domingo, 30 de marzo de 2014

Entrelazados - Capítulo 13

No podía creer lo que había escuchado, la había tomado totalmente por sorpresa pero no quería demostrarlo en absoluto, por lo que Malena dejó su cara inexpresiva, solamente mirando a Nicolás a los ojos mientras en su mente miles de pensamientos rondaban a favor y en contra del muchacho. Estaba tentadísima a decirle que sí, pero el plan pautado con Lautaro impedía que ella haga esto. El plan consistía en que Lautaro y Malena se harían pasar por novios para que, tanto como Rocío como Nicolás, se quieran matar, vendrían arrastrándose a ambos y así las cosas volverían a la normalidad...Pero sin saber el plan ni haberla visto nunca con Lautaro, Nico ya le había ofrecido ser novios. La obsesión y las ganas de estar con él eran tan grandes, que Malena optó por ocultarle a Lautaro la propuesta de Nicolás y contestarle en ese momento:
- ¿En serio me estás diciendo?.- esbozó una leve sonrisa que hizo que Nico se sonroje, la agarre de las manos y comience a hablar.
- Me equivoqué mucho con vos. Nunca te supe apreciar y no me di cuenta de que tu cariño conmigo era re sincero y nunca voy a encontrar otra chica así.
Malena lo miro a los ojos, lo tomó del pelo en su parte de atrás y se besaron. Nicolás tomó un poco de distancia, agarrándola de la cadera.
- ¿Eso qué significa?
- Que sí, mi amor. Que sí. Perdón por ser tan pesada, es que te quiero un montón.- Las palabras brotaban solas del interior de Malena. Estaba tan feliz. Pero ahora debía tener muchísimo cuidado de que Lautaro no se entere.

Celeste y Bautista pasaron toda la tarde en la casa de él jugando a la play, mirando la tele, charlando e incluso merendaron juntos unos tostados con jamón y queso que Celeste había preparado. Cada tanto se oía el ruido de una puerta, por lo que Celeste se sobresaltaba y Bauti se reía.
- Tranquila, es la de la casa de al lado.
- Se escucha un montón.
Bauti sonríe.
- Quedate tranquila que no va a venir nadie.
- ¿No tenés familia vos?
Bauti asiente.
- Un hermano y a mi abuela. Pero mi hermano no está nunca, es más, creo que hoy tenía un partido. Y mi abuela sale con las amigas.
- Tiene más joda que vos.
Ambos se ríen. A Celeste le parecía un tanto extraño que viva con su hermano y la abuela. ¿Y sus papás? ¿Qué había pasado? ¿Estarán de viaje? ¿Vivirán en otro lado? Quería preguntárselo, pero todavía no había confianza para consultarlo, dejaría que si él tiene algo para contar, se vaya dando con el tiempo, no forzaría a que abra sus secretos familiares en ese instante. Bauti la abrazó de atrás y le acomodó el pelo, mientras Celeste lavaba los platos.
- Viniste enseguida hoy cuando te mandé el mensaje.
Celeste sonrió.
- Es que quería que nos amiguemos. Estaba en lo de Maca encima, intenté hacer lo más rápido posible.
Bauti se separa de ella y se sienta en la mesada de la cocina.
- ¿Qué hacías en lo de Maca? Creí que estaban peleadas.
- ¡Yo también! Pero nada que ver. Aclaramos las cosas y todo bien. Me imaginé que no podía engancharse tanto con vos por haberte visto una sola vez.
- Flasheó amor a primera vista...y es inevitable con esta carita.- Bauti se acaricia la pera a sí mismo y Celeste le tira un poco de agua.
- No, creo que no se llegó a enganchar y a amarte así repentinamente por Pache, sino estab...- Celeste se quedó callada, mirando fijo a Bauti y con la boca abierta. Había metido la pata. Sólo estaba deseando que Bauti al hablar no se hubiera dado cuenta de eso. Bauti abrió los ojos muy grandes y bajó del estante.
- ¡¡Naaaa!!
Celeste suelta los platos y se da vuelta, mirando a Bauti.
- No, no, no, no. Por favor, ¡no digas nada!
- ¿Vos me estás jodiendo? ¿Es verdad lo que me decís?
Celeste asiente.
- ¡¿Están juntos?!
Celeste le tapa la boca a Bauti.
- Garchan. Nada más.
- ¡No te la puedo creer! ¡¿Segura?!
- ¡Dejá de gritar!
Bautista se empieza a reír.
- Increíble. El mundo está loco.

Nicolás y Malena pasaron toda la tarde juntos en la casa de ella. Los padres de Malena estaban alegres de ver a Nicolás nuevamente. Siempre habían considerado que era el novio ideal para su hija y, ver que ahora estaban tan sonrientes y juntos, sumaba muchísimo. En un momento de la tarde, Malena estaba sentada en su sillón y Nicolás arrodillado en la televisión, tocando algunos cables para poder ver YouTube desde allí. Malena estaba comiendo unas papas fritas, las cuales Nicolás había negado, debía cuidar su estado físico.
- ¿Te puedo preguntar algo?.- consultó Malena. Nicolás tenía un tanto de miedo a lo que le iba a preguntar, pero estaba todo tan bien que optó por aceptar la propuesta.- ¿Por qué volviste?.
Nicolás lanzó un bufido, sonrió y se sentó al lado de Male.
- Porque pensé mucho y me di cuenta que no te quiero perder, que nunca te valoré del todo y...
Male le mete una papa frita en la boca.
- Ya está, cebado. Quería escucharlo de nuevo nada más.
Ambos se ríen. A Nicolás le suena el celular pero no lo escucha, estaba muy concentrado besando a su novia. Los mensajes que le estaban llegando eran de Rocío que, aún desde el parque donde se la pasó dando vueltas, pensando y tomando sol, le mandaba preguntas a Nicolás:
"¿Estás bien?".
"¿Qué estás haciendo?".
"¿No querés que nos veamos?".
"Mmm me parece que te enojaste por algo...".
"Euuuu".
Y fue totalmente ignorada toda la tarde y esto la preocupaba un poco. Nicolás se había ido repentinamente del parque, totalmente shockeado y no había tenido noticias de él desde entonces. También pareció un poco seco y mala onda al hablar con ella, pero quizá, lo que Rocío pensaba, era que le había afectado un poco saber que Malena estaba con Lautaro. Rocío creía que capaz la quería un poco como para amargarse así, y es lógico, está perdiendo a su hueso fijo por un tarado que encima en una ocasión le había dado una trompada en la cara.

El celular no le paraba de sonar, pero Macarena estaba concentrada mirándose al espejo que tenía en la parte interna de su placard. No tenía tiempo para atender a nadie, estaba bastante metida en lo que estaba haciendo: se miraba al espejo en ropa interior y con un marcador iba pintando las partes que quería mejorar en su cuerpo, por lo tanto estaba casi toda pintada de azul. El celular continuaba fastidiando, así que decidió parar un segundo con su ritual y vio que Pache la estaba llamando. ¿Qué debía hacer? ¿Lo atendía o no? Le resultaba un tanto extraño que la esté llamando, siempre con mensajes se arreglaba todo. Optó por atender.
- ¿Hola?.
- Qué hola ni hola, pedazo de tarada.
- ¿Eh?
- Abrime la ventana que estoy abajo.
Macarena se vistió rápidamente con lo primero que encontró, se asomó a su puerta y le gritó a la madre que se iba a bañar, así podría cerrar con llave y Pache estar ahí sin problemas. Le abrió la ventana y el joven entró como un rayo.
- ¡Te voy a matar, pendeja!.
Macarena se sentó en la cama rápidamente ya que Pache se tiraba sobre sí, de forma muy violenta.
- Par...
- ¡Confié en vos! ¡Teníamos un pacto!.
- ¡Mi mamá va a escuchar todo! Callate, por favor.
Pache respira hondo y cierra los ojos. Cuando los vuelve a abrir, habla un poco más bajo.
- Sos una gila. Yo sabía que ibas a hacer esto alguna vez. Pero decidí confiar en vos.
- No sé de qué estás hablando, Pache.
- ¡Contaste lo que hacíamos juntos!
Y a Macarena, con tan sólo esas palabras, le cayó la ficha de todo...

¿Qué hará Macarena al respecto?
¿Pachetti le cortará todo?
¿Podrá Malena mantener el secreto de su relación con Nicolás?
¿Qué pasará con Rocío cuando se entere de todo esto?


