miércoles, 25 de febrero de 2015

Entrelazados - Capítulo 46

La cena terminó siendo un completo desastre. 
Cuando comenzaron todos a entrar en razón, a darse cuenta de lo que habían confesado y el lío que se podía llegar a armar, las cosas explotaron.
Lautaro y Santino se encontraban en un costado discutiendo a los gritos, insultándose el uno al otro mientras Rocío los miraba desde la mesa ignorándolos lo más que podía para no meterse en esa pelea y salir dañada. La realidad era que todo había sucedido por su culpa, ya que no debía confesar eso. Nunca hubiera querido hacerlo, pero por otro lado pensó que si lo hizo estando borracha es porque en su interior tenía muchas ganas de que los demás sepan lo bien que estaba con Santino y cómo fluían las cosas. Eran tal para cual: tenían gustos similares, se entendían perfectamente y ninguno le reprochaba de su pasado al otro ya que estaban en iguales condiciones. Rocío con Lautaro siempre salía perdiendo una vez que volvieron a intentarlo por todo lo que había pasado con Santino y Nicolás, incluso Lauti a veces le reclamaba cuando había besado a Pache en un baile de la primaria. Por eso ahora Rocío se sentía completamente relajada, y teniendo una relación bastante sincera y pura con Santino. Siempre le había parecido un chico atractivo, pero el comienzo que tuvieron al conocerse no había sido para nada bueno. Igualmente, él había sido una gran persona con ella, hasta la escuchó cuando nadie más quiso hacerlo y todos pensaban mal de su persona. Sin embargo, Santino siempre estuvo ahí, firme, esperándola, soportando todos sus secretos como un amigo, cuando la realidad era que moría cada segundo por darle un beso y repetir esa noche en el Álamo.
- Sos un forro de mierda, chabón, no tenés códigos...¡Encima te di la chance de ser mi amigo cuando te habías garchado a mi ex apenas conociéndola y aprovechando que estaba en pedo!.- los gritos de Lautaro hicieron caer a Rocío de nuevo a la realidad, saliendo de sus pensamientos.
Harta ya de la discusión entre ambos, se acercó a ellos un poco tambaleante por el alcohol que todavía daba vueltas en su cabeza.
- Pará, Lauti, basta.- dijo Rocío intentando calmar la situación, pero su ex novio cada vez estaba más sacado.
- Basta las pelotas.- exclamó el joven completamente enojado. Se abalanzó sobre Santino dispuesto a pegarle, pero Rocío se interpuso y le tomó los brazos despacio.
- Lauti, pará. Vos no sos así.
- ¡¿Que yo no soy así?! ¡Y yo no pensé que vos eras así! No lo puedo creer, Rocío.- gritaba una y otra vez lo mismo.
Santino se cruzó de brazos en una posición bastante soberbia, provocando aún más el enojo de Lautaro que rebozaba de furia.
Ale y Malena observaban la situación de lejos, así que decidieron interferir para calmar las aguas.
- Lauti, ya fue, vamos.- dijo Ale tomándolo del brazo.- Dejalo a este gil sin códigos.
No sólo Lautaro se había ofendido con Santino, sino que ahora ninguno de los pibes iba a volver a confiar en él. Todos le dieron la posibilidad de entrar al club, le abrieron las puertas de sus casas y confiaron en él para que termine defraudando a Lautaro de esa manera.
- A Nicolás nunca le dijiste nada.- comentó Santino con calma. Y eso era cierto, pero las situaciones habían sido completamente distintas.
- ¿Tantas minas que tenés y te venís a enganchar con la de uno de los pibes, Santino? Medio cualquiera.- dijo Alejandro mientras seguía alejando a su amigo.
- ¡Bueno, basta!.- gritó Rocío.
Malena se puso ante ella y le levantó el dedo índice en señal de amenaza.
- Mirá que me estabas cayendo bien, pero como siempre, andás armando bardo. No cambiás más, rubia.
- ¡¿Pero vos qué carajo te metés?!.- le dijo Rocío de mala forma.
- Se mete todo lo que quiere porque es mi novia.- saltó Alejandro.
- No te olvides que tu novia también estuvo con todos.
- Pero no es una puta como vos y una vez que puso en algo serio, cambió. Vos vas a ser siempre igual.- dijo Ale con palabras hirientes.- Zorra de mierda.
Y los tres se alejaron mientras Lautaro continuaba insultando a Santino.
Rocío estaba roja de vergüenza y a la vez por la furia que tenía. Comprendía que había metido la pata hasta el fondo, y ahora su miedo era que Santino se enoje por su confesión. Sin embargo, él no estaba ofendido para nada, al contrario, le encantó que se la juegue así por él. Si bien estaba borracha, y continuaban todos estándolo, iban a recordar esa noche como ninguna otra. Lo que le quedaba hacer a Rocío, era hablar con sus amigas.

