domingo, 31 de enero de 2016

Entrelazados - Tercera temporada

Haber cumplido veintitrés años era todo un suceso para Rocío. Lo festejó en las Bahamas con Santino, en uno de sus tantos viajes por el mundo. Después de muchos martinis, caipirinhas y demás, decidió que era momento de volver y festejarlo con sus amigos de toda la vida. Santino aceptó, así que dos días después del cumpleaños de Rocío, la pareja volvió a Buenos Aires para festejar los veintitrés de la rubia en un barco que navegaba por el Tigre.

Hacía ya un año y medio que no se veían entre ellos. Habían cambiado tantas cosas desde el casamiento de Maca y Pache...Cada uno siguió su rumbo. ¿Quieren saber?
Thiaguito ya tenía cuatro años, iba al jardín en una escuela cercana a la calle Caracas, donde vivían los tres. Celeste lo llevaba a la mañana cuando iba a trabajar para el estudio jurídico en el cual se desarrollaba como recepcionista, y a la tarde lo iba a buscar Bauti después de dar clases. Ah, ¿no les conté? Él se recibió de profesor de educación física, y trabaja en dos clubes, tres colegios y en las colonias de cada uno de ellos.
Su situación económica y familiar estaba completamente estabilizada. Formaron una familia feliz y Thiago crecía en un ambiente rodeado de amor y, sobre todo, de caprichos cumplidos por su madrina, Macarena.

Macarena cada día estaba más linda. Desde que se casó con Pache, continuó proponiéndose mejorar su aspecto...¡y así fue! Con diez kilos menos, el cabello aclarado unos tonos más, los senos hechos, firmes en su cuerpo, y una cintura mucho más marcada a causa del Crossfit. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan bien con ella misma, pero se dio cuenta que a Pache le gustaba de cualquier manera, tanto como cuando era gordita, como ahora que está más linda que nunca. Maca cambió de carrera alrededor de tres veces, pero ahora está mucho más concentrada porque encontró su verdadera vocación: la medicina. Está en tercer año de la Universidad de Favaloro para recibirse de neurocirujana. ¿Complicado? Muy. Pero le pone tanta voluntad que merece el título.
Su relación con Pache era una luna de miel constante, se vivían haciendo regalos tiernos, se saludaban todos los 7 de cada mes, se iban a dormir abrazados y demás.
Pache era el nuevo director del club Lion, aquel lugar que tantas satisfacciones le había dado de joven, que tantas amistades buenas trajo consigo, que tantos secretos encerró, tantas fiestas, noches de alcohol, entrenamientos cansadores y demás. Su oficina estaba decorada con dibujos de Thiago, pero esa tarde, antes de volver a casa con su mujer, Pachetti se detuvo a mirar el cuadro que tiene colgado en un costado de la oficina. La foto del equipo. De hace tantos años atrás...A su lado, agarrándolo del hombro estaba el mejor nueve que había visto en su vida: Bauti. ¡Pensar que ahora es padre! Nunca dejará de ser su mejor amigo...Y después observó a los demás. Sonrió al ver la foto de Lautaro, hoy en día un exitoso contador, con un lujoso piso en Puerto Madero y mujeres por doquier. "¿Quién diría que el más virgo de todos ahora tendría tantas minas?", pensó riéndose para sí. Bajó un poco más la vista y observó a todos los demás...

Pero detengámonos un segundo en Lautaro. Su vida estaba salvada, tanto la de él como la de sus futuros hijos. El dinero en la vida de Lautaro salía a borbotones, pero realmente se lo merecía por trabajar de sol a sol, por haber estudiado tanto y ser tan dedicado en su labor.
Tenía muchas mujeres, tanto que recordaba las épocas piratas de Santino, pero él era un poco más respetuoso. Sin embargo, todas (o casi todas) las noches se iba a dormir triste, abrazando a su almohada, solo, pensando cuándo llegará aquella mujer que lo haga sentir completo de una vez. Ni Catalina ni Rocío, con todo lo que significaron para él, lograron llenarlo...Pero no tiene apuro. Tiene veinticuatro años, está en la cumbre de la ola, como decía el gordo Ale. Su gran amigo Ale. El único con el que mantuvo contacto seguido.