Continuará...

sábado, 29 de marzo de 2014

Ráfaga

No creí que la búsqueda de la felicidad pudiera ser tan complicada, pero de eso se trata un poco: la emoción que genera sentirse así cuando la encontrás... La sentí en mis manos incontables veces, pero no estoy segura si fue mi imaginación o no. Si fue real, entonces es un sentimiento que se puede perder fácilmente, por eso la valoro. La dividiría en dos clases: la felicidad que genera uno mismo sintiéndose a gusto y la felicidad que te regalan esas personas que cumplen roles importantes en tu vida. Por lo menos, para mí es así. Porque muchas veces mi felicidad dependió de esas personas que tuve o tengo al lado, esas personas que me dan más sin que se los pida...
Pero en realidad, nunca voy a ser feliz si no me propongo serlo. La verdad es que no hay mejor momento para ser feliz que ahora, ¿sino cuándo?
La felicidad no es el destino final, sino el trayecto de la búsqueda donde probás todo tipo de situaciones y cosas nuevas. 
Encontré felicidad en el amor, en la amistad, en mi familia, y en cada cosa que hice que me complacía. No hay nada más lindo que sentir el alma llena, sentirse completa. 
Fui feliz cuando me compré las zapatillas que quería, cuando lo vi reír, cuando alguien me hizo sentir linda, cuando me vi al espejo y me sentí en paz, y fue ahí cuando todo empezó a cambiar... Aunque no puedo quejarme.
Estoy rodeada de personas que valen la pena, los llamados "amigos o amigas" y, como también, están aquellas otras amistades, pero que a diferencia de las anteriores, no las cuento con los dedos de la mano. Pero aún así son ellos los que cuando ya no puedo conmigo misma y me dejo caer, me levantan a la fuerza, una y otra vez, y no se cansan, son siempre la oreja dispuesta a escuchar constantemente las mismas historias, los mismos problemas y las nuevas alegrías, cuando de vez en cuando se presentan. Los que se hacen querer en tan poco, mis amigos, los que me dicen “no llores” y al abrazarme rompo en llanto porque siento que en sus brazos puedo tener un segundo de paz, seguridad, sentirme aliviada. Es mi ambiente y mi entorno el que me ayuda día a día a seguir adelante y no dejarme sola en este presente que estoy viviendo, en el que cada segundo quiero sonreír y olvidarme de todos los problemas y del pasado que me desespera.
Y a veces me siento neutra, no entiendo el por qué, pero es así como me siento, aunque eso no indica que no sea feliz. Soy feliz porque soy rica en amistad, tengo más de lo que merezco, recibo amor a diario, y soy feliz cuando me lo propongo, no tengo que estar esperando por serlo. Tengo que convertir esto, todo esto, en felicidad ahora.
Un beso en la mejilla, un abrazo, una mirada, simples palabras traen felicidad a mi vida; locura, alegría, sentido del humor, personas incomparables y momentos inolvidables que siempre me regalan una sonrisa.

jueves, 27 de marzo de 2014

Sin prejuicios

Ya estoy cansada de la desconfianza. 
¿Qué es lo que te hace creer que un lugar con luces estrambóticas y gente bamboleada no te haga conocer al amor de tu vida? Yo conozco los excesos. Conozco los ojos para atrás, la mirada perdida, los pasos que no sincronizan y una canción que te invita a ver "más abajo del ombligo", pero me duele ver tanta gente perdiendo más de una oportunidad. 
Reconozco con total aceptación el hecho de que más de una vez me sienta sapo de otro pozo. Siempre digo que tendría que andar en carreta y que preferiría comunicarme con mis allegados con cartas escritas con tinta y pluma, y no con una simple combinación del sistema binario. Pero es la que me tocó vivir, y mal que me pese el hombre es un animal de aceptación.
Lo único que digo es que lo único que espero es que si llego a encontrar al amor de mi vida, que este no se preocupe por cuánto gano a fin de mes, que no se fije en mis zapatillas ni en la ropa que uso, que no me prejuzgue por el barrio en el que vivo, que no me mire mal por cada tanto tener ganas de fumarme un cigarrillo de relleno diferente, que no se preocupe por mi pasado turbulento, que no necesite prohibirme ciertos vicios y placeres para sentir que soy plenamente suya.
Yo quiero que se queden con lo que no se ve a simple vista. Un reggaeton y pasos de baile bonitos no hablan de mí. Una vestimenta de minita solamente para ir a bailar no indican lo histérica y sacada que parezco ser. Un grupo de amigas fiel y leal no indican que van a llenarme la cabeza en contra de nadie, sino que hacen todo por verme feliz. Soy más que esto. Soy mucho más que esto...
¿Encontraré a esa persona? Espero que sí, y la borrachera me da la diestra. Más no puedo pedir. Por lo menos no en este lugar, donde sólo la gente viene a apostar suerte en un amor que durará lo que dura un estornudo.

lunes, 24 de marzo de 2014

Nunca más

Nunca más.
Nunca más debemos repetir esta historia donde miles de almas quedaron sin vida, enterrados en una fosa.
Nunca más hay que permitir que muchísimas familias pierdan a sus seres más allegados.
Nunca más queremos pasar por siete años en el cual estábamos sometidos a la censura.
Nunca más necesitamos que nos controlen los pensamientos ni intenten educarnos a la fuerza. Cada uno debe ser libre de opinar y pensar como quiere.
Nunca más empleemos las armas para arruinar vidas solamente por tener una ideología distinta a la nuestra.
Nunca más queremos ver sangre desparramada por el asfalto de nuestra ciudad, índice de que el nazismo estaba latente en nuestro país.
Nunca más volverán esos treinta mil desaparecidos.
Nunca más tiene que repetirse esta historia que tanta huella dejó en nuestro país.
Nunca más terroristas en el poder, excusados de buscar el "bien común" por encima de nuestros derechos, a costa de torturas, muerte y desaparición, justificando la violencia.
Nunca más vivir atrapados en una mentira disfrazada de libertad. Nunca más vivir silenciados ni con miedo.
Nunca más ser privados de ver el sol.
Nunca más una dictadura en el poder.
El 24 de marzo de 1976, en Argentina, comenzó a vivirse el peor momento de nuestra historia. Fue permitido un régimen que apelaba la tortura, la violencia, la desaparición. Miles y miles de personas fueron asesinadas a sangre fría y sin motivo por pensar diferente. Miles de identidades fueron robadas.
Hoy, treinta y ocho años después, a nosotros nos toca la suerte vivir en una época diferente, en democracia, como siempre debió haber sido. Y todavía hay quienes se jactan de llamar a esto que hoy vivimos "dictadura", sin tomar consciencia de lo que en verdad significa esa palabra.
Podemos estar en desacuerdo con el gobierno, pero jamás debemos permitir que éste sea derrocado nuevamente.
Antes, salías a la calle sin saber si esa sería la última vez. Si estabas vestido de una forma o con un corte de pelo "inadecuado", ya era razón suficiente para capturarte. Hoy, recuperamos esa libertad. Podemos quejarnos de la inseguridad, pero hoy cada uno puede llevar la vestimenta o el corte de pelo que quiera. Podemos quejarnos de cosas que están mal, pero jamás usar la palabra dictadura en referencia a esta realidad. No caigamos en el peor de los errores que es la ignorancia. Defender esos gobiernos o pedir nuevamente a los militares en el poder, es olvidar a esas treinta mil almas desaparecidas, es dejar en el olvido aquellos tiempos en donde la muerte acechaba y flameaban las banderas de la represión. 
Respetemos, cuidemos y valoremos nuestra libertad, llevemos en alto esa bandera, junto con la de democracia. Nuestros padres, abuelos, tíos o familiares vivieron esa época, ellos también pudieron ser víctimas. Proclamemos esas banderas en honor a aquellos que no corrieron con la misma suerte, en honor a aquellos que pelearon por que hoy hayamos recuperado nuestros derechos. Hagámolos valer y todos juntos gritemos bien fuerte "Nunca más".
Nunca más.

domingo, 23 de marzo de 2014

Entrelazados - Capítulo 12

Rocío se paralizó y quedó completamente sorprendida. No sabía qué hacer: si entrar como una fiera y empezar a las puteadas o irse y hacer como que nada pasó y no remarla nunca más. Era evidente que ya Lautaro se estaba chamuyando a otra piba, pero...¿justo a Malena? No, no podía ser posible...y no era justo tampoco. ¿De dónde se conocían? ¿Y si su relación viene de antes? ¿Sabía Nicolás de esto? Debía hablar enseguida con él, tenía que saberlo. Pero primero necesitaba encontrarse a sí misma, estar relajada en algún lado. Bajó las escaleras en silencio y Valentina estaba en la punta de la escalera, mirándola fijo. Rocío se quedó mirándola apenas bajó, haciendo puchero. La nena la abrazó fuerte y Rocío, inmutada, le sonrió como pudo y salió. Estaba tan sólo a la vuelta del parque, así que eligió ir a acostarse en un banco, con el sol pegándole en la cara y analizando toda la situación. De hecho lo hizo, se acostó, pero enseguida notó que las lágrimas brotaban de sus ojos, por lo que se tuvo que sentar y taparse la cara, intentando escapar de ese mundo, de esa realidad que tan rápido había cambiado su verdadera vida, la que tan cómoda estaba, la que no tenía problemas. Ella había arruinado todo, había arruinado su relación de más de un año, había arruinado otra relación como la de Nicolás y Malena, había dejado tiradas a sus amigas muchísimas veces por su novio, había tenido ese fuerte cruce con su padre, había hecho cosas horribles y tenido pensamientos muy erróneos tan sólo en un par de días. Y todo había pasado porque confundió las cosas...Es más, ni siquiera eso, solamente pegó buena onda con un chico, pero ni se había imaginado que eso equivalía a arruinar su tranquilidad. No se merecía esto, no era mala chica, no sabía qué le estaba pasando por la cabeza a la hora de hacer las cosas. Lloraba desconsoladamente en aquel banco del parque cuando sintió que se sentaron a su lado. No se animaba a quitarse las manos en la cara, no le gustaba en lo más mínimo la idea de que alguien la vea con todo el delineador corrido, llorando a mares, y menos que seguramente piense que es una loca esquizofrénica. La persona que se sentó a su lado tosió y Rocío respiró hondo. Sintió cómo le corrían el pelo de la cara y le sacaban las manos de los ojos. Cuando la rubia levantó la vista, allí lo vio a Nicolás, mirándola fijo y haciendo puchero, con un pañuelito en la mano. Rocío lo agarró y se secó las lágrimas.
- ¿Puedo preguntar qué te pasa?
- No sé.
- ¿No confiás en mí?
Rocío lo miró fijo.
- ¿Debería hacerlo?
- ¿Y por qué no?.- Nicolás le dedicó su mejor sonrisa.
- Te conozco hace una semana.
- El tiempo no da la confianza, sino las cosas que vas viviendo con el otro.
- En una semana lo único que vivimos fueron desplantes, angustias y explicaciones innecesarias.- Rocío puso la voz firme, no quería volver a quebrarse, bastante horrorosa debía verse en ese momento. Su cabeza no paraba de pensar en qué era lo correcto que debía hacer.- Y todo por mi culpa.
- Si te vas a victimizar, mejor me voy.- Nicolás amagó a levantarse y Rocío lo agarró del brazo bruscamente, obligándolo a volver a sentarse.
- Vengo de lo de Lautaro. 
Nicolás la agarró de las manos y la miró fijo, esperando que continué. La tomó fuerte porque se imaginaba que estaba por venir un momento fuerte. Si estaba así, era porque algo la había impactado y le estaba haciendo mal. No era su obligación escucharla ni aconsejarla, de hecho no era muy bueno con eso, pero parecía una chica buena e inofensiva y no podía dejarla allí sola. De lejos, ve a Pache y a Bauti mirándolos, sentados en un banco más alejado. Con disimulo, Nicolás les hace un gesto con la cabeza para que se vayan y sus amigos obedecieron. Rocío comenzó su relato...