Celeste se tomó un taxi y se dirigó a su casa sin saludar a nadie. La confesión de Bautista le había dolido realmente. Él había hablado en pasado, pero nunca habían exteriorizado ni con sus amigos más íntimos ese bache de la relación donde él se confundió con Vera. No era lugar ni motivo para decir nada, y la había hecho a ella quedar mal. Tampoco le importaba mucho lo que piensen los otros, pero sí que su novio haya dicho tan seguro todo lo que sentía por Vera.
Eran las cuatro de la mañana y ella se encontraba en su cama, boca arriba, acariciándose la panza. Sus padres no la habían escuchado entrar, estaban durmiendo, sino seguramente se habrían levantado para ver por qué fue a su casa y no a dormir con Bauti como de costumbre ya que vivían juntos.
Todavía su bebé no pateaba, pero moría de ansias en que llegue el día que empiece a moverse y a sentirlo un poco más. En un mes ya tendría la ecografía para saber el sexo. Tenía muchas ganas de saberlo ya.
Le sorprendía que sea tan tarde y Bauti no le haya mandado ningún mensaje. Al contrario, fue mejor que eso. Se colgó por la ventana de la habitación de ella con una rosa en la mano, de aquellas que había en el jardín de la vecina. Celeste le abrió la ventana para que pase, y luego volvió a tirarse en la cama. Bautista tenía mucho olor a alcohol y cigarrillo encima, pero se lo notaba bastante sobria. Sin saludarla ni nada, se abalanzó sobre ella con cautela para no lastimarla, y comenzó a rogarle disculpas.
- Perdón, por favor, perdón, mi amor. ¡Perdoname!.- gritó.
Celeste le tapó la boca con la mano.
- No grites que mis papás están durmiendo.
- Por favor, decime que me perdónas.
Celeste se ubicó mejor en la cama para quedar sentada, luego comenzó a juguetear con sus pulseras mientras Bauti le acariciaba la panza.
- No, Bauti.- le dijo ella corriéndole su mano.- Me re dolió lo que hiciste en el club.
- Ya sé, soy un pelotudo, ni sé cómo lo dije. Me había pegado el tequila y dije eso, pero no me acuerdo ni de haberlo dicho.
- ¿Entonces cómo sabés que...?
- Me dijeron Pache y Maca.- interrumpió Bauti.- Mi amor, yo te amo a vos. Vera me gustó porque estaba solo, me faltabas vos y me re confundí, no sé, cualquiera.- continuó aclarando.- Además no podría enamorarme de otra porque sos la mujer más linda del mundo...Y otra no me aguantaría roncando como ronco.- dijo sonriendo para descomprimir un poco el momento tenso.
- No sé, me da un poco de desconfianza.- comentó Celeste mirando hacia abajo. Bautista la tomó de la pera con suavidad, y le levantó la cara, dándole un beso tierno al que Celeste no dudó en responder de manera dulce, cerrando sus ojos y tomándolo de la nuca. Luego, ambos se separaron y la joven continuó mirándolo fijo.- Yo te amo con el alma, y no quiero que nos pase de nuevo lo mismo.
- ¿Lo mismo?.- preguntó Bauti sin comprender.
- Sí, que yo me confundí con Felipe y vos con Vera, y esto ya nos costó muchísimas peleas...Incluso nos separamos un par de meses.
Bautista la miró tiernamente y le sonrió, colocándole a Celeste un mechón que se le metió en la cara, ubicándolo detrás de la oreja de ella. Luego, le acarició un cachete.
- No va a volver a pasar, porque encima vino el Mini Bauti para arreglar todo y unirnos más que nunca.- acto seguido, ambos se acostaron a dormir y Bautista se apoyó sobre la pancita, acariciándola y dándole besos.
- ¿Me prometés que vamos a ser felices?.- preguntó Celeste en medio del silencio mientras se iban quedando dormidos.
- Vos, yo y el bebé...Todo lo demás no es nada, reina.