La realidad era que el gordo estaba un poco loco, y su relación con Malena se fue por la borda.
Separado, solo, y viviendo de nuevo con sus padres, el único trabajo de Alejandro es los fines de semana como DJ de un boliche pedorro del Bajo Flores. Algo es algo.
No pudo combatir sus peores fantasmas, lo que sacaban lo más malo de sí, y era la agresividad con Malena. De por sí no era un muchacho violento, pero ella sacaba lo peor de su interior.
Todo había terminado hace unos meses, cuando encontró a Malena metiéndole los cuernos con un vecino.
- ¡No puedo creerlo! ¡Sos un asco!.- gritaba Ale mientras le revoleaba la ropa por la ventana de su departamento. Parecían los roles invertidos.
- ¡Pará, Alejo! ¡Dejame explicarte!.- exclamaba Malena mientras todo el vecindario espiaba por la ventana lo que sucedía.
- No quiero que me expliques un carajo. Sos una calienta pava.- continuaba gritando Ale.- No me merecía esto...¡No así!
De golpe, apagó la luz de la habitación, bajó rápido las escaleras y quedó cara a cara con Malena.
- Yo sabía que no tenía que confiar en vos. Todos me lo advirtieron.
- No sigas con esas pendejadas.- dijo Malena un poco más tranquila.- Lo que decís vos era de hace mil años atrás, éramos pendejos. Hoy es distinto.
- ¡Pero no es distinto que seas una suripanta!
Malena no pudo evitar reír con el término empleado por el gordo, que ya no era tan gordo, pero sería "el gordo Ale" por siempre.
Sin más reparos, Alejandro la empujó con el hombro, se subió a su bicicleta y volvió a lo de sus padres.
- Mañana vengo a buscar mi ropa. Chau.
Y nunca más volvió a ver a Malena. Le dejó la llave al portero, tomó sus cosas, y tampoco pisó ese barrio nunca más. Ahora odia Núñez y todo lo que tenga que ver con ese lugar.
Estuvo unos meses viviendo con Lauti en Puerto Madero, pero entre el orden obsesivo del dueño del hogar y la falta de limpieza de Ale, la convivencia fue un desastre, así que, por el bien de su amistad, decidió mudarse con sus padres nuevamente.
A Alejandro lo entristecía bastante haberse separado de Pache y Bauti, pero la vida lo quiso así. Siguieron rumbos distintos. Los dos están casados, metidos en sus cosas y ya no tenían ganas ni tiempo de juntarse a tomar cervezas en el club, por más que Pache fuera el director. De hecho, siempre ponía la misma excusa:
- No puedo tomar ahí adelante de toda la gente.- explicaba Pachetti.- Tengo que imponer respeto.
Así que, poco a poco, las cosas fueron cambiando. Por un lado estaban Lauti, Ale y Nico, por otro quedaron Ale y Lautaro y, por último lugar pero no menos importante, Santino.

Con respecto a Nico y Vera, no se ven demasiado. Continúa el noviazgo y todo, pero tienen distintos horarios laborales y están en una punta cada uno. Nicolás trabaja en el Centro y vive en Ramos Mejía, mientras que Vera trabaja en Palermo y se mudó allí cerca, sola, para no tener tan lejos su lugar. Si bien ya no conviven, se llevan bien y todo, pero están a destiempo.
Vera se recibió de arquitecta, en tiempo y forma, a diferencia de Macarena, a quien conoció en la facultad, pero se inclinó para otro lado. Vera gana muy buen dinero y hace lo que le apasiona, por eso pone mucho esfuerzo en su trabajo y pasa horas y días en su oficina, diseñando, consiguiendo más clientes para su firma.
Vera continuó con sus kilos de más, sus ojeras por el trabajo, su falta de alineación por el apuro y demás. Nico lo comprendía, y ella mucho intentaba cambiarlo, pero le costaba. Su trabajo se convirtió en su vida y dejó un poco olvidado a su novio, más aún que Rocío desapareció de la faz de la tierra, entonces estaba más tranquila que nunca.
Nicolás consiguió trabajo en el Banco de la Nación, por lo que se alegró de no tener que estudiar, y está en la parte administrativa. También gana muy bien, pero le sigue pareciendo lo más importante juntarse con sus amigos a tomar algo.
Hacía dos años ya que no la veía. ¿Cómo estará? ¿Seguirá hermosa como siempre? ¿Pensará en él? Lo único que sabe Nicolás es que en todos estos días, meses y años que han pasado, no se sacó nunca de la cabeza la imagen de Rocío en el casamiento de Maca y Pache, que fue la última vez que la vio. Pero también recuerda lo que pasó con Vera esa noche y lo mucho que ella sufrió en el pasado con respecto a sus sentimientos para con Rocío. No le gusta mentirle, la realidad es que la quiere mucho, la ama, pero su corazón fue siempre de Rocío...

Santino sí que la pasaba de maravilla. Tenía a la bomba de Rocío a su lado, acompañándolo a todos lados. Viajaban a lo loco, trabajaban mucho juntos y compraron propiedades en varias partes del mundo: en Jureré Internacional, en Hawaii, en Punta Cana, en Berna y en Siena. Pusieron inversiones en muchísimos lugares, y vivían de eso. La empresa de la familia de Santi los había salvado a ambos.
El gran problema de ellos no era la convivencia, ni los tratos, ni la relación...Era el sexo. Sí, el sexo. De no creer. ¡Pensar que se conocieron por haber tenido sexo en un auto aquella noche de boliche, con el famoso video! Y ahora, sin embargo, todo es monótono. Aburrido. Cansador. Al punto de que, en un mes, quizá lo hacían una o, como mucho, dos veces. Para dos jóvenes de veintitrés y veintiséis años, eso no estaba nada bien. Nunca lo hablaron, nunca se sentaron a conversarlo. Ambos esperan que el otro saque el tema pero, muy en el fondo, sabían que la química se había perdido y que ya estaban juntos por costumbre. Pero, como estaban cómodos así, viajando, ganando dinero y dándose los mayores lujos, prefieren no involucrarse en temas que causan discusión.
Ahora, esta vez, Rocío, desde las Bahamas, pensó que sería una gran y fabulosa idea festejar su cumpleaños con todo el grupo, uniéndose de una vez, viéndolos después de tanto, y teniendo una excusa ideal para juntarse todos.

