viernes, 26 de mayo de 2017

Todo lo que sos

Vos sos la vida, yo la resaca de nuestros momentos.
Vos sos la ruta, yo el camino embarrado que no te deja avanzar.
Vos sos la risa, yo la sonrisa forzada.
Vos sos el cielo, yo el infierno del nunca ser.
Vos sos la playa, yo el tsunami del mar que arrasa con todo lo que aparece en su camino.
Vos sos la tierra, yo el cultivo que no se anima a florecer.
Vos sos el agua, yo la sequía en terreno fértil.
Vos sos el centro, yo un cero a la izquierda.
Vos sos la gloria, yo festejo por vos.
Vos sos el brillo, yo el apagón en plena ciudad.
Vos sos la fama, yo el fracaso de lo que alguna vez pasó.
Vos sos vanguardia, yo el cambio que nunca va a suceder.
Vos sos progreso, yo sólo me dedico a verte mejorar.
Vos sos Florida, yo soy un callejón oscuro.
Vos sos el eje, yo la brújula que dejó de funcionar.
Vos sos el alma, yo la purificación que no llega.
Vos sos victoria, yo quien festeja las derrotas.
Porque en tus ojos perdí lo que quedaba de mí. Sos todo eso que yo deseo alguna vez ser.

lunes, 22 de mayo de 2017

Sensación

"Sensación" se le llama a la impresión que produce una cosa por medio de los sentidos. Es cuando nuestro cuerpo percibe lo que pasa por nuestra mente y lo manifiesta de diversas maneras, como llorando o riendo.
Creo que no hay sensación más fea como cuando sentís que alguien te usa. Otra sensación horrible es cuando no podés dormir porque tu cabeza te pasa factura. Todo es como si nos auto retáramos por nuestros errores, cuándo son sólo eso, errores. Las sensaciones que sentimos es como que nos responsabilizan de lo que no está a nuestro alcance, como por ejemplo la sensación de que una persona que querés no te quiere, o peor, te quiso y ya no te quiere. Creo que lo peor que le puede pasar a una persona es el hecho de sentir que ya no recibe contención de alguien, ya sea un amigo, una pareja, una madre, un hermano. En ese momento se te cae el mundo a pedazos, llorás un río, porque como dice Magalí Tajes: "sabés que si el amor se va, no vuelve" y ahí nos enfrentamos al proceso de superación, y al hecho de volver a buscar contención en otro lado porque nunca la buscamos en nosotros mismos, nunca nos llegamos a querer lo suficiente como para no necesitar de nadie, siempre vivimos necesitando que otro nos quiera, nos acepte, nos acompañe, porque sino sentimos que nos falta algo, se siente más ese vacío que siempre internamente nos acompaña. 
Si nosotros aprendieramos a valorar nuestra propia compañía, entonces no necesitaríamos de nadie que nos quiera por nosotros. Somos seres completos, no necesitamos una media naranja sólo porque no sabemos y no aprendimos a estar solos. 
Cuando crecemos nadie nos enseña esto: ni la escuela, ni la familia ni la calle. Hay algunas personas que disimuladamente viven mendigando amor y eso es algo tan triste, tan triste como aceptar que vivimos en una pseudo sociedad llena de negligentes, personas vacías, personas que no son personas sino copias de estereotipos y, volviendo al tema, eso causa otro tipo de sensación, sensación de angustia...que ya no quiero volver a sentir.


Colaboración: @belen_bonino

viernes, 19 de mayo de 2017

Elijo odiarte

Pasó mucho tiempo y me parece que es hora de decir "adiós", no "chau" porque es algo que lo escuché tantas veces que ya no tiene sentido y a veces hay que cambiar las cosas por otras que sí tengan valor.
Lograste que te odie, sí, así como suena. ¿Y sabés por qué te odio? Porque si no te odio, te quiero, y eso hace que me vuelvas a lastimar. Hoy y ahora elijo odiarte para yo estar bien, porque sino vuelvo a caer... Como aquella vez que me miraste a los ojos y me dijiste que no me ibas a lastimar y lo único que hiciste fue reírte en mi cara, faltarme el respeto, mientras yo te volvía a elegir, mientras te volvía a creer como una estúpida y no porque siga enamorada de vos sino porque te quiero de verdad, de manera pura y real. 
Está más que claro que lo único que te importa sos vos y tu ego enorme. No quiero ni me interesa escucharte decir una palabra porque ya no vale nada, perdieron toda credibilidad algunas de las cosas que decís. Tampoco te gastes en llamarme o en buscarme porque ya no voy a estar. Me cansaste y ojalá nos volvamos a ver el día que sepas valorar a la gente que te quiere porque querer es algo lindo y vos lo despreciaste. 
Adiós.