Una vez en casa, tranquilo, sin la presencia de sus amigos que lo distraían y le facilitaban evadirse de sus pensamientos, Bautista no tuvo más distracciones y por ende su cerebro empezó a maquinear. Se sentía horrible por el suceso ocurrido la noche anterior con Celeste, ese acto fallido que le rompió el corazón en mil pedacitos. "Es obvio que sigue enganchada con su ex", "¿me usará como pasatiempo para olvidarse de él?", eran algunos de los mambos que atravesaban su mente. 
Luego de varias horas haciendo zapping porque nada le interesaba, o quizás porque no estaba realmente prestando atención a lo que veía, el dolorido muchacho se dio cuenta que no podía seguir quemándose el bocho con dudas, y que lo mejor, para bien o para mal, era preguntárselas a Celeste, la única que podía resolverlas.
Recordando el mensaje que ella le envió al mediodía, escribió: "Sí. Vení a mi casa en una hora y hablamos." y sin vacilar lo envió. El punto final en el mensaje no era casualidad, ambos sabían que cuando terminaban las oraciones con "." algo no andaba bien, y de esa forma le demostró que no estaba todo bien, quería hablar pero eso no significaba que iba a perdonarla.

Cuando Celeste recibió el mensaje se encontraba todavía con Macarena, y al leerlo se le estremeció todo el cuerpo. Tratando de disimular sus nervios y el dolor de panza que le había provocado, se mantuvo callada escuchando la historia que su amiga le relataba desde hacía 2 horas y 42 minutos exactamente. Sabía que tenía que prestarle atención, pero a partir de ese mensaje, su cabeza estaba en otro lado. Celeste notó que su amiga ya no movía los labios, señal de que el relato había terminado... 
- ¡Ay, Maca, por Dios! ¿Cómo pudiste estar tanto tiempo soportando esto vos sola? Si me lo hubieses contado desde el principio por lo menos podría haberte aconsejado.
- Ya lo sé, es que hicimos esa promesa que te conté que...-Celeste interrumpe.
- Amiga, perdoname, pero me tengo que ir, me mandó un mensaje mi mamá para que la acompañe a hacer unos trámites.- Mentirle a su amiga le generaba mucha culpa, pero no se le ocurría otra opción. No quería quedar como la garca que la dejaba colgada a su amiga en medio de un relato para irse con un chongo. Pero esta podría ser la única oportunidad que tenía para arreglar las cosas con Bauti.
- Dale, obvio. No te preocupes, otro día la seguimos, te abro la puerta.
Celeste estaba desesperada, tenía menos de una hora para bañarse, vestirse y llegar a la casa de Bautista. Se sentía tan nerviosa como en aquella primer salida cuando caminando hacia el parque donde no paraba de pensar en qué tenía que decir, en cómo tenía que actuar...Ahora se encontraba igual. Nerviosa y asustada, pero decidida a ir. No podía dejar que se arruine todo por un error de ella, por una falla en su inconsciente que le jugó una mala pasada.

- Pero, Ro, ¿estás segura?
- Sí, Nico. Estaba ella sentada a upa de él, los dos en la compu mirando algo y riéndose re felices de la vida. Increíble. 
- Capaz son amigos, no sé...
Rocío miró a Nicolás con cara de pocos amigos.
- ¿Desde cuándo? Una amistad no se puede ocultar como un romance. Yo me hubiera enterado.
- No tenía idea de que Lautaro y Male pudieran tener algún tipo de conexión.
Nicolás apoyó sus codos en las rodillas, sus manos en las mejillas y miró el suelo, bastante obnubilado. Rocío le pasó una mano por la espalda.
- ¿Estás bien? ¿Te dolió?
- No.
- ¿Estás enojado?
- No.- Nicolás se pone de pie y mira a Rocío.- Si no te molesta...
Rocío asintió.
- Andá, no pasa nada...
Nicolás sonrió de costado, falsamente, y se alejó caminando despacio. Rocío no entendía bien qué estaba pasando por su mente. Consideraba que quizá se dio cuenta que la quiere a Malena y no le gusta verla con otro y menos si ese otro es Lautaro. En realidad, lo que estaba pasando por la cabeza de Nicolás una y otra vez era lo tarado que fue en intentar involucrarse en la vida de Rocío. Era una chica preciosa y muy simpática, sí, pero Pache le advirtió de entrada que era jodida y además era la novia de un compañero de equipo. Parecía la historia de Wanda con Maxi López e Icardi, con la excepción que entre Nicolás y Rochi nunca había pasado nada. Estaba un poco harto, Nico era un chico al que no le gustaba que le rompan las pelotas en lo absoluto y desde que conoció a Rocío, los problemas aumentaron cada vez más. Suficiente tenía con Malena como para encima ahora tener que bancar los mambos de otra chica que no era nada de él. Malena. Otro temita que debía solucionar. ¿Qué onda? ¿De verdad estaba tan resentida que fue y se comió a Lautaro? ¿Podía ser capaz de eso con lo obsesionada que estaba con él? No se le ocurría en absoluto que, con todo lo que Malena lo quería, le pudiera hacer eso. No le afectaba mucho, quizá le jodía el hecho de que se quedó sin su fija, sin alguien que le haga escenitas de celos y sin alguien que de verdad se preocupaba por él. Nicolás lo único que quería de Malena era eso: que lo haga sentir querido, importante y lindo...Male solamente sabía aumentar su ego. Pero se dio cuenta que esto ya no y que se quedó totalmente solo. Esa idea no le gustaba en absoluto, por lo que Nicolás fue a su casa, se duchó, se cambió, se puso aquel perfume One Million que a Malena la derretía con la ropa de él que a ella más le gustaba y decidió ir a buscarla a la casa.

