jueves, 30 de marzo de 2017

Vida enredada

Muchas veces dije que hay que vivir el presente sin pensar en el pasado ni en el futuro, pero últimamente me doy cuenta que no es tan fácil como imaginaba. 
Es difícil no maquinear con la famosa frase "no te arrepientas de lo que hiciste porque si tomaste esa decisión es porque en ese momento era lo que querías", cuando lo único que querés hacer es poder cambiar eso que no te deja dormir en paz.
A veces me pongo a pensar qué difícil es la vida. Ojalá fuera más fácil, que lo que querés pase así, tal cual, ¿tanto cuesta? Y después busco bien en el fondo la respuesta y me doy cuenta que si la vida no fuera así, sería todo muy aburrido. 
Imagínense tener todo lo que uno quiere, no cometer errores, no equivocarte ni arrepentirte, no chocarte contra una pared, darte cuenta que lo que hacías estaba mal y aprender de eso...Y entonces, es ahí, cuando me doy cuenta que hay que vivir. El destino, Dios o como quieras llamarlo, va a saber qué hacer con nosotros, hay que aprender que si pasó fue por algo. No digo que sea fácil, porque justamente no lo es, es más, ni lo pude implementar todavía pero con intentarlo no perdemos nada, ¿no? A esto yo lo llamo vida, sino no sé qué seria.

viernes, 24 de marzo de 2017

El sol y la luna

"Él no va a cambiar, está casado con la noche, y vos, Sol, vos sos la luz del día". Supongo que éramos opuestos que se atrajeron y crearon un eclipse fugaz, catastrófico, adictivo. ¿Cómo una persona puede decirte que sos el amor de su vida durante el día y que cuando llegue la noche, con un par de copas encima, siga buscando amor en otras personas? ¿Acaso yo no fui suficiente? ¿O vos buscabas tener amor demás? 
Lo nuestro no era amor. Era adicción. Era vicio. Eran las palabras que él mismo me decía, era la manera en que me tocaba, era él y no era yo, era yo con él y él sin mí. Una larga espera nos unía, la fantasía de estar juntos y entregarnos uno al otro nos fascinaba.
"A Sol le gustaba salir de noche, pero su luz se perdía entre tantas estrellas. De día ella era única para él, pero de noche sólo era un astro más alrededor de tantos", por eso un día me dijeron que aprendiera a valorar mi brillo, que no dejara que nadie me dijera que era una más del montón y, menos que menos, que me hicera sentir así. Me dijeron que me quiera a mí misma porque tenía a todos los planetas girando a mi alrededor, y elegía a quien no podía tener y a quien no le importaba tenerme. Me centré en quien sólo me dio por sentada, y que cuando decidí irme, su vida se convirtió en una noche oscura y helada. Él ya no tenía más un sol que lo protegiera del frío.