¿Cómo se tomarán el reencuentro?
¿Asistirán todos?
¿Qué va a pasar cuando Nico y Rocío se reencuentren?
¿Encontrará Lauti el verdadero amor?
¿Podrá el gordo Ale triunfar en su vida?

Continuará...

viernes, 29 de enero de 2016

La turista

Te quiero diferente. Ni más ni menos, diferente. 
Te quiero en la oscuridad cuando nadie escucha y nadie puede opinar, o cuando se escucha mejor y más claro.
Te quiero diciéndome que todo está bien, mientras tus cejas me estudian desde el rincón y se fruncen porque no entendés lo que digo o no lo compartís pero aún así me escuchás.
Ya sabés que nunca me vas a tener que explicar nada, pero igual no parás de hablar. Y yo soy una eterna turista en tu mundo, ese mundo que todavía me sigue sorprendiendo y asombrando.
Ya me cansé de hablar con vos porque es mucha información para mí por hoy, pero no quiero irme a dormir, no me quiero olvidar de todas las cosas que me dijiste casi sin darte cuenta, mientras escuchábamos los relámpagos de los capítulos cerrándose los ojos tuyos, los míos, los de acá, los de allá. Otra noche más que tenemos juntos.
Te quiero como te conocí: rapaz, nocturno, con tu paciencia insoslayable. 
Te quiero, pero eso sólo, o también suponés, porque nunca lo vas saber, y eso te enfurece por tres minutos, o capaz más, pero mi atención sólo llegó hasta ahí, hasta donde repare en los puntos de luz que se colaban por la ventana como abriéndose paso a empujones. 
Te quiero como cuando me mirás para saber qué pienso pero nunca lo vas a saber, sólo lo suponés pero ya no te importa, o a mí no me importa.


@Incredulas - 29/01/16

jueves, 28 de enero de 2016

Opuestos complementarios

Vos sos de la noche y yo soy del día. 
Vos sos del ruido y yo de la tranquilidad. 
Vos sos de las películas de acción y yo soy de las de amor. 
Vos sos reservado y yo soy de expresar todo lo que siento. 
Vos tenés paciencia y yo me enojo por cualquier cosa. 
Vos sos de dormir a la mañana y yo a la tarde. 
Vos blanco. Yo negro. 
Vos el norte. Yo el sur. 
Tan opuestos, tan contradictorios, y sin embargo siento como un imán que me atrae directo a vos. Somos tan opuestos que nos complementamos
Nos peleamos día y noche, todas las semanas, por cosas importantes y por cosas que no tienen importancia...Y entonces me pregunto: ¿por qué? ¿Por qué siento este amor que me brota de todo el cuerpo? ¿Por qué siento que sos todo lo que sueño? Y después me acuerdo de tu sonrisa, de la manera en que me hacés reír, de tus ojos y de cómo ellos me miran. Me acuerdo de tus brazos y la forma en la que ellos me abrazan. Me acuerdo de tu boca, esa boca que tan loca me tiene, y de la forma en que me besás. Me acuerdo de tu eterna bondad, de tu sensibilidad, de tu amor, de la forma en que me comprendés y me aceptás, y ahí me respondo a mí misma: ¿cómo no te voy a amar? Cualquiera en mi lugar lo haría.
Entendamos que si bien somos opuestos, también somos complementarios.


@Incredulas - 28/01/16

lunes, 25 de enero de 2016

Tenemos todo para ser felices

Cada tanto, cuando debo disponerme a ingresar en aquel reposo que consiste en la inacción o suspensión de los sentidos y de todo movimiento voluntario que conocemos como "dormir", permanezco en un estado de letargo atemporal mientras observo cómo el agua corroe con una habilidad aceleradamente paralítica. Mis retinas se encuentran invadidas de vestigios enrojecidos, cansados, contraídos, sucios, como si todo ese carbón oxidado no sólo las afectara externamente, como si se colara por las rendijas oculares hasta penetrar el núcleo de las mismas. ¿No ocurre un proceso similar con las cosas que intentamos resguardar, con tan exagerada devoción, que finalmente terminamos anulando lo mejor de eso que procurábamos cuidar? ¿No ocurre lo mismo con eso que hacemos mutar hasta que se sosiegan por completo nuestras expectativas, pero justo un primitivo segundo antes de llegar a ese punto se consume?
La tristeza es el cuestionamiento por excelencia de esos que dicen que "tenemos todo para ser felices", pero...¿cómo se tiene "todo para ser felices"?
Cada uno es feliz como puede, como le sale, como le permiten. Tener todo para ser feliz no garantiza la felicidad, pasamos todo nuestra vida buscando ese néctar utópico que promete lo inviable, pero generalmente nunca se alcanza porque la felicidad es lo que cada uno hace de ella, lo que cada uno quiere de ella. Capaz la felicidad es perder la facultad de pensar. Parar de pensar condiciona el pasado y le quita su autoridad para recriminar. Parar de pensar, mientras migramos hacia nuestra canción favorita. Parar de pensar, no de una forma ignorante, sino solamente parar de pensar...Quizá eso es todo lo que necesito para ser feliz.