Celeste tragó saliva fuerte y tocó el timbre en la casa de Bautista ya que no le llegaban los mensajes avisándole que estaba afuera. La puerta se abre y ahí estaba Bautista, mirándola. Tenía cara de pocos amigos y Celeste ya tenía ganas de irse corriendo del lugar. Decidió descomprimir ese silencio tan incómodo.
- Hola. No te llegaban mis mensajes.
- Se me fue la señal, no sé qué onda. Pasá.- Bautista abre del todo la puerta, la hace pasar a Celeste sin saludarla y cierra tras de sí. Comienza a caminar en silencio por un largo pasillo y Celeste optó por seguirlo. Había un total silencio en la casa, por lo que pudo notar que estaba solo. Bautista entra a lo que la joven pudo notar que era su pieza. Todas las paredes de color blanco excepto una que era de color turquesa intenso. Una cama de plaza y media ubicada en sentido contrario al placard de algarrobo, un estante al lado de la puerta que tenía una notebook sobre él y, sobre las paredes, muchísimos cuadros de Led Zeppelin y Pink Floyd. Bautista se sentó en su silla con ruedas, cerca del escritorio, volteándose para mirar a Celeste.
- Sentate.
Celeste, en silencio y sin quitarse la cartera, se sentó en la punta de la cama.
- Bauti, yo...
Bautista negó con la cabeza.
- Hoy hablo yo.
Celeste lo miró fijo.
- Te la hago corta, Celeste. Yo soy un pibe que le gusta decir las cosas de frente y no me cuesta expresarlas.- Tragó saliva, dispuesto a empezar a hablar. Celeste escuchaba atentamente.- Te conozco hace poco más de una semana, viéndonos casi todos los días y conociéndonos bastante, al menos al punto de saber las historias pasadas de los dos, ¿no?.
Felipe.
- Sí.
- Darte un beso a vos ayer fue increíble. Hace un montón que no me sentía tan cómodo y me gustaba tanto una chica.
Celeste esbozó una pequeña sonrisa.
- Pero si vas a seguir pensando en un chabón que está en la otra punta del continente y ni siquiera es capaz de llamarte para ver cómo estás, yo no voy a ser su reemplazo y mucho menos voy a soportar que estés con la cabeza en otra.
- Bauti, recién nos conocemos y...
- Ya sé. Por eso es mejor dejarte las cosas en claro desde el principio. Yo quiero seguir conociéndote, me gustás, ya te dije, pero que me digas Felipe en un momento tan importante como ese beso, me parece que no da.
- No, ya sé.- Celeste se arrodilla ante Bauti y le pone una mano en la cara.- Perdoname, estuve re mal, fue un acto totalmente fallido.
- Es tu inconsciente. Aunque tu consciente también piensa en Felipe.
- Mi consciente piensa en que quiero ser feliz. No importa si es con Felipe o con quién, pero quiero ser feliz. Dame tiempo.
Bautista le saca suavemente la mano de su cara.
- ¿Tiempo? ¿Tiempo para qué?
- Para conocernos. Para aislarme un poco de mis pensamientos. Para encontrarme. Para estar realmente convencida de que Felipe ya fue.
- ¿No lo estás?
Celeste miró para abajo y Bautista se puso de pie, esbozando un bufido.
- Ya está, Celes, dejá.
Celeste se pone de pie y lo abraza.
- Perdoname, Bauti. Tengo muchas ganas de conocerte, pero no te puedo negar que me nombran a Felipe y se me paraliza el mundo. No porque lo siga amando, sino por todo lo que significó en mi vida.- Lo mira fijo.- Sos el primer chico que me interesa después de él, el único al que besé después de Felipe. Algo generás en mí que no genera otra persona.
- Sí. Felipe genera más.
- Bauti, tenés que entender que Felipe estuvo conmigo cinco años enteros, acompañándome, escuchándome, estando conmigo...Es difícil superar a una persona que ni siquiera te lastimó, sino que se fue lejos...
Bautista le corrió el pelo de la cara y la miró con dulzura.
- Estoy dispuesto a lograr que seas feliz, quizá no conmiga, quizá tampoco con Felipe. Pero mi meta ahora es conocerte, recorrer tus secretos y ver qué puede pasar. Solamente tenés que permitírmelo.
A Celeste se le empañaron los ojos, miró para abajo y Bautista con el dedo índice la tomó de la pera, levantando su rostro y dándole un beso lleno de confianza, seguridad y ternura.

Cuando a Malena le llegó aquel mensaje, lo único que pudo hacer es preguntarle a Lautaro qué debía hacer y cuál era la posición que debía tomar. Lautaro le dio el sí para que Malena acceda, por lo que saludando a su amigo, se fue directo a su casa y allí encontró a Nicolás, parado en la puerta con las manos en los bolsillos.
- ¿Y vos qué hacés acá?
Nicolás se acercó más a ella.
- Quiero decirte algo.
Malena lo miró en gesto de espera.
- Que me perdones por descuidarte, por no darte el cariño necesario, por haberte boludeado un poco...
- ¿Un poco?.- interrumpió Malena que estaba totalmente atónita por lo que estaba escuchando.
- Bueno, mucho...Y...quiero demostrarte que me la voy a jugar por vos.- De su bolsillo, saca una cadenita y se la muestra a Malena.- ¿Querés ser mi novia?.

¿Por qué Nicolás estaba haciendo eso?
¿Cuál será la respuesta de Malena?
¿Cómo continuará la historia de Bautista y Celeste?
¿Podrá Macarena cortarle todo a Pache?


Continuará...

sábado, 22 de marzo de 2014

Insegura inseguridad

Supongo que a vos, como a mí y como a mil chicas, nos pasa lo mismo. Eso de que te sentís "insegura" (sin fuerzas para afrontar algo), ya sea en tanto a algo que tengas que hacer, o por cómo te veas, o mismo por algo que estás esperando.
Insegura sobre una nota, insegura sobre una persona, insegura por tener que rendir alguna materia, insegura porque pensás que tenés un poco más del peso que deberías tener o mucho menos del debido. A todas nos pasa, en serio. No estás sola. 
Pero obviamente creo que debemos meternos en la cabeza que con inseguridad no llegamos a ningún lado. Está bárbaro sentir miedo, nervios o lo que sea, pero si estamos todo el tiempo inseguros de algo y ni siquiera lo intentamos, perdemos toda nuestra vida sin un poco de riesgo.
Si nos va mal en algo, ¿es el fin del mundo? No, está bien. Te vas a poner mal, pero es un obstáculo para que después puedas rendir física y mentalmente mucho mejor que la primera vez. Son errores que sirven en la vida.
Si te sentís insegura de tu cuerpo, hacé algo para lograr el cambio que vos creas mejor para vos, pero que vos creas que es lo mejor, no el resto
Si te sentís insegura por un examen, estudiá como nunca. Después, el día de la prueba, tenés que dar lo mejor de vos. Si te va mal, por lo menos sabés que estudiaste mucho y que todo lo que estudiaste después ya lo vas a tener incorporado para darlo mejor y estudiarlo más rápido.
Si estás insegura de una persona, no juzgues sin siquiera conocerla. Animate, no perdés nada, el corazón lo tenemos rotos todos, si no lo tenemos roto es porque nunca tuvimos una realidad con nosotrosTodos sufren, todos lloran... Son leyes de la vida para encontrar algo mejor.
Por eso mismo, podés estar insegura, pero no tengas miedo a intentar, no tengas miedo a probar lo hermoso que es tener un poco de adrenalina en el cuerpo, un poco de confianza en uno mismo...

jueves, 20 de marzo de 2014

Mi primer final feliz

No siempre la primer persona con la que estamos es nuestro primer amor. Nunca amamos igual, nunca sentimos con exactitud lo mismo. Todas las relaciones son diferentes y cada vez que pensamos que "nos enamoramos" es diferente.
¿Cuántas veces le juré amor a esa persona que, después entendí, se cagaba en mí y en todo lo que yo sentía? ¿Cuantas veces pensé que nunca iba a volver a amar así?
Imaginé que "amar" era esa obsesión enorme que me invadía, y me llenaba los días de preocupaciones y celos, de frustraciones y rencores. 
Amé (o quizás me obsesioné) mucho con alguien que ya estaba amando a otra. Y quizás eso no haya sido su culpa, simplemente sus sentimientos ya le pertenecían a alguien cuando yo llegué. Su corazón ya estaba ocupado, por más espacio que él haya intentado brindarme. Claramente a mí no me alcanzaba con ese "espacio" sino que necesitaba ser la dueña exclusiva de ese corazón, completo.
Al no conseguirlo, me sentí destrozada, rendida, débil, una estúpida que agotó todas sus energías en conquistar la tierra que ya había sido descubierta.
Aún así, después de tanto tiempo, no me arrepiento de haberlo intentado. Dicen que siempre es mejor arriegarse y no quedarse con la eterna duda del "qué hubiera pasado si...". No podría vivir con esa incógnita en la cabeza. 
No me arrepiento de todo lo que lo quise, porque sería muy triste arrepentirse de amar, con lo lindo que es el amor... De lo que sí me lamento es de no haberme dado cuenta antes de lo en vano que estaba resultando todo y de lo sola que me iba quedando con el paso de los días. Cada vez vos más lejos de mí y yo más cerca de vos.
Supongo que siempre fue así pero con la diferencia de que yo no podía verlo, no podía darme cuenta aunque me lo dijera todo el mundo, aunque en el fondo hasta yo misma lo supiera... Mi corazón no quería aceptar la realidad que ya era tan evidente para mi cerebro.
Tardé mucho, sí. Pero te dejé ir. Y a pesar de que quisiste volver, como siempre, esta vez fue diferente, esta vez yo ya no quería que volvieras, yo ya no te quería conmigo. 
Y así, "después de la tormenta siempre sale el sol", la tormenta pasó y el sol salió para mí de una vez por todas y conocí a la persona por la que hoy pongo las manos en el fuego, por la que hoy apuesto todas mis fichas y me dejo enamorar, confío y apuesto una vez más al amor. Hasta me animo a decir que esta vez, me espera mi primer final feliz.

martes, 18 de marzo de 2014

Ángeles

Su vida tenía la principal característica de ser demasiado violenta. Bueno, capaz "violenta" no sería la mejor palabra para definirla... Pero lo que ella sí tenia bien en claro es que en su mente persistía la sensación de tener que enfrentarse a los cambios muy a menudo. Muy a menudo y sin anestesia.
En sus momentos de reflexión interna trataba de encontrar algún que otro justificativo para aplacar su pesar, pero sabía que no iba a ser posible. Se empecinaba en decir que "estaba hecha para resistir al dolor", que "los años no vienen solos", pero muy adentro suyo sabía que sola, lo que se dice sola, no iba a poder. 
Siempre hubieron ángeles a su lado que la acompañaron en todo momento o aves de paso que lograron aliviar algún que otro pesar. Y estaba agradecida por ello.
Nadie tiene la vida comprada
Ella no tuvo la culpa de que las cosas se dieran así... ¿O te pensás que no le hubiera gustado quedarse eternamente en la tierra con vos? Igualmente lo está, sólo que no presente físicamente, pero sí de manera espiritual... y eso es lo que tenés que entender para salir adelante.
De todas maneras, a pesar de los contratiempos, las tormentas, los huracanes y los días grises, vos crecés. Crecés y no perdés bajo ningún punto de vista tu esencia personal, más allá de la ausencia física de una de las personas más importantes para vos. Vivís, creés profundamente en el amor (jamás perderás la ilusión), no perdés el control de vos misma y te mantenés estable porque sabés que si no lo hacés por vos, nadie lo va a hacer.
En tu actual adolescencia, sabés que la vida te deparará más obstáculos para atravesar. Siempre estás preparada para todo, y eso, en parte, te pone feliz. 
Lo que vos no sabés, o posiblemente sí pero lo dejás guardado bajo llave en algún rincón de tu corazón lleno de experiencias, es que los ángeles existen. 
Los ángeles se sientan con ella, a quien tanto extrañás, a tomar mates, a hablar de la vida, a confiarle sus secretos más íntimos y a pasar buenos momentos. 
Ellos, de vez en cuando, vuelven a su cielo y a su hogar. Pero quieren que vos no se sientas sola, porque no lo estás.
Tus ángeles te miran siempre desde arriba, sonriéndote...

