martes, 16 de junio de 2015

Tomarse un tiempo

Moviéndome, dedo, músculos, la sangre corre por mis venas a medida que el sonido fluye a un determinado ritmo. La música que mis sentidos captan hace volver un paraíso interminable a mi pensar, a mi fluir, a mi mente, a mis sentidos propios. Momentos de tranquilidad, de exaltación, de desesperación.
El retumbar de las teclas del piano, esos sonidos innumerablemente hermosos que hacen descansar el alma, que filtran la conciencia hacia otro lugar, que hacen ponerte la piel de gallina, cosas que sólo logra la música...En una fracción de segundo estás en el mejor estado de toda tu vida, una nota que te llegó a un lugar muy profundo, una suma de compases que torna tus pensamiento hacia un lugar lejano y calmo.
Momentos de reflexión que se disfrutan porque uno no siente que está reflexionando, siente que está en algún estado de trance con eso que escucha que fluye con esa música, ese momento es nuestro, sólo nuestro, y sin saberlo uno reflexiona y no se da cuenta. Los ojos se me llenan de lágrimas, pero de esas lágrimas que uno disfruta, no de las lágrimas que duelen profundamente en el pecho.
Y te quedás dura, tus latidos van a compás con la música, se adaptan a eso que escuchás, y eso marca tus sentimientos, tus sentidos, tus minutos de vida en ese hermoso momento que muy pocas veces uno disfruta, no se puede explicar la hermosura de ese sentimiento, la pasión que contiene dentro.
Es todo muy hermoso, estoy en otro lugar, ya no estoy en este sillón en el que descansa mi cuerpo estoy por encima de él, por encima de todo, abriendo mi mente más y más gracias a este incomparable sentimiento, y acá vivo contenta, feliz, viva, completamente viva, sintiendo cada paso que doy en este mundo, sintiendo cada centímetro de piel de mi cuerpo sonrojarse como de chica alguna vez lo hice por algún amor, o por algún tipo de vergüenza. Es volver a la inocencia desde acá, desde la completa verdad, a la que todos estamos encadenados...Sé que no se puede soltar esa cadena, pero con esto puedo alargarla cada vez más y puedo salir un poco más afuera de esto. Yo no niego las verdades, busco las posibilidades de cambiarlas, mínimamente, por un momento. Todos deberíamos hacerlo: imaginemos un mundo entero en el que todos sus habitantes se tomaran un tiempo como este, todo cambiaría, todo sería realmente todo, no la nada como suele ser, o como suele percibirse.
Busquemos una solución, no es difícil, sólo basta con sentarse unos pocos minutos a escuchar, escuchar el aire, la tierra, la naturaleza, los sonidos más lindos que uno puede llegar a encontrar en la vida.
Algunos dicen que somos granos de arena en la playa más grande, pero yo digo que mientras más granos de arena estén empapados de sentimientos, de verdades, de fantasías, de sueños y de agua de mar, nuestra superficie va a poder aguantar más en pie, va a ser más firme, y no la superficie blanda en la cual solemos hundirnos. Los invito a empaparse de estas cosas para que todos logremos vivir...


@Incredulas - 16/06/15

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