@Incredulas - 25/01/16

viernes, 22 de enero de 2016

Mi todo

Hoy es un día muy especial, un día que hace un par de meses y años atrás cambió todo. Mi vida dio un giro gigante y me hizo conocer lo que es amar de verdad, lo que es ver que hay alguien que se levanta y sos su primer pensamiento, que hay alguien ahí cerca que te piensa, que hace tu vida perfecta, que hace que des todo y te la pases pensando en él, que te hace pensar que no hay nada mejor que esa sonrisa, esa mirada, esos ojos, cada palabra de aliento, cada chiste, cada mirada pícara y risita contagiosa.
Somos locos, pero es el precio de estar enamorados. No hay un día que no me levante pensando en qué puedo hacer para hacerte feliz, cuándo voy a verte o a dónde vamos a ir. A veces surgen imprevistos que pueden molestar, pero no nos importa porque lo único que pedimos es estar juntos, poder disfrutar y compartir tiempo. 
Sos la razón por la cual me levanto todos los días y sonrío, cada mensaje, cada vez que hablamos por teléfono, todo hace que en mi cara esté dibujada una sonrisa inmensa. Amarte es lo mejor que me pasó, es lo más hermoso que puede existir, no hay explicación para esto que siento. 
Te necesito cada día de mi vida para poder vivir feliz. Llegaste en el momento justo y siempre hacés lo ideal: la palabra en el momento preciso, el abrazo cuando más lo necesito y el beso para cerrar cada momento perfecto.
Tengo que agradecerte por cada cosa, porque das todo por mí al igual que yo, pero vos sos especial, sos un rey chiquito pero grande, de corazón enorme, de amor gigante. Gracias por darme todo ese amor, por demostrarme día a día todo lo que sentí. Gracias por hacer que confíe en mí, por alentarme en cada cosa y por ayudarme y acompañarme a crecer. 
Perdón por las veces que hago cosas que te joden, pero quiero que sepas que te amo más que a nadie y que haría lo imposible para ver sólo una sonrisa dibujada en tu cara, porque si vos sos feliz, mi vida, yo soy más feliz aún.
Con este lápiz vamos escribiendo una historia que cada día es mejor, sos el personaje principal en mi corazón y en mi alma, que ahora los tenés vos porque yo te los regalé y son tuyos, mi amor. 
Estoy eternamente agradecida la vida porque te trajo hasta mí, porque llegaste y espero que no te vayas nunca. 
Gracias, mi amor, por hacerme conocer el amor, por darme amor durante este tiempo juntos y por los que faltan. El camino es camino si tu mano va junto con la mía.
Nunca me voy a olvidar de esa sonrisa que ponés cada vez que me vez, cada vez que estamos juntos...Tu alegría es el mejor regalo que me podés dar, junto con tus ojitos mirándome atentamente, mirando cada detalle de mí...Y a mí me encanta hacer lo mismo: mirarte, mirarte y cada día aprender algo nuevo de vos.
Todo es hermoso cuando estás conmigo. No sé qué tenés, pero me hacés tan feliz y me das tanta felicidad que eso es lo que más amo de vos.
Estoy muy enamorada de vos y sabés que siempre quiero estar a tu lado sea como sea, en el momento que estemos, malo o bueno. Estoy orgullosa de la personita que sos.
Te amo más que a nada en este mundo, por siempre y para siempre, mi vida. Nada nos va a separar, juntos lo pudimos y lo podemos todo.


@Incredulas - 22/01/16

jueves, 21 de enero de 2016

Angelitos

Acabo de leer una noticia que me entristeció la mañana, y mi pregunta ante estos hechos es: ¿Cómo puede ser que existan seres tan oscuros y sin alma en el universo? ¿Cómo es posible que una madre llegue a herir a un ser al cual tuvo en su pancita y lo sintió crecer durante nueve meses en su interior? ¿La maldad realmente tiene límites? Y la verdad que en esta sociedad y en este mundo repleto de maldad no encuentro la respuesta a estas cuestiones.
Hay gente que se piensa que tener un hijo es una cosa más de la vida, algo normal, que tiene que pasar o en el caso de esta gente enferma, un obstáculo que hay que sacarse de encima y, ¿saben qué?, ambos están equivocados. Un bebé es algo sagrado, un milagro del amor verdadero, un ser lleno de luz y que sólo sabe de amor y espera recibirlo de vos, su papá o mamá, es un ángel puro y sólo con inocencia. ¿Alguno tiene idea la cantidad de parejas llenas de amor que se mueren por tener un bebito y lo intentan años y aún así no lo logran? ¿Saben el gasto emocional y material que les lleva estos tipos de tratamientos? ¿Cuántas veces en un año se les rompe el corazón al saber que no puede lograr lo tan esperado? Habiendo gente tan llena de esperanza y amor, no entiendo cómo el universo les da hijos a gente enferma, que los abandona, los tira a un tacho de basura, los golpea, los tortura, los maltrata o no los ama a estos seres tan indefensos y angelicales.
Una de las cosas más sagradas de este mundo es ser madre...El universo te está regalando un ángel, te está dando a vos, un simple humano, la oportunidad tan especial de crear y dar vida y proteger a esa vida con garras ante todo lo malo del mundo...¿Cómo desperdiciar semejante oportunidad? 
Entonces si vos como madre o padre o como pareja no vas a aprovechar esta hermosa oportunidad de proteger a un ángel, hay miles de parejas que lo están buscando.
No mates. No tortures. No golpees. No abandones. Da en adopción a este ángel (hablando del caso en el que el bebé ya esté en camino o nacido, sino cuidate), hay miles de familias dispuestas a darle una vida digna y llena de amor y protegerlos ante gente como vos, que seguramente si vas a torturar o tirar un bebé a la basura no estás bien de la cabeza.