domingo, 16 de marzo de 2014

Entrelazados - Capítulo 11

Celeste entró a su casa y cerró la puerta tras de sí. Se quedó apoyada contra la pared mirando para arriba, con la boca abierta y el corazón temblando fuerte. ¿Por qué había reaccionado así? Quedó como una imbécil. Él le dio uno de los besos más tiernos que haya recibido en su vida, y ella se lo siguió dos segundos y se metió corriendo en su casa. No tenía sentido que haya hecho eso. Ahora Bautista pensaría que era una pendeja enamoradita del chico que se fue a vivir lejos y no lo puede superar. Y no sólo eso, sino que quizá también se haya sentido rechazado. No podía permitirse que Bautista se enoje o se ofenda, ella le tenía cierto aprecio y le bancaba muchísimo todos los mambos que ella presentaba. Con la lluvia cayendo cada vez más fuerte, Celeste volvió a abrir la puerta de su casa, lo vio a Bautista a punto de subirse al taxi y le gritó.
- ¡Bauti!
El joven dio media vuelta, empapándose y ella corrió hacia él, sin miedo de tropezar con los charcos y casi sin verle la cara por la fuerte tormenta que había, pero de todas formas se abalanzó sobre él, a upa, enredando sus piernas en la espalda de Bautista y devolviéndole aquel beso tan tierno que había comenzado él...

Rocío se levantó este nuevo mediodía con ganas de arreglar las cosas. Tenía que hacer buena letra con Lautaro para volver, de verdad lo estaba extrañando mucho. Lo de Nicolás fue un histeriqueo innecesario, ni lo conocía, solamente le parecía un lindo chico y enseguida ella flasheó con él, cuando el pibe parecía pretender una amistad porque encima estaba con una chica. La rubia se dio una ducha, bajó a almorzar algo con sus padres, les dijo que iría a caminar por el parque, se cambió y se fue tranquila pero con el cerebro pensando sin parar, hacia la casa de Lautaro. Tocó timbre una vez y esperó de brazos cruzados mirando hacia el costado. Tenía miedo de que le abra la mamá de Lauti, nunca se cayeron del todo bien y, si sabía lo que había pasado, esto empeoraría las cosas mucho más...Pero de todas formas, quería hablar con su nov...con su ex novio, perdón.
La puerta se abrió de par en par y se asomó Valentina, la hermana más chica de Lauti, que tiene diez años. Al ver a Rocío, la pequeña la abrazó por la cintura.
- ¡Te extrañaba! Hace mucho no venías, ¿por qué?
Rocío le sonrió y recordó las tardes enteras que se la pasaron juntas jugando a las muñecas mientras Lautaro jugaba a la play y boludeaba en la compu. Se habían transformado en grandes compinches y era una de las cosas que influían a la hora de cortar todo con Lautaro. Rocío le acarició el pelo a Valentina, y mientras le preguntaba cómo estaba, evadiendo totalmente la pregunta de la niña, entró en la casa, mirando con disimulo a todos lados y notando que no había nadie.
- ¿Tu hermano no está?
Valentina asintió.
- Arriba...Se supone que me tendría que cuidar, pero está ocupadito me parece.
¿Ocupado? ¿Haciendo qué?. Rocío sonrió de todas formas para disimular su intriga.
- Voy arriba a hablar con él, ¿dale?
- Pero te dije que está ocupado, Rochi.
- ¿No puedo subir?.- ¿Qué estaba pasando? Roció no entendía nada.
- Sí, subí, pero yo te avisé...
Rocío miró a la nena a los ojos, esos ojos tan tiernos esta vez estaban advirtiéndole algo.
- ¿Después jugamos?
Rocío le acarició la carita.
- Después me tengo que ir rápido, pero te prometo que otro día vengo.
Valentina la miró apenada, lo que estaría por ver Rocío no le iba a gustar en absoluto.

Nicolás, Bautista y Pachetti tenían la costumbre de ir a trotar día por medio al parque, más de una hora, ya que no entrenaban durante la semana en el verano. Se morían de calor, sí, pero preferían mantener su estado físico. Si bien Bauti no jugaba a la pelota con ellos, le gustaba mantenerse en forma e ir al gimnasio, y nada mejor que pasar tiempo con amigos mientras te ejercitás.
- Sos un boludo igual, Nico, yo te dije que Rocío estaba re casada.
Mientras trotaban, Nicolás se pasó la mano por la frente, secándose el sudor.
- No pasó nada con Rocío. Ya les dije veinte veces.
- Yo te creo.- comentó Bauti.- Además Lautaro siempre tuvo pinta de celoso y molesto.
- ¿Celoso y molesto?.- dijo Pache.- ¿Vos qué harías si tu novia te dice el nombre de otro pibe en vez del tuyo?
Bautista se quedó en silencio, con mala cara, pensando en lo que había pasado anoche. Cuando terminó de besar a Celeste, la bajó de encima suyo, le corrió el pelo mojado de la cara y le había dicho:
- Sos hermosa. Me encantás.
Celeste con los ojos empañados en lágrimas le había sonreído diciéndole:
- Vos a mí también, Felipe.
Y la situación se desmoronó. Celeste le rogaba perdón mientras Bautista se subía al taxi y se iba a su casa, dejándola bajo la lluvia, lloriqueando y queriéndose morir por su acto fallido.
- Sí, supongo que sería feo.- contestó Nicolás ya que Bautista se quedó callado.- Encima no sé cómo se enteró Malena y me vino a hacer una escenita, re enferma.
- Uh, pero vos te metés con todas locas también.- lo burló Pache.
- Por lo menos estoy con alguien, no como vos, fraca.- Bautista y Nico chocaron manos por el descanso hacia su amigo.
- ¿Qué saben si estoy con alguien o no?.
- ¿Con quién estás? ¿Con la gorda Maca?.- Bautista se rió por el comentario despectivo de Nicolás. Sonaba feo, sí, pero en definitiva todos los hombres y hasta las mujeres tenemos la costumbre de burlar un poco a alguien.
Cuando mencionaron a Macarena, Pache dejó de trotar y se quedó más atrás, mirando a sus amigos seguir su camino. Quedó un poco obnubilado, ¿justo a ella tenían que nombrar? Le dio un poco de angustia que se hayan referido a Macarena como una gorda. A él le gustaba así, además era lo único fijo que tenía, tenía que conformarse sí o sí. Decidió, como hace siempre, seguir la burla hacia Macarena, sintiendo culpa en su interior pero sabiendo que nunca podrían enterarse de esta relación tan oculta. Comenzó a trotar, llegó a ponerse a la par de sus amigos y comentó:
- Mirá si voy a estar con esa fea, ni en pedo.- los tres riéndose continuaron su camino.
El celular de Bautista sonó, lo tomó de su mochila y leyó el mensaje: "¿Podemos hablar?". Eliminó el mensaje, guardó el celular y continuó su trote haciendo caso omiso al mensaje.

