco. Puso en mis manos las armas para comerme el mundo. Sin ella no hubiera llegado a ningún lado.
En esta carta trato de expresar lo que es mi mamá para mí. Es extraordinariamente única. Me enseñó el valor de la amistad, porque hasta el día de hoy es y siempre será mi mejor amiga, mi confidente, mi consejera, mi todo. No puedo ni se cómo agradecer a la vida por ponerla como mi mamá.
No existe palabra justa para agradecerle, sin embargo en esta carta, con el corazón en la mano, le digo que voy a dar mi vida si es preciso para poder pagar un poco de lo que ella dio por mí.
Esto es para ella, en su día y todos los días, aunque no sé cómo llamarla. Ella no es mi mamá, porque hace mucho que superó esa palabra.
Feliz día, vieja. Siempre te voy a amar.

viernes, 14 de octubre de 2016

Este es mi renacer

Ya pasó un tiempo desde que decidí abrir los ojos y cerrar la puerta (y no hay día que no te extrañe). 
A veces me gustaría encontrar un lugar en mi mente donde puedas quedarte, pero creo que hay cosas que es mejor arrancarlas de raíz, aunque a veces queden secuelas. Y aunque no lo quise así, seguí callándome cosas que me hubiera gustado que sepas, no por orgullo, porque siendo así, siempre lo dejé un poco de lado por vos. Tampoco fue por vergüenza...No te confundas, mi amor. Siempre fui de frente en la vida, con los sentimientos y con lo que soy. Y vos ya lo sabías de sobra...No fue nada de eso, la verdadera razón fue para protegerme esta vez. 
Si hay algo que me enseñaste fue a no confiar en todo el mundo, que muchos se esconden atrás de una careta y ponen una diferente para cada persona. ¿Lo irónico? Vos eras una de ellas.
Me rompí la cabeza tratando de arreglar la tuya, quería que seas feliz, que salgas de todo lo que te hacía mal. Y supongo que eso es el amor, aunque lo que nadie me explicó es que a veces sentís tanto amor por alguien que empezás a darle hasta tu amor propio. Y ese fue el problema: te quise más que a mí.
Quiero explicarte también que haberte dejado una parte de mí no significa que me arrepienta de haber dejado de ser quien era. Y quiero agradecértelo.
Hoy no soy la misma que ayer, y con muchas cicatrices puedo afirmar que las caídas te hacen más sabio, y levantarte de ellas te hace más fuerte
Encontré una parte de mí que pensé que no existía. Creí que no podía vivir sin vos y la realidad fue que no sólo comprobé que eso no es verdad, sino que irme fue la mejor decisión que pude tomar.
Te agradezco los buenos momentos en los que me hiciste feliz, y los malos, porque entendí cómo salir de ellos, y darme cuenta que la felicidad a veces no depende de la persona que tengas al lado sino de las ganas que tengas de ser feliz.

jueves, 13 de octubre de 2016

Destruída

La verdad ya no puedo seguir guardándome esto...Es obvio que ya lo debés saber, pero si no, estoy acá para volverlo a decir.
No te puedo explicar con palabras lo que siento por vos, y sí, ya sé, es raro porque casi ni te conozco pero yo siento que sí. Por ahí con sólo mirarte me hacés feliz, me hace bien verte y hablarte, casi no tenemos relación y si no fuese por ciertas personas yo no te estaría escribiendo esto.
No sé bien qué es pero tenés algo, y eso me llamó la atención, me hizo fijarme en vos e hizo que me enamorara plenamente. Llegué hasta cierto punto donde mi corazón va a estallar.
Odio no poder hablarte por miedo o por vergüenza, pero por otro lado no puedo seguir guardándome todo esto que siento.
Cada vez que te veo me dan ganas de correr y abrazarte como nunca nadie en la vida te va a abrazar.
Por más que vos no sientas lo mismo que yo, lo mío no va a cambiar en absolutamente nada. Vos sos la causa de mi felicidad, de mis tristezas, de todo mi ser. 
Esto es algo que hablo con muchas personas que sé que me pueden ayudar y me dicen que no me enganché, pero la verdad es que estoy hasta las manos. No puedo soltarte, no puedo sacarte de mi cabeza porque, por más que lo intente, siempre estás ahí dándome vueltas en la cabeza, y te puedo jurar que intento e intento pero no te vas.
Me estoy arriesgando una banda diciéndote todo esto, pero tampoco te voy a obligar a sentir algo que por ahí nunca vayas a sentir por mí.
Lo único que quería hacer era poder decirte todo lo que significás, lo importante que sos en mi vida y lo feliz que me haces. Más que una confesión, me estoy despidiendo de todo esto que siento, porque me hace muy mal y realmente quiero superarte aunque me cueste y no me esfuerce demasiado. Es mejor que en algún momento aprenda a soltarte y dejar ir todo esto que me hace la persona más feliz del mundo y a la vez me destruye.