lunes, 20 de marzo de 2017

La chica del colectivo

No te creo si me decís que nunca lloraste sola en el colectivo mientras ibas escuchado una canción que te hacía viajar al pasado, a ese momento que te trae uno mil recuerdos. No estoy segura de la primera vez que me pasó, pero só de la última. 
Era una tarde nublada justo en el final invierno y llena de humedad, supongo que llovió ese día. Yo viajaba en el 126 negro con destino al club que solía ir en ese tiempo, sentada del lado de la ventanilla.
Como suele pasar cuando viajás en colectivo, se sentó junto a mí una chica que (supongo) era de mi edad. No sé si tenía ganas de hablar o me vio un poco triste tal vez; ni ella estaba segura de por qué lo hacía pero me saludó con una cálida sonrisa. La miré unos segundos y en lo único que pensé fue en sus hermosos ojos color miel. Cuando volví al mundo, la saludé y le pregunté si la conocía, a lo que me respondió que no.
La miré durante unos minutos. Era rubia y no medía más de un metro setenta. Tenía puesta una camisa a cuadros arremangada y un jean un poco rotos como se usan ahora, y no llegué a mirarle las zapatillas.  Me di cuenta que tenía un tatuaje en el brazo justo cuando termina el codo. 
- Tu tatuaje, ¿qué es?
- Mi nombre es Gavina. Mi tatuaje es un Ave Fénix.- respondió.
- ¿Y eso qué..? Perdón. Nada, dejá, ni te conozco como para preguntarte.
- El Fénix es como un águila que es capaz de renacer de sus propias cenizas.
- ¿En serio? Me gusta, es muy lindo.- le dije.
- ¿Siempre hablás con la gente en los colectivos?- me preguntó.
- No, nunca. ¿Y vos siempre saludás a los extraños?
- No... 
- ¿Te puedo preguntar por qué te hiciste ese tatuaje?
- Porque creo que después de un fracaso o en ese momento en el que estamos en la ruina y no creemos poder salir, justo ahí es cuando volvemos a intentar y a veces hasta lograr lo que antes no pudimos, tal como hace el Fénix, que está en su peor momento pero vuelve a nacer de sus derrotas.
- Me tengo que bajar, espero volver a verte. Chau.
Nunca hubiera hablado con esa chica pero había algo en ella que me parecía muy interesante. Quedé aturdida y pensando mucho en el significado del tatuaje. 
La vida es como una pileta: te tirás sin saber qué tan profunda puede ser, pero cuando llegás al fondo y tus pies tocan el piso, te impulsas con él para poder salir hacia la superficie.
Creo que ella prefirió tatuarse esa ave antes que una pileta, pero entendí su metáfora.
Pensado, unas lágrimas se me cayeron y recordé de repente que nunca le había dicho mi nombre y que ella para mí había sido Gavina y yo para ella era tan sólo la chica del colectivo.

viernes, 17 de marzo de 2017

Dejaría todo

Te extraño. Odio no tenerte. Dejaría todo por un día más con vos, por que me abraces una vez más. No te das una idea lo feo que es verte y no poder besarte ni nada. Quiero que me extrañes como yo te extraño a vos, porque no aguanto más no tenerte, no tocarte, no hablarte...
No es fácil estar sin vos. 
No puedo estar sin vos. 
No quiero estar sin vos.
Me gustaba la vida mucho más cuando éramos los dos juntos sin preocuparnos.
Me encantaría estar en tu lugar y ser como vos, haberte olvidado, verte y no sentirme rara, pero no puedo, yo te extraño, te necesito y me hago cargo. Éramos tan felices...y te juro que si volvés conmigo yo no te reclamaría nada, te dejaría hacer tu vida y me conformaría con tan poquito de vos pero, aunque sea, algo tuyo. Quiero ocupar un espacio en tu vida, ser alguien.
Quiero que me agarres de la mano...¡cuánto extraño eso! Y que me abraces de atrás, que me muerdas, que me des besos en el cuello, que te rías conmigo, causarte una sonrisita aunque sea.
Dejaría todo, pondría todo en pausa para volver un poquito al pasado y abrazarte. Extraño que me digas todo eso que sólo vos y yo sabemos y es muy triste ver cómo se lo decís a otras olvidándote que antes era yo a quien se lo decías
Ojalá dentro de unos días, meses o años volvamos a ser vos y yo. Esa sería la única manera de que yo sea feliz.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Te quiero odiar

