No olvidarse de lo importante que es que haya personas que decidan compartir su preciado tiempo con nosotros. Que te elijan. Que te vuelvan a elegir. Que no dudan cuando te ven a los ojos. Al contrario, prefieren preguntarte por qué no tenés la misma mirada como cuando los miraste aquella vez en la que...Mejor dejémoslo ahí.
La autocrítica es una hija de mil puta, pero es un mal tan necesario que hasta ha llegado a salvar vidas. A vos te digo, estimada lectora, o lector, quizá. Si en algún momento me brindaste tu tiempo que no vuelve, si alguna vez sacrificaste por mí una visita a la casa de tu tía Porota, si te interrumpí un partido en el FIFA, si me elegiste a mí antes que el sexo casual, si optaste por encomendarme tu libertad y me regalaste una ínfima porción de tu preciado tiempo y encima la pasamos bien, y te sentiste vivo, y te abracé, y te dije que te quería y te cebé un mate o te pasé la birra que, en términos gestuales, es decir casi lo mismo: Gracias. Gracias por venir, gracias totales. Muchísimas pero muchísimas gracias.
Mientras vos te automutilás, a mí me encierran en una jaula. En esas noches vacías en las que tu punto G es estimulado por las manos frías de la banalidad, a mí me quieren violar por la nariz. Mea culpa, todavía no controlo las injusticias todas. Y creo que nunca lo haré, esa es una idea con la que debería familiarizarme.
Evadirse es negar la introspección. Negar la introspección puede tildarte como cobarde. Ser un cobarde es pisotear la fuerza de tu ternura, y pisotear la fuerza de tu propia ternura es como punguear al posible amor de tu vida.
@Incredulas - 02/05/15
Que post del carajo! GRACIAS
ResponderEliminarLas amo boludas
ResponderEliminarEste post es un post de lpm. No hay otra palabra que lo describa. Es perfecto.
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