Los días siguientes transcurrieron con total serenidad, con la diferencia que Santino no se presentó ningún día de la semana a entrenar, y aquel sábado que se aproximaba era el clásico barrial entre Lion y Nueva Estrella. Todos estaban nerviosos y tensos, sobre todo Pache que se ponía como loco ante estos partidos de rivalidad absoluta. Para colmo, Santino no fue a entrenar, entonces contaban con uno menos.
Todos le tomaron bronca, y ninguno le había hablado después de lo sucedido en la cena, pero la realidad es que ahora lo necesitaban porque era un gran jugador y era fundamental su presencia en el equipo. 
Los pibes buscaron por todos lados a algún reemplazante pero ninguno era lo suficientemente bueno, práctico y alentador como Santino. Había sido la última gran esperanza del club, el mejor del último tiempo. Ahora estaban todos los chicos desesperados en busca de un delantero con la potencia de Santino, que se asemeje a él, porque si bien no habían ganado el torneo, la fortaleza que impuso en la cancha todo el campeonato había sido sublime y digna de admirar.
El jueves por la tarde, dos días antes del partido, se encontraban todos tomando una Coca-Cola en el kiosco del club. Hacía mucho calor, por lo que todos estaban en cuero, excepto el gordo Ale, como siempre. No hablaron de otra cosa que no sea el clásico del sábado, y luego se pusieron a discutir quién iba a hablarle a Santino para pedirle por favor que juegue al menos ese sólo partido.
- Yo no le voy a hablar, me cagó a mi novia. Y ni siquiera quiero compartir un partido con él. Si él juega, yo no.- dijo Lauti convencidísimo y bastante enfurecido con sus amigos por seguir teniendo en cuenta a Santino.
- Dale, Lauti, no seas pendejo.- recriminó Nico.- Nosotros jugábamos en el equipo y nos odiábamos también.
- Es verdad, hacelo por Lion nada más.- agregó Ale.- Pero yo no voy a pedirle que juegue.
Pache se cruzó de brazos, pensativo.
- Yo tampoco.- terminó acotando.
- Yo menos.- indicó Lautaro.- Suficiente que me lo banco jugando si es que alguien le dice, más no me pidan.
- Yo tampoco le quiero hablar, pero porque me da paja.- agregó Nico.
Ale le revoleó una botella vacía, golpeándole su estómago.
- ¡Dale, garca! ¡Si vos estás lo más bien con él!.- exclamó el gordo.
- ¡Qué va a estar todo bien! Si cagó a un amigo, también me caga a mí. Fue un chiste.- comentó Nico.
Instantáneamente, todas las miradas se dirigieron a Bauti, quien no había dicho ni una palabra y se encontraba mirando su celular todo el tiempo, sonriendo y poniendo caras raras, de esas que las mujeres interpretamos como caritas tiernas, pero los hombres lo asimilan como que era un gay reprimido. Esta vez, la botella plástica cayó sobre la cabeza de Bauti, quien cayó en la realidad y miró a sus amigos, que todos lo observaban.
- ¿Entonces lo hacés vos?.- preguntó Pache.
Bautista no tenía idea de qué hablaban, había estado hablando con Celeste todo este tiempo, quien le enviaba fotos de la cuna que sus papás compraron para el bebé, de color blanco porque todavía no sabían el sexo entonces necesitaban un color neutro que quede bien tanto para nena como para varón.
No quería quedar como que no entendió nada de lo que hablaban, así que decidió aceptar.
- Sí, sí, yo lo hago...- dijo dubitativo.- Explíquenme cómo y yo lo hago.
Su respuesta fue justa y demostró estar entendiendo de qué se trataba, pero la realidad era que no. Finalmente, todos armaron un plan para que Bauti se dirija a Santino sin que él piense que lo estaban utilizando sólo por un partido.
Bautista no quería hacerlo y tenía cosas más importantes en las cuales pensar, pero como ya había aceptado, no podía echarse atrás y no quedaba bien si lo hacía. No le gustaba dejar a sus amigos en banda.