miércoles, 12 de octubre de 2016

Cuenta la leyenda...

Cuenta la leyenda que nuestro amor era fuerte como una roca
Nuestro amor fue diferente a cualquiera que hubiera escuchado antes. Nosotros éramos genuinos y no nos dejábamos guiar por lo que dijeran los demás. Eramos buenos amándonos, sabíamos que nos teníamos el uno al otro y que nadie iba a poder terminar lo que habíamos creado los dos. Sabíamos que nadie iba a derrumbar ese mundo que habíamos construido porque era sólo nuestro, sólo nosotros teníamos la llave y sólo nosotros podíamos entrar.
Los demás sabían que este amor de cuento permanecería y que jamás iba a terminar. Todos podían ver cómo nuestras miradas decían todo, cómo nuestras manos se entrelazaban con tanta fuerza que parecían ser una sola. Vos llenabas mis días y no era cansador estar juntos desde el amanecer hasta el atardecer porque disfrutaba el tiempo juntos, disfrutaba cada momento deseando que pudiéramos detener el tiempo y poder amarnos por siempre.
Nuestro cuento era contado una y otra vez, era ejemplo de que dos personas pueden llegar a amarse con sus virtudes y con sus defectos, era ejemplo de que el amor existe y que sólo es cuestión de trabajar en él. Ellos podían ver nuestra felicidad, podían ver cómo cada día que pasábamos juntos era un día que se escribía en el libro de nuestras vidas. Como todo libro, sólo nosotros entendíamos partes de nuestra vida que nadie jamás entendería, nadie lo haría porque nosotros éramos los autores del mejor libro de amor dónde yo era la princesa y vos eras el príncipe que me rescataba y me llevaba a mundos desconocidos dónde sólo nosotros existíamos. Nos perdimos tantas veces dentro de nuestras fantasías y promesas que no podíamos diferenciar cuál era la realidad.
No pensé jamás el encontrar a una persona que fuera mi otra mitad, que pudiera complementarme a la perfección. Sabía que habíamos sido creados para estar juntos, para complementarnos y hacernos uno.
Todo fue cambiando, cada día el amor se perdía y pudimos darnos cuenta cuando ya era demasiado tarde. Los de nuestro alrededor podían darse cuenta porque ya no me abrazabas de la misma manera y porque el brillo de nuestros ojos ya no era el mismo. Era divertido compartir mi vida con vos y ahora es raro no tenerte cerca, es raro no poder tocarte, no poder besarte, ni siquiera poder hablar. Sos y siempre vas a ser el amor de mi vida y la persona que dejó huellas dentro de mí y que siempre va a estar presente en mis recuerdos.
Lamentablemente en todo cuento existe un final y nuestro final llegó. Las personas cambian, las personas se transforman de la nada y a veces esa transformación llega sin previo aviso. Al final nuestro amor se convirtió en leyenda porque aún es una historia que se puede contar porque existió, pero ahora no son más que recuerdos, ahora no somos más que imágenes en las mentes que llegaron a vernos y ser partícipes de esta fantasía, de este amor que parecía que no terminaría.
Cuenta la leyenda que alguna vez fuimos felices juntos y, como toda leyenda, llegó a su fin.

