jueves, 7 de mayo de 2015

Borges y Serrano

Hace muchos días, varios años atrás, mientras caminaba con un amigo por la calle Borges y Serrano, apareció. 
Estaba él caminando también, en dirección hacia mí. Desde ese día no nos despegamos y caminamos juntos a la par, por la vida.
Nos gusta viajar, tanto, que lo hacemos cada verano con la premisa de conectar con la naturaleza, con la carpa, la mochila y las ganas de conocer el mundo. Nuestra conexión es de esas de las que no hay que dejar pasar la oportunidad para empezar a vivirla. Nuestro amor nos transporta, nos hace crecer y nos une de tal manera que nos volvemos inseparables. Nuestro amor nos fortalece. Nuestro amor genera que seamos eternos juntos. Nuestro nosotros logra cosas hermosas. Nuestro amor solidifica los sentimientos que conseguimos admirar en el otro.
Borges y Serrano unieron dos almas que se estaban buscando sin saberlo. Nos conocimos sin esperar nada y sin saber ni quiénes éramos, y terminamos transformándonos en todo.
Cuando pasamos mucho tiempo sin despegarnos un segundo, la ausencia del día posterior nos regala ensueños, nos regala esos “te extraño” más puros que el aire, nos hace sentir que elegimos correctamente, que somos más que una mirada, que si deambuláramos hoy por Borges y Serrano volveríamos a elegir caminar juntos, a la par, por la vida. 


@Incredulas - 07/05/15

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