Rocío estaba un poco distanciada de sus amigas, pero no porque realmente haya pasado algo malo, sino porque estaba demasiado tiempo con Santino. Sentía que nadie la comprendía, excepto él, y que también era el único que la valoraba como realmente era.
Después de aquella cena en lo de Pache, al día siguiente se juntaron las tres amigas a conversar e hicieron catarsis juntas. Celeste le había aconsejado que se aleje de una vez de ese grupo de amigos, que tampoco esté con Santino, que ya había estado con casi todos, a lo que Rocío respondió:
- ¡No estuve con todos! ¡A Bauti y al gordo nunca me los comí!.
Pero al resto sí...
Macarena, por su parte, siempre impulsa a que los demás hagan lo que sienten en su corazón, pero esta vez no apoyaba mucho a Rocío porque la realidad era que le gustaba su pareja con Lauti y era muy amiga de él, entonces no le gustaba en absoluto verlo sufrir y sobre todo, sabiendo que no se lo merece y que Rocío lo había basureado todo este tiempo.
En definitiva, Rocío llegó a la conclusión de que no podía contar con sus amigas para comentarles las cosas que le pasaban en su relación con Santino, y tampoco quería molestarlas, así que prefería solamente recurrir a él ante cualquier consulta. No las extrañaba, y de hecho tampoco creía que las necesitaba, excepto en esos momentos cuando iba al shopping con Santi, que él no entendía nada de ropa y los consejos que le daba eran pésimos. Para él, todo le quedaba bien, mientras que ella se daba cuenta que el color salmón, el verde y el plateado la hacían verse más gorda. De ahí en más, prefirió ir de compras sola.

Aquel viernes previo al partido, llegó la noticia tan apreciada por Celeste y Bautista: finalmente pudieron vender la casa. La vendieron amueblada, cosa de alquilar un departamento ellos y comprar todo de cero. A él le dio muchísimo temor dejar esa casa donde creció, donde había sido tan feliz con su abuela, pero a la vez fue la casa que llevó a Pedro a la deriva, y donde tenía recuerdos muy tristes, pocos, pero los suficiente para tapar las cosas buenas que había vivido allí.
Ya tenían varios muebles reservados, sólo quedaba hacer la mudanza. Consiguieron un hermoso departamento a cinco cuadras del club, a seis de lo de Celeste y a veinte minutos del trabajo de Bauti. Era muy cómodo, lindo, espacioso, y tenía dos habitaciones. La principal, que iba a ser de ellos, tenía baño privado, y la pequeña, que iba a ser del bebé que venía en camino, era un poquito más chica. La cocina era angosta y larga, pero lo que realmente se lucía era el living comedor que daba lugar a un inmenso balcón que daba vista a toda la ciudad.
Bauti y Celeste estaban realmente felices, al igual que la familia de ella, que nunca los dejan solos y los apoyan en todo momento porque en momentos así de importantes, tanto buenos como malos, son fundamentales las presencias de nuestros seres queridos. Y Celeste tenía la suerte de tenerlos, y ahora Bauti también, ya que se consideraba un Gianelli más.
El sábado que se avecinaba, luego del partido, si ganaban tenían armada una fiesta en la casa de Maca, y si perdían, iban igual a ahogar las penas. Esa era la oportunidad ideal para que Bauti y Celes den la bella noticia.

- La verdad es que no sé cómo voy a hacer para superarla.- le dijo Lautaro a Ale, quien ya no soportaba más que siga sufriendo por Rocío.
- Media pila, boludo, tenés alta facha, jugás al fútbol, sos bueno, fiel...¡El novio ideal!.- exclamó el gordo.
- ¿El novio ideal para quién?.
- Para mí.- dijo Alejandro con voz afeminada, haciéndose el amanerado.
Lautaro se rió fuertemente y lo quitó de encima.
- ¡Salí, gordo!.
Luego de terminar el partido de Play Station, Lauti recordó que su amigo estaba medio peleado con su novia por el tema de Bariloche, así que le preguntó en qué había quedado eso.
- Tengo todo preparado para darle una sorpresa mañana a la noche en la fiesta del club.
Lauti intentó sacarle información para saber de qué se trataba, pero Ale lo tenía bien guardado. Ninguno de los dos imaginaba la gran noche que se avecinaba.

Bauti pensó que iba a ser muy difícil convencer a Santino de jugar, pero la realidad fue que el joven aceptó rápidamente. Bauti se sorprendió y le dijo que le llamó la atención su pronta respuesta.
- Yo no tengo problema con nadie, ellos lo tienen conmigo.- le dijo Santino. Si había algo que lo caracterizaba, era esa serenidad y calma para enfrentar todos los problemas. No le gustaba pelear con nadie ni tener conflictos, por eso dejaba que los demás se arreglen solos y se les pase la furia de una vez. Desde el primer momento en que se pelearon, Santino sabía que lo irían a buscar para el clásico barrial.