lunes, 10 de octubre de 2016

Cómo deberías sentirte

Soy hermosa.
Soy linda.
Soy bella. 
Soy una mujer plena.
Soy inteligente.
Soy energía. 
Soy una reina en mi casa, en la calle y en todas partes.
No hay nada en el mundo que se me compare. Me di cuenta últimamente cómo la gente me mira cuando salgo, cómo los hombres me piropean y hasta se les tuerce la mirada por apreciar mi figura.
Soy mujer, soy perfecta aún reconociendo mis defectos, y estas palabras van dedicadas a mí, a mí que tanto las necesito, a mí que por tanto tiempo me dediqué a rebajarme, a lesionar mi autoestima con palabras hirientes, a mí que nunca me creí una persona digna de ser amada, ni de ser admirada ni de ser apreciada por sus seres queridos. Pasé mucho tiempo desperdiciado diciéndome que no valía nada y esos eran tiempos difíciles en los que las decepciones se acumulaban en mi historia y todas ellas me hicieron creer que yo era un cero a la izquierda. 
Lo peor que puede hacer una mujer deprimida es creer que para salir del hoyo en el que se encuentra necesita de un hombre, un héroe que la rescate, un Superman que llegue y la lleve a volar muy alto para olvidar sus penas, sus decepciones y sus equivocaciones. Y en ese error yo caí. Por mucho tiempo dependí de un hombre y mi autoestima dependía de que él me dijera que yo era el amor de su vida, de que me reafirmara mi autoconfianza diciéndome que yo era linda, que era inteligente, que valía la pena como mujer...Hasta que él me abandonó, y entonces se imaginarán el dolor y la decepción tan grande que me llevé. Mi amor propio se fue por los suelos y mi sufrimiento parecía no tener fin.
Pero un buen día recapacité y me dije: ¡Basta! ¡Basta de ser una muñeca de trapo con la que los sentimientos juegan como quieren! ¡Es hora de superarme a mí misma! ¡Tengo que vencer mis miedos y recuperar el control! Y así lo hice. Poco a poco fui trabajando en mi autoestima, yo sola, simplemente dándome cuenta lo valiosa que soy y el montón de cosas buenas que tengo. Nadie puede decirme quién soy.
Y ahora acá estoy, con este mágico resplandor que me ilumina a donde quiera que voy. Me siento creadora, creadora de amor y de belleza. Armoniosa me siento de los pies a la cabeza, y no, no es arrogancia, es simplemente amor propio, y todas las mujeres deberíamos sentirnos hermosas, así como yo me siento.
Te invito, mujer, a amarte a vos misma, a sentirte bella, preciosa, inteligente y única...como realmente sos.

