Mi propia historia

No hace falta que me hagas tanto mal. No hay necesidad de que aparezcas y desaparezcas de mi vida en un abrir y cerrar de ojos. Hacés lo que querés conmigo y ya no sé cómo controlarlo.
¿Cómo aguanto estas ganas locas de tenerte y amarte? ¿Cómo hago para no pensarte? ¿Cómo controlo mis sentimientos cada vez que te veo? Intento y doy lo mejor de mí para intentar superarte, para poder lograr recordarte con una sonrisa y no anhelarte con una lágrima. Sos mi nostalgia más linda, aunque cuando llore piense que es feo...

Si ya sé que no somos correspondidos, que estoy enamorada del que no me ama y me ama el que no me enamoró, ¿por qué sigo luchando? Ya la remé tanto, ya navegué por todos los mares para poder llegar a vos y no fue posible, no recibí nunca nada del otro lado, la remé sola y eso ya no tenía sentido.

Pude vivir un montón de tiempo sin vos porque no te conocía, así que no creo que si ahora te desconozco me fuera a morir...pero es tan difícil para mí entenderlo.

Me sé vida y obra tuya, cada cosa que hacés, cada conversación que tuvimos la recuerdo, cada beso que me hacía lusionar más y más al punto de lograr enamorarme.

De todas formas, lo que creo que me enamoró de vos no sé si es esa sonrisa hermosa que tenés con los dientes parejitos, o esa nariz respingada que parece un porotito, o esos ojos marrones que me miraban y me hacían desmayarme de la luz que irradiaban. Me parece que lo que me enamoró de vos es lo que idealicé, lo que yo creí que teníamos pero era totalmente una imaginación mía. Quise tanto que me quieras, forcé tanto las cosas que me convencí de que éramos algo cuando en realidad no pasaba nada. Yo no signifiqué nunca nada para vos, solamente una más en la lista...¿La número veinticuatro quizá? ¿La treinta y nueve? Nunca lo voy a saber.

@Incredulas - 28/12/13