Fue un momento muy lindo el del partido. Los chicos estaban completamente nerviosos, pero la noche anterior todos y cada uno de ellos se habían ido a dormir con sus respectivas novias, felices y ansiosos por lo que estaba por avecinarse.
- Estoy re nervioso, pero por suerte vas vos.- le había dicho Nico a Vera mientras miraban una película.
- Menos mal que vas, sos mi amuleto de la suerte.- le dijo Ale a Malena mientras cenaban en la casa de él.
- ¡Me encanta que vayas a verme jugar, así no estoy tan nervioso!.- le comentó Pache a Maca mientras caminaban por el parque.
- Amo que me vayas a ver, encima ahora con el mini Bauti...¡mejor!.- le dijo Bautista a Celeste mientras le acariciaba la panza.
- Sos hermosa, y me re va que vayas a darme aguante. Te voy a dedicar un gol.- le adelantó Santino a Rocío mientras le daba un tierno beso y se iban a dormir.
- Gracias, sos una genia, me encanta saber que vas a venir.- le dijo Lautaro a su mamá.

El momento llegó. Novias y familiares ubicados en las gradas a los costados de la cancha. El árbitro parado en medio de la cancha llevándose el silbato a la boca para dar inicio al clásico barrial que definiría muchas cosas. Los jugadores en sus posiciones respectivas. Suena el silbato y...¡arrancó el partido!.
Macarena, Celeste y Malena no paraban de gritar alentando a los chicos. Vera era un poco más tímida, así que solamente aplaudía y le tiraba besos a Nicolás. Qué lindo que era...
Rocío, por su parte, le embolaba muchísimo estar ahí y le traía recuerdos de la vez que conoció a Nico. Esa misma noche había ido al Álamo y días después rompió con Lautaro todo tipo de relación...¡El gran culpable de los males de su vida todo aquel año había sido ese maldito club!.
El partido continuaba cero a cero, muy peleado, y faltaban tan sólo cinco minutos para que termine.
En medio de una jugada, el defensor de Nueva Estrella se acerca para quitarle la pelota a un Santino imparable, y cuando se arroja a sus pies, le clava el botín derecho en el tobillo izquierdo de Santi, provocando que éste se caiga y comience a exclamar fuertemente por el dolor que sentía. Enseguida todos sus compañeros se acercaron, preocupados de verdad. Ya no les interesaba si era el número nueve más soñado, ahora les importaba que Santino realmente esté bien.
Tanto a Pache como a Bauti, Ale, Nico e incluso también Lautaro, les sorprendía estar preocupándose tanto por Santino, pero la realidad era que siempre se portó muy bien con todos. Era compañero, simpático y divertido. Y todos habían cometido errores en su vida. Para colmo, Santino estaba seguro de lo que tenía con Rocío, por lo tanto para él no era un error. Simplemente se enamoró y fue un gran amigo y apoyo emocional para ella cuando necesitaba que alguien la contenga. Y en esos momentos no estaban presentes ni Celeste, ni Macarena, ni Lautaro ni Nicolás. El único que la escuchaba realmente era Santino.
Al delantero lo sacaron del partido unos instantes para que se mejore. Jugaban con uno menos. Problema importante.
Tensos y ahora mucho más nerviosos, los chicos pusieron todo de sí para ganar el partido. Una atajada magnífica del gordo Ale tapó un gran gol que podía haber sido de Nueva Estrella, pero por suerte las manos atentas de él estaban presentes para continuar empatando.
En el último minuto, y ya un poco mejor, Santino volvió a ingresar a la cancha. Justo era un tiro de esquina del equipo contrario, el cual choca en la cabeza de Pache, que la saca para afuera dejándosela servida a Nico, quien ve que se avecina un defensor, entonces se la pasa a Bauti que apenas la puede tocar para dársela a Lautaro. Él empieza a correr con la pelota en sus pies, adelante estaba el arco, enfrente tenía un defensor de Nueva Estrella y a la derecha estaba Santino, totalmente libre, con espacio disponible para terminar la jugada de manera positiva y victoriosa.
Tenía cinco milésimas de segundo para pensar qué hacer. ¿Cómo continuaba la jugada? ¿Se arriesgaba él a hacer el gol de la noche para terminar con todo pero con la posibilidad de errar? ¿O debía pasársela a Santino que tenía regalada la situación? ¿Merecía él que se la pase? No, no creía que se haya comportado bien con él, pero la realidad es que la basura había sido Rocío. Ella fue la que se quiso meter con todos sus amigos, la que lo arruinó, la que generó que él no pueda concentrarse ni en los estudios ni en el fútbol, porque todo pensamiento que tenía derivaba en llorar por ella una y otra vez. No, la bronca acá no era con Santino, porque es otro chico más que cayó hechizado a los encantos de la rubia. No, realmente no lo odiaba ni consideraba que sea mala persona. Sabía que ese pase que se estaba por venir diría muchas cosas, y sería un cambio rotundo en el equipo. Equipo...Eso eran, un equipo. Y eran un equipo también fuera de la cancha, no sólo sobre el cemento y con botines puestos.
Le otorgó el pase a Santino, y con un simple movimiento de piernas, logró que la pelota entre en el arco contrario, generando así que Lion le gane uno a cero a Nueva Estrella.