@Incredulas - 21/01/16

lunes, 18 de enero de 2016

Ayudar a superar

Amiga mía...No sabés cuánto lamento esta situación. Lo lamento porque realmente es un lindo amor el que se tienen, se tuvieron y se van a seguir teniendo. Se nota. Se sabe. Se percibe.
A veces no todo sale como esperábamos, y quizá esta separación les sirva para darse cuenta realmente de lo que quiere cada uno para su vida. No todos crecemos de la misma forma y con el mismo ritmo. Para mí esto no es un corte definitivo sino un "hasta luego". Y no lo digo porque es lo que querés escuchar, lo digo porque realmente lo creo así...¡y ojalá así sea! Me encanta ver que sos tan feliz con el amor de tu vida. 
Sos fuerte y vos podés seguir. Estás vacía, dolida y con ganas de nada, te lo re entiendo...Pero sé que vas a poder. Vas a poder con ayuda de las personas que te quieren, que para eso estamos, para acompañarte en lo que sea. 
"Te deseo lo suficiente", esa frase significa que en la vida no todo es color de rosa y a veces es necesario pasar por ciertas situaciones que sólo con el tiempo te vas a dar cuenta que era lo suficientemente necesario para crecer, para aprender y para descubrir.
Sé perfectamente cómo te sentís. Y en estos momentos, como te dije antes, sólo queda por agregar: No te rindas. Por favor, no cedas. Aún hay fuego en tu alma. Aún hay vida en tus sueños.
La vida no termina acá. No termina. Vos tenés que seguir y vas a seguir. Sé que sos fuerte. Vos podés. Te conozco...¡Esta pelea la vamos a pelear juntas! No estás sola jamás. Tranquila, amiga. Mañana es otro día y quizá estés un poco más calmada. Hoy fue muy rápido todo, tanto que no te dio tiempo a reaccionar.
Vos podés, amiga mía, y yo voy a estar acá acompañándote.


@Incredulas - 18/01/16

viernes, 15 de enero de 2016

Sabiduría

Creo que ya llegó el momento de dejarlos atrás. Ya lo entendí, hoy por fin lo entendí.
Un dolor anestesiado despertó a gritos en un cuerpo las razones que la mente ignoraba en su letargo. Un dolor infante, que no quiso percatarse de su crecimiento porque era más fácil llenar el vacío sin sentido, antes que atravesarlo. Un dolor que fue obligado a dejarse ver a través de miedos y enojos, que se manifestó en un escudo omnipotente con fecha de vencimiento.
Sé que el miedo todavía se resiste a atravesar el dolor, porque esto implicaría nuevamente un cambio de esquemas y de panorama...Implicaría que las reacciones atadas a él desaparezcan, y por eso el recelo de querer quedarse.
Pero ya no más. 
Hoy abracé este cielo, que con todos sus misterios, me demostró que la soledad está llena de estrellas cuando se desnuda frente al espejo, que la luna está para iluminar la oscuridad y que el sol cicatriza las heridas que la lluvia limpia.
Quizás era necesario aprender eso para despojarme de los restos que no me dejaban ser y que en su momento significaron un aprendizaje, pero que hoy ya no me sirven. Hoy prefiero acariciar esa sabiduría, pero sin recorrer la memoria con lamentos. Hoy quiero llenar de miel pura ese vacío, no de endulzantes artificiales que ensordecen los sentidos.
Tuve que pasar por varios puntos de inflexión y aceptación para darme cuenta de que a esta última no le alcanza sólo con un perdón mental, sino que necesita abrazarse, dejarse ser sin buscar tanta explicación, porque las palabras muchas veces desbordan. Y por eso hoy entiendo que para que todo ese aire fluya plenamente es necesario remover restos anteriores desde un estado más sano para poder soltarlos, aunque eso implique que el dolor duela más tiempo del que quisiera. Y aunque tardé en darme cuenta (o en querer ver) todo esto, puedo comprender lo necesario que fue el proceso, porque esos son los costos de poder sentir el viento. Ese viento, que después de tirar abajo toda una ciudad, limpió con su fuerza los restos de la tempestad.
En este círculo infinito, sé que cada vez que oscurezca es porque estoy más cerca del sol. Sé que la primavera necesita del invierno, y que es en ese invierno donde se aprecia más el calor.
"No será tarde cuando pueda ver aún que habrá en la noche una mañana por llegar".


