Hay veces que las soluciones a los problemas que tenemos día a día están en el presente, pero los recuerdos y las ataduras del pasado y los miedos y enigmas del futuro no nos dejan continuar con tranquilidad.
Hay veces que las soluciones a los problemas que tenemos día a día están en el futuro. Los proyectos, las metas, los sueños, las ideas, las necesidades...Son soluciones que están en el futuro y pueden cambiar nuestros problemas de hoy.
Para estas cosas, me gusta pensar en el tiempo y sus incógnitas. Hay gente que dice que no existe el tiempo, otras curan todo con el tiempo: "dejalo, con el tiempo se le va a pasar", "dale tiempo".
Todo ese tiempo es lo mismo.
No cambia en nada pensar algo dentro de un minuto que pensarlo dentro de un millón de años: al fin y al cabo lo pensaste, al fin y al cabo existió y al fin y al cabo sirvió de respuesta para algo más.
Nuestro cuerpo en algún momento ya no está más en carne y hueso, pero nuestras almas perduran durante la eternidad. ¿Existe esa eternidad? ¿Es posible que haya algo que jamás termine? Por ejemplo, ¿el mundo se va a acabar en alguna oportunidad o vamos a seguir existiendo hasta esa eternidad de la que tanto miedo tenemos de hablar?.
Los amores. Amores cortos, amores largos, amores eternos. ¿Es posible amar a alguien hasta el fin de los tiempos? Cuando prometemos amar para siempre, ¿tenemos idea de la magnitud que tiene eso? Me parece que no.
Hay una frase muy conocida que dice "nada es eterno, estoy seguro que el amor se acaba". Yo creo que el amor se acaba cuando ya no hay más vida, cuando ya no queda tiempo por vivir, cuando nada del otro existe, cuando no hay más esperanza.
Por eso, en vez de pensar en la eternidad, sigamos recolectando esas cosas del pasado, del presente y del futuro para poder conseguir la solución a nuestros problemas.
@Incredulas - 18/11/13
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