viernes, 8 de noviembre de 2013

Dos caminos

¡Cómo cambian las cosas solamente por conocer una persona!.
Ponele, antes yo era re liberal, me chupaba un huevo todo, estaba con quien quería y no tenía compromiso con nadie, hasta que llegó él y mi vida dio un vuelco terrible.
Antes yo era peleadora, hasta embrollera se diría, donde había quilombo estaba yo, hasta que llegó él y me dio paz absoluta aislándome de todo el conventillo de mis alrededores.
Antes yo creía que el amor de mi vida era ese pibe con el que garchábamos siempre, el que siempre me clavaba visto y me hablaba cuando quería, el que adelante de sus amigos me basureaba y me hacía sentir una mierda. Ahora sé que el amor de mi vida es él, que me resucitó y logró que yo vuelva a creer en el amor.
Con estas cosas te das cuenta de algo: si sabés que metiéndote en quilombos vas a salir perdiendo de la manera que sea, si sabés que el pibe gato (hasta quizá con novia) te chamuya y te dice que te ama pero nunca lo demuestra y así con mil cosas más...Si sabés todo esto, ¿no es mejor evitarlo? Si no te enganchaste todavía, no esperes a esa última instancia donde estás hasta las manos y creés que él te quiere porque no, no es eso el querer. Querer es otra cosa.
Cuando ves venir los embrollos, vos tenés dos caminos por elegir: ir y luchar, jugártela y arriesgarte, o dejar que pase y salir ilesa.
El verdadero problema está cuando te das por vencida para evitarte todos estos mambos extraños y resulta ser que ibas a ganar. Ponele, si no le decís al pibe que te gusta todo lo que sentís, ¿estás ganando o estás perdiendo? Capaz a él le pasaba algo similar y te quería dar la chance...como puede que no y no te quiera hablar más para no ilusionarte.
Por eso creo que nunca hay que pensar en "¿qué hubiera pasado si...?" porque las cosas fueron así y tenés que bancártela de esta manera.


@Incredulas - 08/11/13

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