Celeste se quería matar literalmente. Otra vez más, lo había arruinado todo. No paraba de confundirse y mandarse cagadas, ya no sabía cómo controlarlo. Recordaba lo mucho que había retado a Rocío por haberse confundido los nombres...pero encima su amiga ni siquiera se los confundió, sino que realmente pensaba que estaba hablando con Nicolás. Lo de la morocha era peor, mucho peor, se confundió de verdad el nombre. Cagó todo completamente. Estaba bastante devastada, pero quería distraerse y no pensar tanto en este quilombo, así que optó por llamar a Maca que hace unos días no la veía, y de hecho la extrañaba. Maca estaba un tanto ofendida por lo de Bautista, sólo que Celeste no se daba cuenta aún, era un tema que tenían pendiente. Macarena aceptó la propuesta de juntarse a tomar unos mates en su casa, por lo que Celeste llegó enseguida ya que vive a corta distancia de lo de su amiga. Se abrazaron fuerte, pusieron el agua a calentar y Celeste se sentó en la mesada de la cocina mientras Maca buscaba unas galletitas.
- ¿Estás mejor?.- preguntó Celeste.
Macarena la miró y sonrió.
- Fue una estupidez lo que hice.
- Me sentí muy culpable...Sobre todo cuando encontramos tu celular con la conversación abierta.
- No pasa nada. Supongo que habrás pensado que le daba nada más, pero el chabón me gusta bastante...Bah, lo vi una sola vez, ¿pero viste cuando flasheás amor a primera vista?.
Celeste sonrió y lanzó un bufido.
- Perdón.
Macarena le guiñó el ojo y le acarició la mano.
- Todo bien, dejémoslo ahí. Si él te tenía ganas a vos, yo no podía hacer nada.
- Qué raro que me digas eso.
- ¿Por qué?
- Pensé que estabas muy ofendida.- Celeste se bajó de la mesada y abrazó a su amiga.
- No me hiciste nada. Quedó en esa noche. Confío en que de verdad no pasó nada entre vos y él porque te cagué totalmente la salida. Ya sabés que Bautista me re cabía, pero fue, no me va a dar bola.
Golpe bajo para Celeste.
- Siempre negativa vos.
- Realista.
Celeste se mordió los labios. Macarena comenzó a pasar el agua de la pava, al termo mientras Celeste ponía las galletitas en una fuentecita decorada con florcitas, muy tierna, muy al estilo de Maca.
- Me tengo que conseguir un novio urgente. No puedo tener dieciocho años y seguir estando sola.- Macarena se auto miró.- Y bue, con este cuerpo y esta cara, mucho no puedo pedir, ¿no?
- Qué pelotuda sos. Sos hermosa, nena. Te falta actitud nada más, y no ser tan negativa. ¿No tenés a nadie en la mira?
Macarena levanta los hombros en señal de no saber, o como que no le importaba. Celeste la miró y abrió los ojos.
- ¿Hay alguien revoloteando?
- Quizá. 
Celeste dejó la fuente y se sentó de nuevo en la mesada.
- No me contaste nada, turra. Dale, ¿soy tu mejor amiga o no?
Macarena respiró hondo. No estaba segura de lo que estaba por hacer pero sentía que no daba para más. Celeste no diría nada, confiaba en ella ciegamente.
- Prometeme que no decís nada. Es bastante groso.
Celeste levanta el dedo meñique.
- Te lo prometo.
- Hace bastante tiempo que...bueno...¿Viste que Pache me vino a ver al hospital?
La cabeza de Celeste hizo click en un instante. Con todos los problemas que se le avecinaron, había olvidado por completo ese pequeño detalle. Tampoco sabía que Macarena había sabido de esa visita sorpresiva. Celeste asintió, esperando expectante que su amiga continúe el relato, tomó una galletita y comenzó a masticarla
- Estamos juntos hace un montón. Bueno, no juntos de juntos, pero...garchamos.
Celeste comenzó a toser, ahogándose con la galletita y escupiendo todo. Pegó un alarido tremendo.
- ¡¿Me estás jodiendo?! ¡¡Hija de puta!! ¡No contaste nada!
- ¡Shhhh!.- Macarena le tapó la boca a Celeste.
- Por favor, amiga, es re groso para mí esto.
- ¡Me lo ocultaste un montón de tiempo!
- Juramos que no contaríamos nada.
Celeste siguió comiendo una galletita mientras su amiga comenzó a contarle toda la historia desde el principio...

Rocío escuchaba la voz de Lautaro constantemente mientras subía las escaleras, rumbo a su habitación. Estaba hablando con alguien, pero no se escuchaba la voz de la otra persona. Optó por espiar para no interrumpir nada, no porque le interese lo que decía, porque seguramente eran huevadas como todo lo que dice Lautaro la mayor parte del tiempo. Asomó un ojo por la rendija de la puerta y lo vio a Lautaro sentado en la computadora con Malena, la chica de Nicolás, a upa de él y riéndose de lo que estaban viendo en el monitor.

¿Cuál será la reacción de Rocío?
¿Bautista perdonará a Celeste?
¿Ya estaba comenzando el plan armado entre Lautaro y Malena?
¿Macarena hacía bien en confiar en su amiga?


Continuará...

sábado, 15 de marzo de 2014

Desactivar el corazón

Si el amor es complicado cuando estás cerca y lo tenés que enfrentar todos los días, luchando a capa y espada por tus sentimientos, intentando que no se noten en demasía y, sobre todo, esforzándote por lograr superar a ese chico que tanto te mueve la estantería de una vez por todas, imaginate lo complicado que es si solamente conocés a alguien a través de una pantalla.
¿Está bien dicho que "te gusta"? Yo creo que no es muy posible que te guste alguien que no conocés personalmente, aunque también personalmente nunca terminás de conocer a una persona, ¿no? Pero vayamos a la realidad, uno a través de una pantalla puede demostrar lo que quiera, podés inventarte un mundo de cristal o una personalidad tuya que ni siquiera existe nada más que para caerle bien a la otra persona, con un fin bueno, obvio, pero de todas formas no lográs ser vos mismo.
¡Ojo! Muchas veces pasa que sí te demostrás cual sos y creés que estás conociendo al otro, pero en un gran porcentaje de casos, lo que ocurre es que te terminás enganchando de algo que es muy difícil de concretar.
Si tenés un amigo virtual, lo principal que los va a caracterizar, es la distancia. Generalmente viven ambos muy lejos y su medio de comunicación es la computadora, en algunos casos hasta los celulares, pero de todas formas, jamás viste cara a cara a la otra persona. Eso quizá te puede hacer dudar mucho de lo que sucede realmente en tu interior, porque no sabés si te gusta lo que él te demostró o te gusta realmente la intriga por conocer a alguien nuevo que está tan lejos de vos.
Mi consejos y, por qué no llamarlo recomendación, es que se relajen, se dejen llevar pero siempre advertidos de que puede fallar, de que no son amores reales si no se pueden conocer cara a cara y concretar un encuentro.

jueves, 13 de marzo de 2014

El amor después del amor

Todavía no puedo creer esto que siento. Todavía no me acostumbro al hecho de que estoy bien, de que soy feliz, de que por primera vez en mi vida el amor que siento es correspondido de la misma forma y al mismo nivel por parte de la otra persona. No hay palabras para explicar con certeza lo que siento, lo que se siente ser querida, cuidada, celada y respetada por esa misma persona a la que yo quiero, cuido, celo y respeto.
Cuando la gente (también yo, en muchas ocasiones) dice que "el amor es una mierda", en realidad no está interpretando bien las palabras ni sus significados. El amor no es una mierda, amar a alguien que no te corresponde, eso sí es una mierda, porque vos sentís amor pero no podés dárselo del todo, no podés demostrárselo como quisieras, y todo el tiempo te avergonzás de quererlo tanto y de sentir tanto, porque sabés bien que a él no le pasa lo mismo con vos, pero aun así no te rendís y luchás a capa y espada por ganarte aunque sea un poquitito de su corazón. Lo triste de esto es que cuando perdés esa batalla, tambien perdés tu propio corazón. Por intentar que me des un poquito de tu corazón, termine regalándote el mío, y en realidad ni siquiera me lo pediste.
Quizás tardé demasiado en entender esto, y ahora me doy cuenta que es probable que te haya querido tan obsesivamente mientras vos no me brindabas nada, porque en realidad no conocía otra forma de querer ni otra situación en la cual manejarme.
Ahora conocí una nueva forma de querer. Es mucho más simple, ingenua, sana y dulce. No tiene frustraciones ni grises, no está desgastada ni duele, es más, está totalmente virgen de sufrimientos. Y recién ahora puedo decir con certeza que el amor es algo mágico y puro, no hay sentimiento más leal que ese, ese que te hace ver todo desde otro punto de vista, que te hace aceptar tu pasado y por más triste que sea, te hace superarlo. Sentir como todo lo que viviste, todo lo que sufriste, todas esas noches y días que lloraste y le pediste a Dios por favor que te dejara ser feliz, todas las veces que miraste la luna y te quebraste pensando "¿por qué no puedo estar bien?", "¿por qué no te puedo olvidar?",  la cantidad de estupideces que inventaste para sentirte más fuerte, más capaz, como por ejemplo: pulseritas de los deseos (un pedacito de acetato deportivo atado en la muñeca), amuletos de la suerte (una canica a la que apretás con fuerza cuando necesitás que pase algo), y todo el resto de las excusas que te pusiste a vos misma para olvidarte de la persona que te rompió el corazón: valieron la pena.
Hay una frase muy hermosa de una canción que creo que representa a la perfección esto que acabo de intentar explicar: "Si para recobrar lo recobrado, debí perder primero lo perdido, si para conseguir lo conseguido, tuve que soportar lo soportado, si para estar ahora enamorado, fue menester haber estado herido, tengo por bien sufrido lo sufrido, tengo por bien llorado lo llorado, porque después de todo he comprobado, que no se goza bien de lo gozado, sino después de haberlo padecido, porque después de todo he comprendido, que lo que el árbol tiene de florido, vive de lo que tiene sepultado".

martes, 11 de marzo de 2014

Aún presente

Dicen que cuando se cumple un aniversario de un hecho que a uno lo afectó mucho, el inconsciente lo recuerda y eso puede llegar a afectar el humor.
Estos días no estuve bien. Es una semana rara. 
Aunque hay miles de cosas que me hacen decir que estoy en uno de los mejores momentos de mi vida y soy una persona muy feliz, ya que creo que (casi) todas las cosas se me están dando bien, es como que hay algo, no sé qué, que me hace estar mal. Y recién caí: es la fecha. Se está acercando ese aniversario de mierda donde se cumple un año de ese momento en donde fui tan feliz e infeliz a la vez.
Todos dicen que me quede sólo con los recuerdos lindos, pero les juro que me es imposible hacer de cuenta que no me importa porque para mí no es un día como cualquier otro.
Se dice que cada pérdida trae una ganancia, que cuando se cierra una puerta se abre una ventana, pero...¿siempre es así? No creo que un clavo saque a otro clavo siempre, eh...Para mí hay excepciones, como esta fecha. 
Un día como el que se está acercando es el que me recuerda lo distinta que está mi vida y el vuelco que dio a partir de eso que pasó, entonces no puedo hacer caso omiso a lo sucedido.
A eso se le suman otras cosas que no tengo intenciones de compartir por acá, pero nada que un par de besos no pudieran remendar...