@Incredulas - 15/01/16

jueves, 14 de enero de 2016

Superficialidades

Me vuelve loca el tema de cuántos likes tiene una persona, cuántos seguidores tengo en Twitter, cuántos dedos para arriba en Facebook, etcétera. Los números nos persiguen. A todos. 
Todos quieren mostrar una imagen ideal y perfecta de una sincronía cósmica donde la vida es hermosa, donde no tienen problemas. Y es obvio, a nadie le gusta la miseria, ver gente fea o gorda. Todos se quejan y son lo que les molesta. Estamos tan obsesionados con estos numeritos que dejamos que nos digan quién es la persona. Y la verdad a que una persona la define de todo menos números. A una persona la define su accionar, no las fotos de su desayuno, de su felicidad con su ídolo o de su panza chata con una cintura imponente. 
Nos estamos perdiendo en la realidad virtual. Cada uno elige qué vivir, pero nos estamos perdiendo a nosotros mismos. Me alegra que me sigan por mis trabajos, mi forma de ser o mi humor, pero decidí dejar de preocuparme tanto por esto de caerles bien a gente que ni siquiera me conoce en realidad. Ojalá todos adopten esa nueva posición, porque los que fingen que esto no les interesa, mienten y después son los más preocupados.
Hay gente que se olvida que en la vida te recordarán por lo que hacés y no por las cosas que tenés, pero no creo que haya que desmerecer a estas personas, o al menos no a todas, ya que para algunos es una etapa, para otros es una forma de vida, y supongo que todos en algún momento pasamos por ella. Lo que sí sé es que aquellos que nos dimos cuenta que lo superficial es hueco, somos los maestros de quienes aún no lo saben, y también los alumnos. Cada persona que te dijo algo feo o algo lindo te enseñó algo...Quienes te dijeron que no, te fortalecieron y te volvieron independiente. Quienes te brindaron su ayuda seguramente te enseñaron valores que si los entendiste, los estarás enseñando a otros. Si hay algo que aprendí es que no importa dónde estés, todos van a opinar y a todos les van a interesar cosas que tal vez son superficiales, está en nosotros cómo reaccionamos a ello y qué estilo de vida deseamos tener.


@Incredulas - 14/01/16

lunes, 11 de enero de 2016

Pobre la gente

No creo en nadie que asegure no arrepentirse de nada con la excusa de que sino no sería quién es o no estaría donde está ahora. Crecer es asumir errores. Arrepentirse es asumir que hiciste cosas mal, que pudiste hacerlas mejor y que la experiencia no es excusa. Arrepentirse es aprender a pedir perdón con honestidad y no para sacarte de encima el quilombo. Arrepentirse es asumir que eso de aprender de los errores es asumirlos sin vanagloriarlos. No estuvo bien lo que hiciste, che, pero siempre se puede estar un poquito mejor, y hacia eso hay que ir, con proyectos, con buena onda, con buena cara.
Pobre la gente que no tiene conflictos, culpas ni traiciones encima.
Pobre la gente que le tiene miedo a vivir. A mí me gusta escuchar al derrotado, al que fue a fondo y perdió, al que apostó todo contra eso que sentía y no le salió...Esa persona tiene la riqueza que me interesa.
Pobre la gente que heredó la casa, que le pagaron la carrera y que le regalaron el auto cuando cumplió dieciocho. A esa persona lo mintieron triunfador. 
Pobre la gente que no le metieron los cuernos o sufrió por amor.
Pobre la gente que no se pasó tardes enteras vagando con amigos.
Pobre la gente que no probó para que no le guste. Pobres...
Pobre la gente que no tomó hasta vomitar.
Pobre la gente que no le tuvo que sostener el pelo a una amiga mientras quebraba.
Pobre la gente que no escribió una carta de amor.
Pobre la gente que todavía no vivió lo que hay que vivir para así empezar a disfrutar cuando todas esas mierdas desaparecen y te das cuenta que la felicidad estaba en pequeñas cosas que, si seguías con esa postura, nunca ibas a encontrar.


