lunes, 18 de mayo de 2015

Siempre llega

Somos una pareja de novios. Estamos juntos hace ya dos años, conociéndonos hace muchos más. Pensamos en dar nuestra identidad, pero finalmente comprobamos que no es necesario, y es mejor que cada uno saque sus propias conjeturas, sin levantar el dedo y sin pensar que escribimos esto para hablar maravillas de nuestra relación ya que, como cualquier otra, tiene cosas hermosas, puras y leales, y otros momentos un poco más grises donde hay conflictos.
No venimos acá a demostrar lo que somos, ni lo que fuimos ni lo que seremos, sino a contar nuestra historia. Con "historia" no nos referimos a expresar nuestro romance y cómo se dio el inicio de todo, sino a darles esperanzas a muchas personas que quizá estén leyendo esto en algún momento particular de sus vidas.
Llega un momento de la vida donde uno va superando la etapa de salir de joda, bolichear, estar con chicos que ni siquiera sabés su nombre. Este momento no es necesariamente el cambio de la secundaria a la vida de adulto, sino más bien tiene que ver con una cuestión personal que se puede dar en cualquier momento de nuestras vidas. Algunos llaman a esta situación "madurar", otros simplemente le dicen que es la pudrición de continuar solo.
Es en esta etapa cuando hay varios tipos de búsqueda: los que quieren una pareja para no deprimirse los domingos a la tarde, los que quieren demostrarle al mundo que encontraron a su alma gemela y después están los que realmente se enamoran.
Hay varias crisis previas al encuentro del amor donde uno se insulta a sí mismo, se odia, se pone mal por quien no vale la pena y le cuesta reconocer al verdadero dueño del corazón.
A nosotros nos costó darnos cuenta que el amor estaba al lado nuestro hace rato. Los dos estábamos en un momento de confusión total, donde no sabíamos si jugarnos por amor, o resignar todo por miedo al fracaso.
Finalmente, en vez de quedarnos con la duda de lo que hubiera pasado, decidimos intentarlo.
Acá estamos, dos años después, siendo muy felices juntos porque decidimos darle la chance al amor, a probar, a intentarlo. El miedo al fracaso siempre está. El miedo al engaño también estuvo, hasta que se aprende a confiar en el otro y saber que sin confianza, las relaciones no valen la pena, y que lo fundamental no es sólo amarse, sino el compañerismo del día a día, apoyarse, entenderse y calmarse mutuamente cuando las cosas no van como uno espera.
A vos que estás en busca de ese amor: relajate. Sos joven todavía, tenés muchísimas personas por conocer, muchísimo amor para dar y muchos errores por cometer. Quizá no es hoy ni mañana, quizá es dentro de unos meses o años tal vez, pero el amor siempre llega para todos.

@Incredulas - 18/05/15

3 comentarios:

  1. ¿Qué más puedo decirles que "gracias"? Enserio, me hizo muy bien leer esto. <3

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  2. Creo saber quién lo escribió, es bastante obvio, pero no importa. Me encanta que se sientan así. Muchas veces al terminar una relación también (muchos) decidimos estar solos y solemos decir cosas como "ay no quiero saber nada con volver a estar en pareja" pero tarde o temprano siempre aparece una persona que nos demuestra que todavía vale la pena jugársela. Los felicito chicos!

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  3. este es uno de los mejores para mi!

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