Carta al amor

Querido corazón: 
Quería que, por una vez en tu vida, escuches mi voz, que sepas lo que estoy pasando. Quería que sepas que a veces no te quiero, que a veces me enfermás de miedo. ¿Vos sabés lo que me cuesta lidiar con toda esta carga de amar? Yo creo que mi cerebro es mucho más inteligente que vos, que él jamás se equivoca y que vos, sí, vos, sos más fuerte que él, sos más malo, por así decir, sos un terco que quiere ser más. 

Muchas de mis amigas me entienden más que vos, saben contenerme en momentos de dificultad, ¿por qué nunca me hacés caso? ¿Por qué queres seguir enamorado de alguien que no lo está de vos? Yo no entiendo cómo un estúpido corazón no se da cuenta que el otro corazón no lo quiere, yo no entiendo por qué me hacés sufrir, porque si sufrís vos, sufro yo, estás dentro mío.

¿Vos sabías que cada vez que te acelerás, hacés que sienta que me muero de amor?. No te tenés que enamorar, corazón, no más.

Se me hace muy difícil confesarte esto, pero muchas veces quise que no existieras, que por alguna razón vos te vayas de adentro mío, para no sentir más nada, para no ilusionarme, para no sufrir. De hecho, cuando uno ama, sufre. Cuando uno ríe, siempre va haber una lágrima. 
Me encantaría poder arreglarte, pegarte con cinta, abrazarte, pero ya estás muy dañado, es imposible reparar el daño que te hicieron personas que no supieron cuidar lo ajeno, personas que no les importó lo que vos sentías, y que ahora están más felices que nunca, sin importarles nada, como si nada hubiera pasado. 

Corazón, quiero que no sufras más, que seas fuerte, que entiendas que el cerebro es más inteligente, que él sabe lo que es bueno para nosotros, que nunca nos haría daño. Vos, tonto corazón, no hacés caso, y por tus inútiles impulsos estamos como estamos.

Por más que lo intentes, por más que luches, vamos a tener que seguir juntos. 
Nunca te vas a librar de mí, corazón. Vos y yo tenemos que estar unidos, vos y yo tenemos que ser más precavidos, más inteligentes, ¿cómo puede ser que el cerebro es inteligente y es él solo, y nosotros dos, unidos, seguimos cometiendo errores? Pero, ¿sabés qué? El cerebro tarda tanto en pensar que por eso no hace las cosas bien, porque nosotros no pensamos, actuamos. Nosotros no pensamos, nos equivocamos. Nosotros no reímos, lloramos. 
Y por más que quiera y por más que suplique, las cosas van a seguir igual, vamos a seguir siendo los tontos de siempre que se enamoran de un pedazo de carne que no late por nosotros como nosotros por ellos, ni hoy ni nunca. Que ese pedazo de carne que late en otro cuerpo, a ese mismo que le decimos "amor de mi vida" no late fuerte por nosotros, no somos el motivo por el que late así. ¿Hiciste estupideces por amor alguna vez? Sí, la verdad que sí. Vos, corazón.

Vos me hiciste hacer esas estupideces, vos me hiciste perder dignidades, vos me hiciste hacer el ridículo, vos te reías, total vos no eras el avergonzado.
Espero que leas esta carta que te escribo a teclado y con paciencia, que reacciones con lo que te digo, que pienses en mí como yo pienso en vos.

No quiero que te lastimen más, no quiero que nos lastimen más.

Leelo con calma y por favor, quereme como yo te quiero a vos.

Con todo mi amor...El cuerpo en donde latís.

@Incredulas - 20/02/13