@Incredulas - 10/01/16

viernes, 8 de enero de 2016

Eso que llaman locura

Cada vez es mayor la necesidad de plasmar los sentimientos en un papel para apaciguarlos...Esa búsqueda infinita llena de paz y libertad, pero sí, en el camino tendremos que enfrentar piedras.
Ya me di cuenta de que las explicaciones racionales no me sirven. Ya entendí que las estructuras de este sistema tristemente están hechas para que inconscientemente optemos por sufrir eso que llaman locura, cuando en realidad es un privilegio que quieren obligarnos a no ver.
Un sistema que te dice que creas en Dios y que tengas fe en los milagros, pero ojo, que si sos testigo de alguno o te ven charlando con Dios, independientemente de lo que Dios signifique para vos, o con algún supuesto ángel, probablemente te acusen de locura o esquizofrenia y te internen en algún psiquiátrico, como si, basándonos en los mismos criterios, ir a la Iglesia o confesarte frente a un cura para "liberarte" de los pecados fuera algo muy diferente o un acto de cordura extremo, sin ofender y con todo respeto a quienes lo hacen y creen en eso. Me parece válido creer, lo que vengo a cuestionar son los criterios que definen la supuesta enfermedad. Mi crítica es al sistema que te lleva al miedo a la locura, no a sus peones.
Un sistema que prohíbe las drogas y se jacta de combatirlas, cuando en realidad los principales narcotraficantes son, "casualmente", quienes ocupan cargos estatales, y al mismo tiempo se rehabilita al enfermo con pastillas (que son peores drogas, y se consumen a diario sin tener conciencia de sus efectos secundarios –o mejor dicho primarios-) y con encierro. ¿Será que si la droga es un negocio, entonces es conveniente la enfermedad? ¿Será que al aislar al drogadicto y al estigmatizarlo, se consigue desviar el foco del responsable? Como dijo Galeano, "si una enfermedad se transforma en delito, y ese delito en enfermedad, ¿es justo castigar al enfermo?" ¿No será que, en realidad, el problema no son las drogas, sino el sistema capitalista que induce al consumo? Si por ejemplo, la marihuana, que en algún momento, y hoy en día, en ciertos casos, fue una planta sagrada y curativa, consumida en rituales, útil para el despertar físico y mental, ¿será que el sistema, al prohibirla y convertirla en tabú, la llevó al éxtasis de, primero, consumirla en clandestinidad por la tentativa de corromper, hasta llevar a su uso habitual y muchas veces excesivo, que a la larga genera los efectos contrarios, llevando a esa locura de vivir adormecido entre dos mundos?
Si hay que combatir las drogas, ¿por qué no se combate a Monsanto, la droga más asesina, que infecta los alimentos que día a día consumimos con sus pesticidas, siendo los agroquímicos la principal causa de millones y millones de muertes y enfermedades? ¿Por qué lo hace legalmente y con el consentimiento de los gobiernos? Si se aumenta la producción, pero se infecta su calidad, ¿no será una jugada a favor de la malnutrición, que afecta al desarrollo físico e intelectual? ¿Será una solución de los gobiernos a la inmanejable sobrepoblación?
¿No serán, en realidad, pastillas como el Ibuprofeno o el Rivotril las que enferman y adormecen para ser más funcionales a las necesidades del sistema, más manejables y productivos? ¿No estamos, acaso, en un mundo donde el modo de vida es vivir corriendo a las apuradas, incrementando la ansiedad que muchas veces lleva al consumo de drogas antidepresivas y químicas, tapando el miedo, la angustia y sus causas? ¿Será porque al tratar las causas no existirían las consecuencias, eliminando, de esa forma, el negocio?
¿No es el sistema el que nos lleva a un aislamiento inconsciente al llenarnos de "amigos" en redes sociales, sumergiéndonos en un mundo virtual, rompiendo el contacto con el mundo real? ¿No es el avance de la tecnología, en cierta forma, una puerta de entrada a eso que llaman locura?
¿No será que los psiquiátricos en realidad enferman más al enfermo, llevándolo al aislamiento y a la alienación? ¿No sería más sano entrar en contacto con la naturaleza y con la introspección? ¿No será que lo que es sano para nosotros, no es sano para la supervivencia del sistema? ¿No será, entonces, que eso que llaman locura en realidad es cordura?
No quiero decir con todo esto que las enfermedades no existen, que nunca más hay que tomar una pastilla, ni comer una hamburguesa ni que absolutamente todo lo que vivimos es parte de un plan perverso. Mi intención es simplemente abrir una puerta a las preguntas y al universo de la curiosidad, que, creo yo, es vital para tomar conciencia de nuestras elecciones al momento de vivir, y la puerta de entrada a la locura, pero a la locura sana, que nos permite cuestionar y mirar más allá de lo que nos muestran.


@Incredulas - 08/01/15

jueves, 7 de enero de 2016

Costumbre y resignación

A lo bueno te acostumbrás, a lo malo te resignás.
A los comienzos te acostumbrás, a los finales te resignás.
A las risas te acostumbrás, a los llantos te resignás.
Al alcohol te acostumbrás, a la resaca te resignás.
A los placeres vos los buscás, a los dolores te resignás.
A las tristezas te acostumbrás, a rendirte no te resignás.
A tenerlo te acostumbrás, a que sea un sueño te resignás.
Al sexo frío te acostumbrás, pero a dejarlo no te resignás.
A la rutina te acostumbrás, a que no cambie te resignás.
A la violencia te acostumbrás, al noticiero te resignás;
a la televisión te acostumbrás, a sus mentiras te resignás.
Pero a las costumbres querés resignar, a no resignarte te querés acostumbrar.
A la locura te acostumbrás, a caretearla te resignás.
A la ciudad te acostumbrás, a abandonarla no te podés resignar.
A no ver un peso te acostumbrás, a laburar todo el día igual te resignás.
A la pobreza te acostumbrás, a los lujos te resignás.
A los políticos te acostumbrás, a que te roben te resignás.
A la ignorancia no te acostumbrás, a los ignorantes te resignás.
A la injusticia te acostumbrás, a combatirla no te resignás.
A la policía te acostumbrás, pero no te resignás a que desaparezcan un pibe más.
A un mundo enfermo te acostumbrás, y a que enferme más te resignás.
A toda esta mierda que se hace costumbre no te querés resignar, a que a pocos les importe te tenés que acostumbrar.
Pero a las costumbres querés resignar, a no resignarte te querés acostumbrar.
A las costumbres te acostumbrás, a resignarte te resignás.


