sábado, 14 de diciembre de 2013

¡Qué dilema!

Toda nuestra vida se basa en elecciones, y con "elecciones" no me refiero solamente a decidir qué carajo te vas a poner hoy a la noche para ir a bailar, sino que me refiero a cosas más grosas.
Saber un secreto que le abriría los ojos a un amigo pero no podés decir nada porque, si le contás, estás mandando al frente a otra persona...¿se lo decís o no?.
Si ves que un amigo está mandándose cagadas, ¿qué hay que hacer? ¿Intervenir o dejarlo ser para que se de la cabeza contra la pared y aprenda, aún sabiendo que esas consecuencias pueden ser fatales?.
Elecciones hay muchas, pero el verdadero conflicto son los dilemas. El verdadero dilema es cuando tenés buenas razones para hacer algo como también tenés muchísimas razones para no hacerlo. Entonces, ¿se hace o no se hace? En el dilema no se trata de lo que querés, sino de lo que optás por perder.
Una elección es decidir entre dos cosas buenas, pero un dilema es elegir entre dos malas, en ver qué perder y no qué ganar, pensando cuál es la pérdida más soportable.
Si un dilema son dos cosas malas, prefiero elegir esa que es menos terrible antes que seguir lastimando más gente, aunque muchas veces tenga que hacer lo contrario a lo que siento, pero todo sea por la gente que más quiero. 
Por eso es que yo pienso que hay que darle oportunidades a la gente, porque todos elegimos mal en algún dilema de la vida...


@Incredulas - 14/12/13

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