Aunque tanto quisiera enojarme con vos y odiarte, no puedo. Ahora sólo estoy enojada conmigo y con la vida por no poder ser la que querías al lado tuyo todos los días, a cada hora. 
No comprendo nada. Quise darte hasta lo más profundo de mí, regalarte todo el amor que se le puede llegar a dar una persona, y sin embargo no sirvió de nada. ¿Cómo es que una persona en tan poco tiempo pueda causar tanto efecto en mí y yo ni siquiera moverle un pelo? ¿Qué me faltó que hiciera para que me quieras como yo te quiero o para que me veas como yo te veo? ¿Qué más me quedaba por hacer para que te sientas nervioso y te pasen mil cosas al verte como a mí me pasa cuando te veo? Tal vez te pasaba, pero nunca tuviste el coraje de decirlo. Quisiera pensar eso. 
Y si de verdad no te interesaba nada...¿Para qué me buscaste? ¿Para qué apareciste? Si lo que querías era enamorarme y que esté loca por vos, lo lograste. 
Sin embargo, a pesar de todo tu juego, hay tantas cosas que me gustaría decirte, tantos mimos que quisiera darte, tantos besos...pero tengo que dejar de pensar en eso, tengo que dejar de pensarte en cómo hacer para conquistarte.
Gracias a vos conocí el amor en cada beso pero también el dolor en cada decepción, como cuando me decías "te quiero" sabiendo que no era real. Conocí la ansiedad cuando pensaba en que pase la hora así te veía, pero también conocí la desilusión al saber que vos me reemplazabas por cualquier cosa insignificante sólo por el desinterés en mí. Gracias a vos conocí lo que es terminar un beso y querer, otro, otro...¡y otro! Conocí lo que es amar con el corazón, eligiéndote cada día, soñándote cada noche y pensar en los momentos juntos al escuchar una canción. 
Por todas estas cosas te recuerdo como mi primer amor, que se apareció para enseñarme que en poco tiempo podés querer con todo el corazón y al instante perder y ver cómo desaparece esa pasión, destruyéndote un poquito cada día. 
A veces imagino que venís a buscarme desesperado y me decís que sólo querés estar conmigo como en una película de amor, pero abro los ojos y veo la realidad, en la que, al pasar por al lado mío, ni siquiera me mirás. 
Es hora de que viva el presente, que viva este momento en el cual vos ya no estás. Ya sos parte de mi pasado el cual ya tengo que borrar...

domingo, 12 de marzo de 2017

Para el amor no hay edad

Dicen que para el amor no hay edad, esa frase tan gastada y a veces mal usada. En mi caso, quiero afirmarles que es verdad: para el amor no hay edad.
Si definimos la edad según el diccionario, sería "tiempo que ha vivido una persona u otro ser vivo contando desde su nacimiento", pero si yo te digo que la edad define a las personas estaría mintiendo. Sí es verdad que una persona de treinta años tuvo distintas experiencias de vida que una de doce, pero esa edad no te marca quién sos, tu personalidad, tu manera de pensar o actuar.
Yo nunca me hubiese imaginado esto, lo veía bastante imposible porque tenía la mente algo cerrada. Pensaba que los pibes más chicos eran inmaduros o simplemente no iban  a querer algo serio. Pero erré. 
Hace unos meses, vengo conociendo a un chico dos años menor que yo, y creeme que si tenés miedo al amor, animate que no te vas a arrepentir. 
Puede ser que él sea más chico, se rodee de otro tipo de gente distinta a la mía, vaya a boliches y yo a bares. Puede ser que él pida permiso a sus viejos y en cambio yo salga como si nada de mi casa. Puede ser que él esté planeando su fiesta de egresados mientras que yo veo cómo rendir un parcial. Puede ser que él vaya amanecido al colegio y no le importe, mientras que yo me vaya antes para dormir un poco y no llegar con ojeras al laburo o facultad. Puede ser que para él el sexo sea algo que todavía tiene que descubrir, mientras que yo sea quien lo haga experimentar. Puede ser que para él yo sea su primera novia, mientras que yo ya pasé por varias relaciones. Puede ser que para él, el amor sea un campo de misterios, celos, timidez, y ternura, pero créanme que para mí también lo es.
Él podrá ser más chico que yo, pero su forma de de ver el mundo, su personalidad, su amabilidad, su forma de decir lo que siente, lo que piensa, su manera de hacerme sonreír, divertir, de cuidarme, de estar ahí cuando lo necesito, no lo cambio por nada.
No te voy a mentir, siempre están los que te joden con que sos una "roba cuna", pero ante eso oídos sordos, es tu relación y no la de ellos. No dejes que nadie te llene la cabeza de cosas en su contra, o mirándole el malo negativo a tu relación porque lo más importante es que haya amor. Eso dicen, ¿no? La edad es lo de menos.