lunes, 15 de mayo de 2017

Trozos de cartón

En el transcurso de estos días me puse a pensar. Me vino una metáfora un tanto loca a la mente. Quizás así funcione nuestra relación con el mundo. Y cuál es nuestra misión acá. 
Somos como piezas de un rompecabezas. Pero un rompecabezas inusual, distinto a todos los demás, donde no encajamos de una manera perfecta con determinada pieza. Nos pasamos la vida entera en la constante búsqueda de esa pieza que nos complemente. A veces nos encontramos con esos trozos de cartón que no concuerdan con nuestra forma, nuestros bordes o nuestros pliegues. La cosa se pone seria cuando esas piezas que no encajan se esfuerzan por hacerlo. Y ahí llegan los roces, los bordes gastados y plegados, y esas pelusitas de cartón que se van desgastando.
Entonces...¿qué entendemos por la metáfora del rompecabezas? Algunos son abogados, otros quizá médicos, barrenderos y así cada uno con diferentes profesiones. Me situé en una situación un tanto extraña, imaginé que todos en el mundo ejerciera la misma profesión...¿Sería más divertido de esa forma? No. Un mundo donde todos fueran iguales sería aburrido, absolutamente. Entonces ¿por qué nos obstinamos en buscar la otra parte igual a nosotros? ¿Querés una vida aburrida? ¿O preferís jugar y entretenerte descubriendo cada día a la otra pieza, diferente a vos, donde puedas ver otro mundo absolutamente nuevo para descubrir? Pensalo.
Buscar la otra mitad idéntica es completamente erróneo. Somos piezas únicas e irrepetibles. Y nuestra pieza acompañante puede "encajar" pero siempre va a ser diferente. 
No busques en la otra pieza los mismos colores, las mismas formas, los mismos bordes, porque jamás vas a poder encontrarlo. Dejá que ese mundo te cautive y te invite a desafiarte un ratito desde su mirada y perspectiva, de esa forma vas a demostrarte que la vida es muy linda y que se puede vivir con el otro en armonía a pesar de no ser iguales. 
Gozá de conocer al otro, sin prejuicios ni encajes de un "yo". No busques en nadie tu otra mitad. Vos sos la parte completa.

lunes, 8 de mayo de 2017

La edad es cotillón

¿Existe algún modelo a seguir para el amor? ¿Hay alguna técnica para que sea infinito? ¿O alguna forma para alejarlo de nosotros si no queremos sentirlo? ¿Hay algo determinado? 
¿Qué contestarías a todas estas preguntas? Yo no supe responderlas. Entonces, ¿quién tiene derecho a criticar al amor? Si la humanidad entera en algún momento de su vida lo ha sentido, a su manera, pero lo ha sentido. Cuando sufrimos por él lo rechazamos, pero es a causa del dolor. También hay veces donde surge envidia, o sencillamente no entendemos cómo esas dos personas pueden estar juntas. ¿Y nosotros quiénes somos para criticar el amor que se tienen los demás? Sobre todo si en ese amor existe diferencia de edad. 
El amor es un sentimiento que sale del corazón, no hay mas vueltas. Es así.  El amor no elige entre edades. Por eso esas personas eligen seguir amándose. Y ahí la edad pasa sólo a ser cotillón.

viernes, 5 de mayo de 2017

Encontrarme conmigo

Estoy sentada en la computadora, como si sentarme acá ya fuera costumbre. Los amigos de mi novio están a unos metros de donde yo estoy, hablan de algún juego o quizá película, no sé porque no los entiendo y tampoco les presto atención. 
Mi novio está en la parrilla. Cada tanto viene y me habla. Yo le contesto, pero es como si no lo hiciera, como si mi mente trabajara sola y yo no estuviera. No entiendo muy bien qué me pasa ni busco entenderlo. O sí...
Por momentos siento que estoy acá, me río con mi novio y respondo en ask. Por otro lado me parece que no soy yo, como si mi alma estuviera en otro lado. No siento, no le presto atención a nada, estoy perdida. Eso me pasa, estoy perdida. No logro encontrarme conmigo. 
Respondo, tanto a los amigos de mi novio como en la computadora, casi de forma mecánica. Mis ojos apuntan al monitor, pero yo ni siquiera estoy viendo qué escribo. Por dentro me estoy buscando, y sólo encuentro vacío
Esta tarde leí un libro que me dejo así. Un poco hablaba de los sueños, otro poco de las elecciones de vida y tal vez un poco de amor. Ya no recuerdo en qué parte me perdí, pero no me recupero.
De a ratos estoy muy bien, y otras veces muy perdida. Mi novio se acerca, me pregunta si me pasa algo y le contesto que no. "Está todo bien, sólo estoy cansada". Él mucho no me cree, pero no quiere molestarme ahora. 
En ask me dicen algo que no me agrada en lo más mínimo y decido salir de la computadora. En realidad, no sé si me agrada o no lo que me dijeron porque no le presto atención, pero por instinto cierro la página y me levanto de la silla.
Me dirijo hacia el patio, veo a mi novio y lo abrazo. Fuerte. Muy fuerte. Pienso cómo sería mi vida sin él, y vuelvo a abrazarlo. Ya con lágrimas en los ojos, me meto adentro y voy a la pieza. Tirada en la cama, vuelvo a pensar. ¿Qué me pasa? Es obvio que no logro encontrarme conmigo, pero claramente esto tiene que cambiar.
Nunca se me había ocurrido ir al psicólogo. Es raro porque en algún momento soñé con estudiar psicología, pero por primera vez digo que voy a empezar a hacer terapia. Llamo a mi mama y le digo que necesito una sesión con la psicóloga para mañana. Mi mamá no me pregunta nada, evidentemente se dio cuenta de que no estoy del todo bien. "Dale, hija, ya le escribo".
No sé si el psicólogo sea la mejor opción, pero si no corto con este miedo a la vida y este desencuentro conmigo, siento que me voy a volver loca. Nunca me quedé con los brazos cruzados, y esta no va a ser la excepción. Supongo que la terapia me va a servir, pero si no, ya veré que hacer. Por el momento, no bajar los brazos y tratar de reencontrarme...