jueves, 6 de octubre de 2016

Si te ama, te lo demuestra

Después de experimentar en carne propia algunas desilusiones amorosas, varias batallas mal libradas e incontables raspones en el corazón, me di cuenta que cada uno es responsable de marcar la pauta para recibir el amor que merecemos.
Es justamente la falta de experiencia la que te hace conformarte con esos amores que quieren a medias, esos amores que hoy están y mañana no, esos amores inseguros, esos que no quieren sanamente, esos amores en los que sólo uno entrega el corazón.
Tan cierto es ese dicho de la abuela "nadie experimenta en cabeza ajena"...Muchas veces, aunque estamos casi seguros que esa relación nos va a estampar de frente con el muro de asfalto del dolor, no nos conformamos con el "casi" y tenemos que comprobar por cuenta propia el doloroso final que ya conocíamos. Pero sólo es así cuando nos damos cuenta de lo que somos capaces de dar, es con base en esas dolorosas experiencias donde nos damos cuenta de las batallas que vale la pena luchar. Sin espina no hay rosa. a veces son necesarias unas cuantas lágrimas amargas para darnos cuenta de las migas que estamos recibiendo, para darnos cuenta que eso que creíamos eterno, ese amor para toda la vida que habíamos encontrado, simplemente no es lo que nos merecemos. Es así cuando dejamos de conformarnos y empezamos a armar nuestros lineamientos para amar y que nos amen.
Así es como aprendemos todos ¿no? O al menos así aprendí yo, con golpes y desilusiones, con risas pero muchos sinsabores.
Fue así como entendí que si alguien quiere estar en tu vida, no hay excusas que se lo impidan, que no hay pretexto lo suficientemente fuerte para evitar una llamada, un mensaje, un detalle.
Fue así como me di cuenta que el amor se da sin condiciones y sin tiempos. comprendí que si bien se respeta el espacio el uno del otro, cuando se ama no es como llevar una agenda, simplemente se está o no. No hay más.
Por fin entendí que si alguien te quiere te lo demuestra, que nunca sobra un beso, una caricia, que si quiere estar ahí sobrarán los hechos que te haga comprender que no están perdiendo el tiempo, que en realidad es momento de disfrutar por ser, por estar.
Es de esta misma forma como te das cuenta cuando sÓlo están de paso en tu vida, cuando por más que vos ames, ese otro corazón no se va a quedar porque para tener una relación hacen falta dos, y son esas despedidas las que te rasgan poco a poquito el alma. Aunque la herida es vulnerable, una vez cicatrizada se vuelve más fuerte, más sabia...Son esas dolorosas experiencias las que te hacen poner en una balanza lo que das, lo que recibís y lo que merecés.
Por mi parte, yo ya a prendí a no conformarme con migajas, ya no me quedo con ese alguien que no se arriesga como yo, ya no estoy con ese alguien que dice quererme pero no lo demuestra.
Ya aprendí a valorarme y respetarme, por eso ya no estoy con alguien que no lo hace, ya no estoy con alguien que juega a quererme.
La cosa es fácil, o amás o no. No podés querer poquito y mañana dejar de hacerlo pero pasado regresan las ganas de quererme con más fuerza que la primera vez. El amor no es un juego de azar. Es fácil: quien te quiere te lo demuestra y ya.

lunes, 3 de octubre de 2016

El miedo no para

Puede ser que sí, que el horóscopo tenga razón.
Tengo miedo de que la historia se vuelva a repetir, que sea yo de vuelta la única enganchada en una situación no fácil de definir. Miedo a que vuelva a sentir ese vacío constante, a que me defraude. Miedo a querer demasiado a una persona la cual no esté dispuesta a sentir lo mismo por mí. Miedo a que se dé vuelta y se vaya para no volver más, a que el dolor tarde mucho en irse o que simplemente sea tan fuerte que nunca decida desaparecer. Miedo a que se canse, a que sólo para él vos signifiques un juego.
A veces lloro sin razón, o quizá por muchas razones que de alguna manera mi cabeza me dice que me calle, que no las dé a entender, porque las cosas pueden llegar a empeorar si realmente supieran lo que me pasa.
Una vez leí que no tenemos que mezclar las historias porque son como dos libros diferentes, pueden ser de lo más parecidos, pero siempre tienen detalles diferentes, algunos son más buenos que malos, y otros más malos que buenos, pero nunca nos atrevamos a comprarlos porque cada uno tiene algo especial. Entonces, sabiendo esto, ¿por qué cada vez que comienza una nueva página o capítulo no nos permitimos darle un cierre al anterior? 
Revolvemos y revolvemos en el pasado en busca de algo que no pasó, nos quedamos constantes esperando a que pase y lo único que conseguimos es perder el tiempo en encerrarnos en nosotros mismos  y no aprovechar las situaciones sencillas y lindas que pasan delante de vos que te negás a verlas...¿Por qué? Por miedo.
Yo defino miedo como ausencia de confianza, como algo a lo que no estamos dispuestos a decir “” y enfrentar las cosas. Este miedo siempre nos lleva a huir de los problemas, como un conflicto con alguna persona o simplemente dejar ir a quien más valoras, a la que más te importa. También es algo que todos padecemos de maneras distintas, eso lo hace un toque interesante.


Colaboración: @SchwabRocio