La casa de Macarena terminó llena de gente, incluso ex jugadores de Lion que no aparecían en el club hace mucho tiempo. Todos los pibes y las chicas se propusieron no tomar mucho, para no terminar como la semana pasada en la cena de Pache, ya que las confesiones derivaron en muchísimos problemas. Ahora sabían que ya nadie tenía secretos, no hasta que Ale tomó a Malena de la mano y la llevó al pasillo de la parte de arriba de la casa de Macarena.
- Tenemos que hablar.- le dijo el gordo a su novia, quien continuaba un poco distante con él, haciendo la salvedad de que los días previos al partido lo apoyó y lo contuvo para que aguante sus miedos, nervios y temores, pero ahora el partido ya había culminado y volvía todo a la normalidad.
- Basta, Alejo, no arruines la noche que la estamos pasando bien.
Alejandro la miró, sonrió, y sacó del bolsillo de su pantalón dos pasajes.
Malena lo miró sin comprender, y tomó los pasajes que su novio tenía en la mano. Uno estaba a nombre de Lautaro Nahuel Páez y otro a nombre de Ale.
- ¿Qué es esto?.- preguntó Malena.
Ale le sonrió una vez más y le dio un tierno beso mientras la agarraba de la cara.
- Me voy a Bariloche la semana que vos te vas, pero aparte, a otro hotel, para que cuando tengas tiempo libre puedas venir a verme.
Malena no podía creer la actitud de Alejandro. No sabía si era un loco obsesivo o si estaba tan enamorado que hacía esta clase de estupideces por amor.
- Y quiero aclararte que no es que voy atrás tuyo porque desconfíe, sino porque sos mi apoyo y lo que necesito todos los días, y te voy a extrañar mucho y pensar cualquiera, porque yo confío en vos, pero no confío en el resto.- le dijo él a su novia.
Ella aceptó la propuesta, y se puso muy contenta de pasar su viaje de egresados sola con sus amigos, pero también con su novio en un hotel cerca del lugar donde ella iba a estar.
- ¿Y por qué va Lautaro?.- le preguntó Malena.
- Primero porque ni en pedo voy solo, y segundo...- Ale señaló a la parte baja de las escaleras, donde estaban sentados Lautaro y una chica pelirroja, hablando muy cerca y riéndose juntos.

Celeste pasó por enfrente de donde estaban Lautaro y la misteriosa joven, y se quedó mirándola a ella. Le veía cara conocida...De algún lado la tenía y...¡Sí! Era la despampanante joven que bailaba sin parar en la fiesta del club cuando Felipe había vuelto de Estados Unidos. Celeste recordó lo mucho que le llamó la atención el modo de bailar de esa chica y su belleza exótica, tan distinta al resto. Quería saber su nombre, pero prefirió no intervenir, sobre todo después de ver cómo Lautaro y la joven se besaban tiernamente.