martes, 2 de mayo de 2017

Florencia

Florencia cursó conmigo toda la secundaria. En uno de esos cinco años, nos llevábamos bárbaro, al principio, hasta segundo o tercero más o menos, que fue la época en que todos empezamos a desarrollarnos y a formar el cuerpo.
Ella solía ser bastante tranquila, perfil bajo, pasaba desapercibida la mayoría de las veces y tenía una impronta bastante bizarra. Yo, en contraposición, era un bardo. Gritona, machona, peleadora, ruidosa, contestataria. Solía llamar la atención con facilidad. No éramos el agua y el aceite, pero había diferencias. 
Alrededor de los quince años, las dos desarrollamos. Las dos y todas las demás, sólo que ahora estoy hablando de ella. Y no me fue difícil notar que Florencia empezó a soltarse y pegó un cuerpazo terrible. De esos lomos que veías en la Revista Gente, eh. Provocando, obvio, con eso llamar la atención. La mina empezó a gustarle a los pibes. A los de nuestra misma edad y a los más grandes. Y se ve que a mí, que era una pendeja, en el fondo eso empezó a molestarme. Y me puse competitiva. Y, según puedo analizar hoy, bastante pelotuda. Y la agarré de punto. Ella no me había hecho nada. Nunca me hizo nada. Hoy, más grande, me doy cuenta de que yo a la mina la maté a bullying por inseguridad propia y envidia inconsciente, supongo. Con boludeces, pero que en esa edad te queman, te hacen sentir mal y vulnerable delante de tus demás compañeros.
A lo que voy con esta intro, es a que los que hacen bullying por lo general (y no digo todo, por no parecer totalitaria) son unos imbéciles. El que bardea así, de esa forma, lo hace enroscado por sus propios mambos e inseguridades. En mi caso, me motivó la envidia que se ve que sentí entonces por semejantes curvas y porque a veces su centro y su racionalidad para enfrentar algunas cuestiones, dejaban ante otros muy de manifiesto que yo no tenía esa serenidad para afrontarlas, que yo era muy visceral y que además estaba mal de la cabeza, porque claro, eso también. Mis formas jamás fueron muy didácticas, estructuradas o protocolares. Y eso a veces me salvó y otras me jugó completamente en contra.
Lo que quiero transmitir es que para mí el bullying viene en realidad desde la admiración no asimilada en algún punto. Uno busca lastimar porque se siente menos que el otro en algún aspecto. O por lo menos ese fue mi caso con Florencia. Mi experiencia. Y, bueno, yo soy autorreferencial. Yo a ella la mataba, porque se ve que sentía que me desplazaba en mi rol. Otros lo hacen porque son miserables con vidas de porquería y en el único ámbito en el que pueden ser "capos" es en ese. En lo que sí me parece que coincidimos todos, es que ninguno es consciente en ese momento del daño que causa al otro. O el daño que nos causan cuando nos hacen bullying a nosotros. Porque, claramente, salvo que seamos todos psicópatas, si hubiera una verdadera conciencia, no lo haríamos ni nos lo harían.
Desenlace: sí. Hay desenlace. Hace unos meses la vi a Florencia. Muchos años después. Hicimos una reunión de secundaria y fuimos tres. Sí. Era bastante particular la gente de mi curso. Yo tenía una vergüenza, porque más grande y consciente me sentí mal. Y pensé "¿con qué cara la miro a esta mina si va?" pero todo fluyó. Me sentí muy bien. Ella, más madura que yo, obvio, como siempre, le puso toda la onda. Y otra vez, sólo con su proceder, me enseñó cosas de la vida. No la tengo en Facebook. Tiene pero no lo usa. Esto lo escribo para que quede inmortalizado. Es más para mí que para ella o para los que lean. Pero me gustaría que, así como yo descubrí esto, ella, y todas las demás Florencias, algún día pueda saber también que yo jamás la odié, que lo único que sentía por ella era admiración y envidia.
Ojalá cuando leas esto vos, puedas ponerte en los zapatos de alguna de las dos partes, reflexionar y actuar en consecuencia. En mi caso de todo eso surgió este texto. Vos hacé lo que te pinte. Pero si sabes que causaste un daño, fijate si podés repararlo.