@Incredulas - 11/03/14

domingo, 9 de marzo de 2014

Entrelazados - Capítulo 10

- Se me reía en la cara un poco más. Encima me mintió, no lo puedo creer, Lauti...
Lautaro se sentó al lado de su amiga y le acarició la mejilla, luego le dedicó una sonrisa.
- Va a estar todo bien. Yo estoy un poco mejor, aunque todavía no puedo creer lo hija de puta que es Rocío.
- Siempre te dije que es una perra.
Lautaro se pone de pie y sacude la cabeza, como acomodando sus ideas.
- ¿Y ahora qué vamos a hacer?.- pregunta Malena mirándolo fijo.- Yo no me voy a quedar de brazos cruzados esperando a que oficialicen que están juntos, eh...
- Eu, eu, eu.- Lautaro le pone un dedo en la boca a Male, en señal de silencio.- Algo se nos va a ocurrir, pero esos dos no se van a salir con la suya. A mí nadie me caga, y menos cuando fui tan fiel con alguien.

Pache vivía de su imagen, o por lo menos eso creía él. En realidad, sus amigos y conocidos lo veían como una persona un poco pesada, por ejemplo, cuando se emborrachaba, no había quién pudiera sacárselo de encima. Era de esos chicos que quieren y necesitan agradar a toda costa a todo el mundo, y la mayoría de las veces dejan muy en evidencia lo exagerado y fingido de su "buena onda" excesiva. Pero por supuesto que él ni se daba cuenta de esto, pensaba que era genial y que todo el mundo lo adoraba naturalmente. A decir verdad, era bastante creído.
Este debe haber sido el principal motivo que impedía que Pache quisiera hacer pública su "relación" con Macarena. Hacía ya bastante tiempo que venían manteniendo esto en secreto, ninguno de los dos le había dicho ni una palabra a nadie, pero desde la sorpresiva aparición de Rocío y Celes en el hospital, ya se habían levantado sospechas, y esto preocupaba mucho al egocéntrico muchacho.
Si bien a él le gustaba mucho estar con Maca (digo 'estar' en ese sentido), no la quería lo suficiente como para jugarse su orgullo por ella. A decir verdad, le daba hasta un poco de vergüenza. Quizás Maca no sea la chica más linda ni más flaca ni más sana del mundo, pero era una hermosa persona y sólo por eso ya se merecía a alguien que la quiera como es, y que no se avergüence de ella ni intente ocultarla con nadie. Pero Pache era demasiado inmaduro para entender esto, en realidad ni siquiera le interesaba demasiado lo que ella sintiera, él sabia que si la buscaba: iba a estar disponible como siempre. Por eso, esa tarde fue a la casa de Macarena en busca de respuestas a ver si se encontraba mejor y, al final, terminar convenciéndola una vez más de que le entregue su cuerpo. Y así fue.

Luego de unos pocos pero interminables días, las cosas entre Rocío y su papá empezaron a volver a la normalidad, ya no estaba tan enojado como antes y eso se le notaba cuando se reía por lo bajo de los chistes tontos que hacía ella en la mesa. Como queriendo aguantarse las ganas de reírse, para no perder la seriedad del castigo. Poco a poco se fueron aflojando las cosas y por fin, Rocío fue liberada de la tortura, se le levantó la penitencia. 
Rocío estaba eufórica. Lo primero que hizo fue llamar a Celeste y contarle que ya no estaba castigada, así que ambas se encontraron en el Mc Donald's del Shopping para ponerse al día con sus vidas. ¡Y cómo lo necesitaban!. Celeste se había sentido un poco mal por cancelarle a Bauti, creía que el tiempo no le iba a alcanzar para ambas salidas. Luego de que les entregaran sus combos, (un Cuarto de Libra para Rochi y una McNífica para Celes), se acomodaron en una mesa del segundo piso, y se dispusieron a hablar. Tenían una de esas amistades que, aunque pasen días sin hablar, cuando lo hacen se cuentan TODO con lujo de detalles y pueden estar horas y horas compartiéndose tanto sus problemas, como sus pensamientos, y sus sentimientos. Entre ellas no existían secretos, o por lo menos no por mucho tiempo...por eso mismo, Celeste terminó contándole todo sobre su salida con Bauti. Al principio le dio un poco de miedo empezar, pero cuando vio que su amiga no la estaba retando, se entusiasmó y le relató detalle por detalle a la perfección. 
Lo único que Rocío le contestó fue un simple y a la vez dificilísimo de responder: "¿Te estás enamorando?". Esa pregunta dejó paralizada a Celes, no encontraba las palabras justas para describir lo que sentía exactamente, así que optó por rematar con un: "No creo, no lo conozco del todo. ¿Vos seguís enamorada de Lauti?". Rocío quedó igual de paralizada, le tembló un poco la voz pero termino por responder: "Sí, no se, sí". Las amigas se miraron durante unos segundos en silencio, y sin necesidad de petición, se dieron un abrazo que, aunque duró unos pocos segundos, pareció eterno. 

Una vez en su casa, Celeste se puso a repasar en su mente todo lo conversado esa tarde, se sentía mucho más tranquila y relajada sabiendo que su amiga estaba al tanto de su situación y de sus sentimientos, que si bien ni siquiera ella misma entendía, ahora se sentía mucho mas acompañada. Esto la motivó y decidió mandarle un WhatsApp a Bauti: 
- Hola, feo. ¿Nos vemos hoy?.
En menos de diez segundos, su celular sonó. 
- Hola, LINDA, estoy terminando de jugar una liga en el Fifa con los pibes, pero termino, te llamo, y arreglamos.
Celeste miró el celular con una sonrisa y enseguida comenzó a dar vuelta todo su placard para ver qué se iba a poner esa noche.

Una vez que Pache se fue de su casa, Macarena se sentó en la punta de su cama, con las manos en la cabeza, pensando por qué otra vez había caído en ese estúpido juego que Pachetti le planteaba. No se merecía ser el muñeco sexual de alguien que no la valoraba, pero si verdaderamente no la quería, ¿por qué había estado haciéndole compañía en el hospital y encima llorando por ella? No tenía lógica. Suponía que algo le pasaba, pero que ni él mismo quería admitirlo. Ya habían pasado las barreras de la amistad, ahora eran amigos con derecho y, para colmo, en secreto. A Macarena, con todos sus mambos y problemas, no le hacía bien en absoluto que alguien no esté el 100% del tiempo para ella y, mucho menos, que la tenga nada más para tener relaciones. Pero no podía controlarlo, cada vez que él le hablaba, ella volvía a caer.

Bauti esta vez decidió ir a buscar a Celeste a su casa, ya lo tenían arreglado así, y luego irían al cine que estaba a pocas cuadras de la casa de la morocha. Se saludaron con un beso en el cachete y Bautista le destacó a Celeste lo bien que le quedaba esa pollera larga negra con el top blanco y los sanquitos negros. Estaba hecha toda una diosa, a su estilo, sólo a ella le quedaba bien lo que tenía puesto. La noche estaba un poco fresca, por lo que Bauti no dudó en consultarle a Celes si no quería agarrar un saquito, pero ella insistió en que estaba bien y comenzaron a caminar. Llegaron al cine, miraron la cartelera y estaban todas, absolutamente todas las películas agotadas. Era el mejor cine de todo el lugar y estando en el período de estreno de películas en vacaciones, era obvio que eso podía llegar a pasar, pero ninguno de los dos lo pensó.
- Ya fue.- mencionó Bauti.- ¿Vos comiste?
Celeste asintió.
- Yo también, así que esa no es una opción.
- Vayamos a caminar por el parque, nunca nos falla.
Bauti la miró sonriendo y comenzaron el camino hacia el parque, cada vez refrescaba más y una oleada de viento hizo que la piel de Celeste se ponga de punta, cual gallina, por lo que Bauti se quitó su campera y se la puso a ella, tomándola de los hombros para estar bien juntos y que no tengan frío.
La charla era cada vez más amena, Celeste le había confesado que le contó a Rocío sobre su salida la tarde anterior y a Bautista esto lo reconfortó, significaba que algo de interés en él había. 
Hacía cada vez más frío en la ciudad, por lo que Celeste miró al cielo y luego le digo a Bauti:
- ¿Y si vamos volviendo? Estamos como a quince cuadras de casa, podríamos ir a esperar un taxi.
- De mi casa estoy a tres cuadras, pero te acompaño y después vuelvo.
Celeste sonrió y salieron del parque rumbo a la avenida en busca de un taxi. La lluvia caía tristemente sobre la ciudad, era una noche deprimente totalmente y hacía mucho frío.
Por fin uno los paró, ambos se subieron, y llegaron enseguida a la casa de Celeste, quien con un beso en el cachete, bajó del auto y cerró la puerta. Bautista le indicó al chofer que no arranque, bajó rápido y Celeste lo vio venir, por lo que empezó a quitarse la campera ya que supuso que era para eso que volvía, pero bajo la lluvia incesante, Bautista la tomo de la cintura, la acercó a él y mientras las gotas golpeaban sobre la cara de ambos y el pelo empapado rozaba con sus espaldas, le dio el beso más real, puro y sincero que Celeste había sentido jamás.

