martes, 26 de mayo de 2015

Hora pico

La hora pico es una de las partes más sinceras del día, y en este trajín es cuando me pregunto: ¿cómo sublevarse a la angustia al por mayor, a las horas extras hurtadas y no vividas, a los virtuales capitalistas financieros y al hermano que todo lo puede y te cobra hasta el aire que respirás? ¿Cómo se hace para dejar de vivir como se vive hoy?.
En este momento quiero ser el dedo índice de tu mano derecha, ese dedo que se entrelaza con los nueve restantes en busca de un poco de paz. Quiero ser la ventanilla del avión más próxima a tu asiento. Quiero ser tu asiento. Quiero ser tu llegada y no tu partida. Quiero ser la respuesta a todos tus interrogantes. Quiero ser lo suficientemente buena para vos para que te quedes, para que desenrolles la parte del mapa que no tuviste en cuenta, imantar tu brújula con un suspiro en tu oído...
Lamentablemente, me falta nafta y nos sobran las diferencias. No puedo, no podemos, no pudimos hacerlo porque, claro, la respuesta está en vos y en nadie más que vos.
Cazá el machete, internate en la maleza, ahuyentá a los animales salvajes que pretendan hacerte daño, descubrí en la arena las raíces de tus dudas, que las olas te cobijen, que redescubras tus orígenes y te hagas amiga de tus miedos. 
La vida es no es por sólo un camino, lo es para los conformistas. Para los hijos del viento la burocracia es lo de menos. Mi dios de la transformación, mi canción para la Magdalena, mi ojo perezoso...Te esperaré el tiempo que sea necesario. Mientras tanto, un cigarrillo en la mano y la mirada en el horizonte, tragándome las lágrimas para no volver a decepcionarte otra vez. Buena suerte.


@Incredulas - 26/05/15

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