lunes, 11 de febrero de 2013

Aprender a soltar

"Nada es para siempre" dice una canción...y es cierto. Siempre llega ese momento en el que "no va más", donde poner un límite o marcar un punto es un desafío para la mayoría de nosotras. ¿Cuántas veces, por demás estresadas, nos preguntamos: "¿cómo es que llegué a esta situación?". Y sí, es verdad, poner un límite implica sufrimiento, pero sostener una relación insatisfactoria también es un padecer que puede ser hasta más doloroso. Poner un límite es poner un freno a una forma de maltrato hacia nosotras mismas. El miedo, la negación, la falta de coraje, entre tantas otras auto limitaciones, pueden hacer que se quiera llevar todo siempre al extremo. Sin embargo, está la posibilidad de poner un límite mucho antes.
Decir "basta" no es patear el tablero, sino aprender el juego de poner límites, está relacionado con nuestra escala de valores. Primero tenés que preguntarte a vos misma cómo te gustaría realmente ser tratada, y empezar valorándote vos.
Muchas veces, por temor a enfrentarnos con el final, corremos el riesgo de creer que todo puede cambiar si ponemos voluntad: "es culpa mía, yo lo provoqué", "capaz si soy menos celosa tengamos menos discusiones", cuando no es así, cuando ya es algo que no depende de nosotras y donde nosotras no tenemos el problema, no nos hagamos cargo.
También, así como muchas no pueden o no saben cómo y se resignan a vivir en la realidad que tienen, hay otras que deciden no poner un límite porque les resulta cómodo. En ese caso no son válidas las quejas. Todo puede cambiar si hay algo que ya no resulta o no nos hace bien. 
Hay que promover la importancia del desapego, y soltar lo que ya no tiene razón de ser o no es del "aquí y ahora". No sirve de nada persistir en eso que no depende de una, sea lo que sea.
Para mí, la dificultad para poner límites o para aprender a soltar tiene mucho que ver con el miedo a dejar de ser querida si no se satisfacen los deseos ajenos, los de esas personas que queremos que no nos dejen de querer.
Poner límites no siempre implica dar por terminada la relación, ojo, sino darse cuenta de que es tiempo de redefinir objetivos y deseos.
Lograr ese desapego saludable es aprender a relacionarnos sin obsesión, sin la necesidad de poseer, de apropiarnos del otro. Estaría bueno implementar en nuestra vida el dejar de decir "te necesito" y cambiarlo por un "te elijo", "te prefiero".
Sé que no es fácil, pero tampoco es imposible, es preferible sufrir por un tiempo por un duelo, que seguir padeciendo una situación que nos hace mal constantemente, y alargarlo más. Frenar cuando algo nos hace mal es valorarnos, porque amar no es sinónimo de tolerar, no nos confundamos. Vivamos el presente, dejemos ir lo que nos lastima en el pasado, y estemos bien predispuestas para lo que nos depara el futuro. Todo llega.

3 comentarios:

  1. Noooooooo las amo. Yo les habia pedido esta entrada por ask. Mil gracias. Ya es la 2da que hacen con una cosa que les pedi. Son lo mas!!

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  2. Son las mejores , deberian escribir un libro! las amo!

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  3. no lo puedo creer siempre leo lo que justo estoy sintiendo en ese tiempo por faver es considencia pero es exacto O.O

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