Que nadie sepa mi sufrir

"Hoy vas a ser la mujer que te den las ganas de ser. Hoy te vas a querer como nadie te ha sabido querer. Hoy vas a mirar para adelante que para atrás ya te dolió bastante. Una mujer valiente, una mujer sonriente...Mirá cómo pasa. Hoy nació la mujer perfecta que esperaban, ha roto sin pudores las reglas marcadas. Hoy ha calzado tacones para hacer sonar sus pasos. Hoy sabe que su vida nunca más será un fracaso. Hoy vas a descubrir que el mundo es sólo para ti, que nadie puede hacerte daño. Hoy vas conquistar el cielo sin mirar lo alto que queda del suelo. Hoy vas a ser feliz aunque el invierno sea frío y sea largo. Hoy vas a conseguir reírte hasta de ti y ver que lo has logrado...".
Es cuando nos enamoramos de la persona equivocada cuando más nos damos cuenta lo fuerte que son nuestros sentimientos, lo injusta que es la vida y lo egoístas que somos con nosotras mismas. 
No vemos nada de lo que tenemos adelante porque sólo esta él, el amor no correspondido, por el que hoy luchamos, sufrimos y lloramos, sin darnos cuenta todas las oportunidades que tenemos en frente de nuestros ojos y no queremos ver. Aunque el mundo se detenga para explicarnos que ese chico no nos hace bien, nosotras estamos empecinadas en que va a cambiar, que va a mejorar por nosotras y no nos damos cuenta que las personas no cambian y que el mundo en algún momento va a dejar de detenerse. Y ahí es cuando la vida comienza a ponernos señales en el medio para que nos alejemos, para que dejemos de sufrir por alguien que dicen que no vale la pena.
Aunque nos hayamos propuesto superarlo, tenemos una esperanza de que vuelva habiendo cambiado, y él vuelve al tiempo y ahí estamos una vez más, sentadas frente a ese medio que nos divide, con una sonrisa de oreja a oreja, el corazón en yanta, y el teléfono en la mano para informar a todas nuestras amigas que volvió, llenándolas de preguntas: "¿qué quiere?","¿habrá cambiado?", "¿para qué me habla?", enojadas con nosotras mismas por no querer cortarle el rostro una vez más, porque ahora estamos seguras que cambió para bien y emocionadas porque no podemos creer ese hecho tan insólito. Esta vez creemos que vuelve hecho un ángel, que cambió, que vuelve para quedarse. 
Y una vez más nos vuelve a fallar. 
Nuestros sueños y emociones se derrumban. 
Una y mil veces ocurre la misma historia, y una y mil veces caemos de nuevo.
La vida nos parece injusta pero no nos damos cuenta que somos nosotras mismas las que nos dejamos engañar, las mismas que se quejan pero lo permiten. Tratamos una y mil veces de salir adelante y creemos que no hay nada tan imposible como eso. Si bien queremos sentirnos bien, también nos gusta sentirnos mal porque sino no lo permitiríamos. A la larga terminamos creyendo que somos nosotras las que estamos mal porque no podemos creer por qué es tan así, entonces tratamos de buscar la solución, buscar qué podemos cambiar de nosotras para que todo esté bien, pensando en que somos las que estamos en falta, siendo demasiado absurdas porque ellos son los que están mal y en el fondo lo sabemos bien, pero nuestro corazón está tan convencido que no lo queremos ver.
No queremos ver que todas merecemos un amor que nos cuide, que nos haga sentir únicas en su vida...Si aparece una persona así lo despachamos porque justo ese chico nos parece aburrido, ese no tiene gracia, ese no es el malo que nos hace desearlo, el malo nos atrapa más, lo imposible se nos hace interesante. Abramos los ojos, más bien los corazones para darnos cuenta que la vida es una sola, llena de sorpresas, de amores y de juegos a los que nos tenemos que animar a ganar o a veces a perder...

@Incredulas - 15/12/13