viernes, 10 de marzo de 2017

Esta piba

Hace una semana que decidí ponerle punto final a nuestra historia...Y cómo cuesta poner fin a lo que nunca empezó.
Nosotros empezamos con el pie izquierdo, viéndonos a escondidas sin que nadie sepa y poco a poco el mundo se estaba acostumbrando a vernos juntos. Juntos sin ser nada, pero juntos, que era lo único que importaba.
Esa noche de domingo te acercaste como siempre con la actitud de canchero, diciendo con la mirada "a esta piba la tengo siempre que quiero", pero esta vez era distinto, esta piba no iba a estar ese día y nunca más. Esta piba se dio cuenta de todo de una vez por todas. Esta piba había cambiado.
Te acercaste a querer darme un beso, te frené y me dijiste qué pasaba. Y ahí me surgió el tan ansiado y practicado "ya está, hasta acá llegó, se terminó". De golpe veía cómo esa sonrisa de costado se convertía en una cara seria, una cara que me pedía por favor que sea una broma, una mentira.
Me pediste perdón por tantos años de boludeo sin fin, me dijiste que me querías y que me ibas a demostrar todo pero no, no bastaba. Era una decisión tomada hace tiempo.
Recién ahí entendiste el dolor que yo sentía, entendiste que ya no te quería como hace un año atrás, entendiste lo cansada que estaba y asumiste la culpa. Te di un beso en el cachete y me fui esperando que me digas algo, pero no pasó. 
Al otro día llegó tu mensaje, no contesté porque seguía firme con mi decisión. No lo hacía por vos, lo hacía por mi. ¡Cuántas oportunidades perdí porque pensé tenerte a vos! Qué ilusa, ¿no?
Hoy, una semana después, no me mandaste ni un mensaje y no te miento, en momentos de soledad, lo espero, pero sé y estoy segura que es el comienzo de algo nuevo y bueno aunque sea para mí, y me lo merezco.
Te deseo buena vida y ojala algún día entiendas el gran amor que yo te tenía. Esta piba ya está mucho mejor sin tu amor.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Carta a las mujeres de 1911

Otro 8 de marzo más. Y no hay mucho que celebrar. 
Gracias, mujeres de 1911, por reclamar por lo nuestro. Lamentablemente tuvieron que cambiar nuestros destinos sacrificando sus vidas. Gracias por intentar mejorar todo aquello que contribuya a una mayor justicia social. 
Me gustaría contarles algo. Habla la nena que vivió en mí, la adolescente que vive hoy y la adulta que lo hará en el futuro, porque sin dudas el pronóstico no es muy alentador. Me gustaría contarles que a pesar de todo lo positivo que lograron, hay cosas que siguen pasando, que seguimos padeciendo. 
Tenía una amiga. Bianca se llamaba. Los sábados le gustaba bailar, salir, tomar, lo que le gusta a todas las chicas de mi edad, diecisiete. Su madre empezó a dejarla salir de noche a esa edad y se aseguraba de que llegara en las mismas condiciones en las que salía de su casa, sana y salva, gracias al taxista que la familia adoptó de cabecera. El más confiable. Un sábado como cualquiera salió. Cuando volvía en el taxi, se durmió. Nunca la volvimos a ver.
Su madre, con todo el dolor acumulado, no denunció. No cree en la justicia. No luego de que su hija María de veinticinco años recibida en Ciencias de la Educación decidió trabajar en la ciudad que quedaba a cien kilómetros de la suya e hizo dedo para poder llegar sin perder la mitad de su sueldo en un pasaje de colectivo. Lástima que las rutas tienen radares de velocidad y no de perversión. ¿Sabes cuántas otras tuvieron suerte? ¿Por qué derechos tan básicos e innegables parecieran inexistentes?
Mi vieja conserva dos amigas de su infancia. Una es diputada de la Nación y otra arquitecta. ¿Sabés cuántas veces se arrepintieron de no decirle al tintero que cambiara la última letra de sus credenciales? ¿Sabés cuántas veces se arrepintieron de no haber nacido hombres?
Ojalá fuera un hombre. Los hombres no salen con miedo de sus casas. Pueden emborracharse y quedar tirados en una calle y nadie va a hacerle más que quitarle sus pertenencias. No les van a sacar la dignidad. Ni las ganas de vivir. Ni la fe en la humanidad. No se sienten incómodos en su propia ropa, nunca se van a sentir humillados porque un baboso les tocó bocina ni por un enfermo que los apoyó en el bondi. Pero soy mujer. Soy mujer y cada día que salgo de mi casa me pregunto si seré la próxima, si seré otra de las “culpables” de que la violen, de que la maten. Porque las mujeres nos la buscamos.
Pero gracias a ustedes y a muchas luchadoras más, las mujeres vamos a tomar el rol que merecemos. Sé que algún día vamos a ser respetadas por la persona que somos y no por cómo lucimos o lo que hacemos.