¿Macarena se hará respetar ante Pache?
¿No habrá reconciliación entre Rocío y Lautaro?
¿Qué está planeando él con Malena?
¿Cómo continuará esta historia de amor entre Celeste y Bautista?


Continuará...

domingo, 2 de marzo de 2014

Entrelazados - Capítulo 9

En la ducha, Celeste siempre encontraba esos minutos de relajación para despejarse un poco pero, a la vez, tratar de encontrar solución a los grandes problemas de su vida. Ya se había duchado antes de ver a Bautista, pero necesitaba hacerlo de nuevo para concentrarse en su yo interior y plantearse cómo van a seguir las cosas. El casi beso de despedida en el taxi la había inmovilizado un poco. No se creía capaz de querer a otra persona que no sea Felipe. Por más que él esté en el polo contrario del mundo, ella lo seguía extrañando como si fuese el primer día. Todavía recuerda lo mucho que lloró...
- Voy a intentar comunicarme todos los días, te lo prometo.
- No sirven las relaciones así, Felipe. No podemos estar juntos hablando por celular nada más. Yo no sé si salís, si no salís, sí...
- ¿Desconfiás de mí?
- Del mundo.
Felipe había intentado con todas sus fuerzas seguir juntos, aunque ambos sabían que eso no podría ser, que había que ponerle un fin. Fue tan repentino todo...Él iba a estudiar en la Universidad Argentina de la Empresa, pero a último momento, sus padres le propusieron instalarse allá un tiempo, con trabajo y facultad, aprendiendo inglés a la perfección. Felipe no dudó un segundo y tampoco Celeste consideraba que esté mal. Es su futuro, es una oportunidad única y debería aprovecharla. Ella no era quién para impedirlo, ni siquiera se le había atravesado por su cabeza la idea de rogarle para que se quede. Pasó largos meses llorando, sin salir, sin poner un pie en la calle más que para ir al colegio y terminarlo de una vez. Allí descubrió que sus amigas y su madre tenían razón cuando le decían que no se aferre tanto a Felipe, que no se olvide de todos los demás, que el mundo no pasa sólo por una persona...Pero ella no escuchaba y consideraba que era lo suficientemente fuerte como para mantener todas sus relaciones en tiempo y forma, pero llegó un momento que su eje y motor de vida era su novio, y ahí fue cuando todo se le vino abajo. Se sentía sola, que el mundo se le derribó, que ya no tenía sentido despertar cada mañana si no tenía ese mensajito que la hacía levantarse con una sonrisa, ya no valía la pena ir al colegio si no la iba a ir a buscar nadie para llevarla a almorzar, ya los domingos sería depresivos otra vez porque no tendrá con quién mirar películas toda la tarde, ya no tenía excusa para sacarse a los pibes de los boliches de encima, ya no festejaría todos los 19 de cada mes. No quería ver a sus amigas, comía poco, perdió muchísimos amigos por peleas que ella misma generaba con motivo de su amargura y ciclotimia. Sabía que ella sola era la culpable de todo. No podía permitirse seguir estando así, aunque cada vez que, hasta el día de hoy, escucha el nombre de su ex novio, los pelos se le ponen de punta, el corazón le bombea sangre a lo loco y su panza danza un malambo ininterminable. Por eso, un día se levantó y se propuso a cambiar la situación. Volvería a salir con sus amigas, volvería a recuperar su vida e intentaría empezar de cero, no con un nuevo hombre, sino con una nueva forma de ver las cosas. Si Felipe estaba en otra parte del mundo lo más bien, ¿por qué ella debía estar acá llorando como una desgraciada? No se merecía eso, no había hecho nada en el mundo para merecerlo. Así fue como volvió a salir con Macarena, a veces con Rocío si Lautaro la dejaba, pero empezó a ponerse mejor aunque esas puntadas de dolor por la ausencia de Felipe todavía estaban presentes, pero ya no se le notaba, ya los demás creían que estaba superado. El único que sabía la verdad de lo que sentía y pensaba con respecto a Felipe era Bautista. No sabe por qué, pero ese chico le daba confianza, la hacía sentir bien...No había tenido tanta relación con un hombre hacía siglos. Bautista la relajaba, la hacía transportarse a otro lugar por un rato, la hacía sentir bien y apreciada, una reina. 
Sin darse cuenta, las lágrimas comenzaron a caerse mientras secaba su cuerpo y se vestía de entre casa, ya que la noche se estaba avecinando. En un momento, toma su celular para ver si había algún mensaje y de hecho así fue. "Me dejaste pensativo y con ganas de verte otra vez" y a Celeste se le dibujó una sonrisa inmensa. Ya sabía que al día siguiente se iban a volver a ver, ya había encontrado un nuevo motivo para despertarse cada día.

Rocío se la pasó en su cuarto llorando todo el santo día. Su padre le hablaba bien pero se notaba que estaba un poco enojado por lo que su hija había intentado hacer. No podía salir de su casa, por ende era imposible la posibilidad de ir a lo de Lautaro a rendirle explicaciones. La angustiaba que él esté enojado, después de todo ella sí lo amaba, solamente Nicolás le caía bien y le parecía lindo, pero no se le había cruzado por la cabeza engañarlo jamás...Y menos después de saber que Nicolás estaba con otra.

- Dejame de joder, Malena.- Nicolás siguió caminando y la joven se le puso delante.- Sos una paranoica. Yo no tengo que darte explicaciones a vos, hago lo que quiero con mi vida.- La corrió a un costado y continuó su camino.
Malena volvió a ubicarse delante de él y lo empujó.
- ¡Pelotudo!
Nicolás la agarró de las manos, sujetándola para que no le pegue. Malena estaba sacada. Alguien le había ido con el cuento de que estaba viéndose con otra chica. Nico no se imaginaba quién podría haberle dicho, pero de lo que estaba seguro es que Male sabía que esa chica era Rocío. Aunque no se conocían, solamente porque Malena sabía que era la novia de Lautaro, se habían visto en el Álamo el sábado a la noche. Nicolás miró fijo a aquella chica que le pedía explicaciones y le habló de manera sacada.
- Yo a vos no tengo nada que decirte. Es mentira eso que te contaron y además qué carajo te importa, si yo no estoy con vos.
Malena comienza a llorar desaforadamente. Nicolás la soltó y ella comenzó a pegarle en el pecho.
- Sos una mierda. Siempre me usás para coger, siempre me hacés lo mismo. Me histeriqueás, me hacés ilusionar y después me decís que no somos nada como para plantearte cosas. ¡Te odio!
Nicolás bajó la vista. Era verdad lo que Malena decía. Muchas veces le decía cosas tiernas y dulces, pero en realidad era parte del chamuyo para que ella accediera a una nueva noche de sexo, a la cual la chica no se podía negar ya que estaba locamente enamorada de él, más allá de todos los desplantes que le hacía día a día.
- ¡¿No me vas a decir nada, cagón?!
Nicolás se dio media vuelta, caminó tres pasos, subió a su bici, y dejó a Malena atrás, parada en el medio de la vereda, llorando en un estado de euforia increíble y puteándolo con las peores bajezas.

Macarena esa tarde no tenía ganas de tener un encuentro íntimo con aquel joven, pero quería estar un rato con él al menos para sentirse linda por un rato. Entendía que eran sólo amigos con derechos, pero a veces el buen sexo confunde sentimientos y más para ella, que le es muy complicado encontrar un chico. Cuando el joven ingresó por la ventana de su cuarto, la saludó con un beso en la boca, mirando hacia la ventana para que no haya nadie en la calle que los esté mirando. Macarena notó ese gesto, y cada día le molestaba más que se oculten tanto.
- ¿Cómo te sentís?.- Le preguntó él. Macarena lo miró a los ojos y sintió una mezcla de emociones. Pachetti, aquel pibe que estaba parado frente a ella, con el que atravesó una historia de amor secreta durante largo tiempo y sus amigas no tenía ni idea del contacto entre ellos, pensó que debía sincerarse y contarle los mambos con Bautista y Celeste. Pero Pache no estaba ahí para escuchar sus quilombos mentales internos, sino para chapar un rato, chusmear y después, si es casual, tener relaciones. Esta vez Maca no deseaba eso, pero optó por ceder una vez más y abalanzarse sobre él para tener unas horas de pasión y lujuria, pensando en que aquel joven que estaba dentro de ella no era Pachetti, sino Bautista.

Malena decidió ir a lo de su amigo, quería saber con más detalles lo que había pasado la noche anterior entre Nicolás y Rocío, nadie mejor que él para contarle la realidad de las cosas. Siempre se había ayudado mucho mutuamente con sus relaciones. Nadie sabía de su amistad, simplemente algunos ajenos al grupo, ya que a Rocío no le gustaría en absoluto enterarse que Lautaro le había dicho a Malena lo que había sucedido la noche anterior...

¿Habrá un romance oculto entre Lautaro y Malena?
¿Macarena se dará cuenta de lo que realmente pasa por la cabeza de Pachetti?
¿Llegará en la próxima salida el tan esperado beso entre Celeste y Bautista?
¿Nicolás pondrá un fin a su historia con Malena?


Continuará...