Cuando la gente se empezó a ir porque ya eran alrededor de las siete de la mañana, solamente quedaron los pibes y las chicas. Lautaro se despidió de su nueva compañía. Se llamaba Catalina y practicaba hockey en el club. Nunca se habían prestado atención mutuamente, hasta esa noche, donde empezaron a hablar porque ella se acercó a felicitarlo por el pase final del partido. Era pelirroja, tenía buen cuerpo, muchas pecas y ojos verdes. Era muy tierna y dulce al hablar. Lautaro sintió el flechazo enseguida, y se quedaron hablando toda la noche.
Finalmente, luego de despedirla, volvió donde estaba el resto. Estaban todos sentados en las sillas del comedor, algunos en el sillón y otros más valientes como Santino se recostaron en el piso. Rocío también estaba allí, con la cabeza apoyada en las piernas de su novio, con los ojos cerrados, quedándose dormida. Lautaro la miró y se alegró de haber abierto su corazón a una nueva persona que todavía debe conocer mucho, pero hasta esa mañana él no imaginaba que iba a conocer a alguien ni de casualidad, consideraba que él tampoco lo iba a permitir y que el duelo iba a ser largo.
Todos se quedaron hablando un buen rato, comentando cosas del partido, riéndose, recordando juntos. En un momento, Celeste sintió una puntada fuerte en su estómago, producto del movimiento del bebé. Bauti le acarició la panza y le dio un beso con disimulo para lograr que nadie se entere. Luego de que calmó la punzada, ambos se miraron, se sonrieron y se pusieron de pie.
- Queremos contarles algo...- dijo Bauti mirando a su novia.
- Y queremos aclararles que esperamos un poquito porque hubo muchos problemas, primero lo de Pache, después esto de Santi y así mil cosas más que no nos dejaron decirlo antes...
- ¿Se van a casar?.- preguntó Vera con los ojos brillosos. Amaba que su mejor amigo esté tan feliz.
- Em, no...- dijo Bauti mirando nuevamente a su novia.- Estamos esperando un mini Bauti.
- Sí, estoy embarazada.
Y las reacciones fueron increíbles...


Continuará...

21 comentarios:

  1. Por favor diganme que este no es el ultimo capitulo porque me muero! Quiero saber que pasa con ro y Santi y ahora con lauti y catalina

    ResponderEliminar
  2. No caigo que este es el ante último

    ResponderEliminar
  3. Que lindo el capitulo gracias por regalarnos uno cada semana los voy a extrañar

    le quiero dejar un mensaje a mi amor platonico:

    Hola braian nos merecemo .. Male te amo dame bola

    ResponderEliminar
  4. Que lindo capítulooooooo♡

    ResponderEliminar
  5. Ah no yo pense que lauti & ro volvian a estar bien & eya se dejaba e putiar pero entiendo porque lautaro era muy celoso & santino la escuchaba siempre aparte nunca le dijo nada de su personalidad cuando todos la critiaban por ser como era! & ta catalina noc pero me pareece bien que se quede con lauti & rochi con santino ! Se termina :´(
    Que Venga la segunda Temporada Porfis :D

    ResponderEliminar
  6. No quiero que termineeee D:

    ResponderEliminar
  7. Qué lindo capítulo Colis♡♡ Por fin todo va yendo bien , no? espero con ansias el domingo que viene!!

    ResponderEliminar
  8. No se que voy a hacer cuando termine

    ResponderEliminar
  9. Me voy a morir cuando terminé, la posta es que me gusta ro y santi, aunque pensé que ro y nico iban a volver a estar, sentí la re magia ahí pero bueno! Amo ♡♡♡♡♡

    ResponderEliminar
  10. Agan una tercera temporada por fiss ah. No encerio por favor!!!! No la terminenn por faa!!!! Las amooo

    ResponderEliminar
  11. Que buen capítulo chicas las felicito!!

    ResponderEliminar
  12. PORFAVORRR NO LA TERMINEN!!! ME MUERO SIN LA NOVELA, ME RE COPE CON LA NOVELA :3 PERO OR FAVOR QUIERO QUE SIGAAAA♥

    ResponderEliminar
  13. este es el ultimo capitulo?? diganme que no por favorrrr

    ResponderEliminar
  14. Nonono basta no puede terminar despues de este xq me muero entienden me muero, chau para mi rocio No se xq pero tiene q estar con cualquiera de los 3 pibes, me encantan, pero prefiero a nico o a santi, aunqUe siento como celos de q lauti conozca a alguien, re confuso todo, eso si, me encantaria que se arrglen con ro pobre la odian hasta las mj amigas

    ResponderEliminar
  15. por que no aparece el ultimo capitulo de entrelazados??

    ResponderEliminar
  16. Y el ultimo capitulo???????????

    ResponderEliminar
  17. quiero leer el ultimo por favorrr

    ResponderEliminar
  18. se supone que este es el ultimo capitulo? porque estoy esperando el ultimo..

    ResponderEliminar