@Incredulas - 07/01/16

lunes, 4 de enero de 2016

Escribir por escribir

Hace varios días que no logro escribir algo que me guste en serio. Bueno, en realidad casi nunca me gusta, pero ni siquiera logro escribir algo zafable como para subir o digno de no romperse y terminar arrugado en algún tacho de basura.
No es que no tenga ideas, todo el tiempo en mi cabeza aparece alguna nueva o anda revoloteando alguna pasada, pero no logro sentir la necesidad o el impulso de escribir. No me gusta eso de sentarme a escribir y decir "hoy voy a hablar de tal cosa", no me gusta convertirlo en rutina porque siento que lo arruinaría. Necesito sentir la necesidad de hacerlo y que fluya solo, como ahora. 
Me pasa que tengo mil cosas en la cabeza, pero, así y todo, escribo dos palabras y me dan ganas de tirar todo a la basura. Ahora, al fin, sentí ese impulso que tanto necesitaba, aunque la idea de tirar todo sigue estando, igual o más que antes. Pero voy a escribir porque sí, porque quiero, porque tengo ganas, aunque después relea todo y quiera romperlo. Voy a escribir por escribir, dejar que fluyan las palabras y las ideas solas, sin forzarlas.
"El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo y ese miedo a estar mejor". Estoy tan bien últimamente, me siento tan feliz, tan ordenada en mi desorden, que me doy cuenta que a la primera que soy consciente de eso empiezo a buscar algo, algo que no concuerde tanto, algo que arruine esa felicidad. "La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo", ¿no? Pero basta, cabeza, pará un poco...También se puede estar bien.
Una vez, mi vieja me dijo que la vida no es tan complicada como dicen, que la complicamos más de lo que es. Y acá está el mejor ejemplo de eso.
Estoy transitando una etapa en la que me estoy dando cuenta de muchas cosas que antes quizás no veía con tanta claridad, y creo estar yendo por el camino correcto. No sé, en realidad no creo que haya un camino correcto, pero me doy cuenta que estoy caminando por una ruta que no me da la chance de dar marcha atrás. Derecho, al fin, sin chance de retroceder. Casi siempre fui (¿soy?) insoportablemente melancólica. Bueno, tampoco tan así, no exageremos. Pero me cuesta, y bastante, despegarme del pasado. Siempre pienso en vivir el momento, pero creo que recién ahora estoy empezando a aplicar eso de verdad. Y me doy cuenta porque en esos momentos que tanto pude extrañar, no era consciente de cómo estaba, no sé si lo disfruté de la misma manera que lo extrañé.
Sí, siempre puede haber algo mejor...pero, ¿qué mejor que disfrutar el presente, y mejorarlo? Seguramente, en unos años, cuando mire para atrás, me ría de cómo me hacía problema por cosas sin tanta importancia. Pero ahora para lo único que quiero mirar para atrás es para no repetir el error de estar mirando tanto el pasado, para no repetir los mismos errores. No quiero volver para atrás porque entendí realmente que no hay nada más lindo que vivir el ahora.
El miedo (que no es miedo, no sé qué es, incertidumbre, quizás) es que ahora no sé qué carajo me espera, no tengo idea cómo van a ser las cosas, pero eso es lo que lo hace mejor todavía. No sé lo que viene, pero sea lo que sea, lo voy a estar esperando. Basta de buscarle el pelo al huevo. Me di cuenta que estoy en un momento que, aunque me caiga varias veces, ya no me voy a quedar tirada esperando que el viento pase. No hay nada tan terrible que me impida levantarme.
Podría dejar que pase la ola y me tire, pasarla por abajo, pero prefiero subirme y surfearla, aunque exista el riesgo de caer...Después de todo, siempre llega la calma, ¿no?
Por lo menos, esta vez logré no romper la hoja.


@Incredulas - 04/01/16

viernes, 1 de enero de 2016

Pastillas del año

Fue un año de puta madre. Un año de superación, de descubrimiento y de puro aprendizaje.
Posponer tus verdades en pos de la comodidad ajena sólo cava más hondo el pozo donde te ahogás en tus propias inseguridades
Me esforcé en dejar atrás las cosas malas y encaucé mis más profundos sentimientos en lugares y personas que, sin saberlo, a través de su actividades cotidianas y de su cosmovisión personal hacen de este mundo un lugar mejor. Un respiro a la explotación del hombre por el hombre, una caricia a nuestro niño interior. 
No tomé tantas pastillas como años anteriores, gracias a Dios ni me enfermé, y sin embargo las Pastillas del Abuelo estuvieron más presentes que nunca. Quise ir al norte, encontrarme con el cielo pero no pude, lo que sí conseguí es que le encontré el sabor a la derrota
No me ordené del todo en mi desorden pero sí me aseguré de algo: "otra vez no quiero patinar". 
Amar y envejecer en forma simultánea no debiera ser algo para padecer, simplemente la causa y el efecto de entregarte por completo a alguien y que el otro lo valore y haga lo mismo con vos. Mientras tanto, el tiempo pasa, ambos conocen los trucos del otro pero no hay más nada que pensar porque cualquier hipótesis boicoteadora puede derrumbarse con un abrazo y un beso de los que curan heridas. Es verdad lo que dicen, "no hay arma más seductora que contestar siempre la verdad". Y cuando estás rodeado de seres auténticos con almas de diamante no hay lugar para la mentira y el ego que todo lo nubla. 
Hoy puedo decir que si para ser honesta debo ser cruel entonces estoy dispuesto a pagar ese precio. Reconfirmo, una vez más, que "no está mal que terminen las historias mientras haya historias que contar". Habrá que seguir andando por ahí, transmitiendo tu mensaje y recibiendo los mensajes de los otros, con los ojos bien abiertos, con los oídos atentos, iluminando el camino de nuestros hermanos terrícolas (siempre y cuando no les guste jugar al gallito ciego, combo letal) y comenzando el 2016 recordando que "sólo existen dos días en el año en que no se puede hacer nada: ayer y mañana".
¡Buenas vibras para todos y todas!


@Incredulas - 01/01/16