lunes, 6 de marzo de 2017

Ella y él

Ella estaba triste, nunca se había sentido tan sola; era frágil e incapaz de curar las heridas que le dejaron. Él había recibido muchos golpes pero lo habían hecho más fuerte.
Ella estaba decepcionada, sin ganas de querer. Él no buscaba nada.
Cuando menos lo esperaban, él apareció y ella lo dejó entrar en su vida. Ninguno imaginaba que se podía amar con tanta fuerza, pero no todo es color de rosa. Hubo muchos grises entre ellos. Eran demasiado diferentes. Y aunque no pensaban o sentían de la misma manera, se complementaban perfectamente.
Cuando ella lloraba, él estaba ahí para abrazarla y aunque ella nunca imaginó verlo llorar, hasta el más duro se quiebra en algún momento, pero ahí estaba para consolarlo. Supo darle un beso cálido de esos que te hacen sentir en el lugar indicado.
Ahora él no puede vivir sin ella y ella muere por él.

jueves, 2 de marzo de 2017

El triunfo

Cada día es una nueva oportunidad para seguir avanzando en nuestra vida. Dentro del mismo camino podemos caer, desviarnos e incluso retroceder, pero si te esforzás, podés seguir avanzando a pesar de todo y de todos. 
Siempre van a haber personas que pondrán obstáculos en tu camino, que te van a tirar piedras para que caigas y retrocedas, pero está en vos no permitirlo y que nadie te detenga.
El triunfo no es todo en la vida, pero obtener el triunfo te puede llevar a un mejor lugar, te hace dependiente y fuerte para seguir solo y en cualquier circunstancia. 
No dejes que nadie te diga que es lo que debés o no hacer. No dejes que nadie te guíe ni te diga qué camino tenés que seguir. Recordá que depende de vos saltar los obstáculos, esquivarlos y seguir adelante sin que importe lo demás.
No tenés que olvidar nunca ser agradecido con todas las personas que están, que estuvieron y estarán para ayudarte a que sigas avanzando hacia la meta que deseás. También es importante mantener el razonamiento y los sentimientos equilibrados para así poder tomar las mejores decisiones.
Nunca te olvides de quién sos y tratá de salir adelante siendo vos mismo. Nunca dejes de tocar puertas y, aunque no se abran enseguida, no tenés que quedarte con eso, sino seguir tocando y esperando hasta que alguien abra.
No es fácil llegar a tocar el triunfo en la vida. No es fácil recorrer el camino con tantos obstáculos y pruebas que se van presentado. No es fácil tener que ponerte en ocasiones en primer lugar, ser tu prioridad y trabajar en vos, amarte o considerarte antes de cualquier cosa o persona. No es fácil colocar la mirada en el camino sin desviarse o distraerse...Pero acordate siempre que todo lo que de verdad vale la pena no es fácil de conseguir.