Odio de vos

Odio ignorarte.

Odio que no te importe que te esté ignorando.
Odio que me ignores mientras te ignoro.
Odio que hagas las cosas tan difíciles.
Odio extrañarte tanto.
Odio ver tus últimas conexiones en WhatsApp y no saber con quién hablaste, pero saber que conmigo no fue.
Odio tenerte tan cerca todos los días y tan lejos a la vez.
Odio que no seas mío y no tener la certeza de que algún día lo vas a volver a ser.
Odio verte todas las mañanas, pensarte todas las tardes, y ni hablar de las noches.
Odio soñar que estamos juntos y felices como antes.
Odio despertarme y darme cuenta que no fue real.
Odio imaginarme que en este momento estás con ella, acostado, tapado, abrazándola, y yo acá escribiendo esto y rogando que me hables.
Odio no saber si pensás en mí en algún momento de tu día, o si te acordás de cosas que hicimos y sonreís solo como me pasa a mí todo el tiempo.
Odio morirme por buscarte, por hablarte aunque sea para saber cómo estás y no poder.
Odio quemarle el cerebro a mis amigas hablándoles de vos, siendo la persona más goma del mundo, insistiendo en un tema que ya tendría que estar cerrado desde hace mucho y del cual todavía no me puedo desprender.
Odio no poder alejarme por completo de vos.
Odio que vuelvas y me busques cada vez que me decido a olvidarte, pero mucho más odiaría que no lo hicieras.
Odio y siempre voy a odiar todo lo que hacés y todo lo que decís, pero lo que más odio en el mundo es quererte y necesitarte tanto.