Perder la ilusión

Muchas veces, la única manera de ganar es perdiendo. Por ejemplo, si perdés peso, ¿no ganás más salud?. Si perdés un avión que después se estrelló, ¿no ganaste una oportunidad más en la vida?. Si perdés la inocencia, ¿no ganás madurez, experiencia y sabiduría?...
Pero si perdés el miedo, ¿qué pasa? La clave no está en creer que todo nos va a salir bien, que no hay que tenerle temor a nada. La clave está en perder el miedo a perder.
Siempre se necesita un poco de locura para poder ganar algo. Si perdés el control, te volvés loco y te soltás totalmente, estás ganando libertad.
Cuando más ganás, es cuando perdés la esperanza y la ilusión por algo que sabés que nunca va a llegar. Y no es rendirse, no. Es darte cuenta de que hay cosas que no son para vos. Y ahí es cuando empezás a vivir mejor: sin esperar nada.
A veces perder es la única manera de ganar. Perdamos la ilusión. La ilusión nos hace vivir en una nube de la cual es muy difícil bajar. Pero cuando lográs poner los pies sobre la tierra, ahí te das cuenta de cuál es la realidad...y seguramente te sorprenda lo incierta que es. No todo es color de rosa. Esta es la vida que te tocó vivir. Perdé el miedo a perder, dejá de vivir colgada de ilusiones, porque a veces es necesario pisar fuerte y decir "acá estoy yo".
No confundamos soñar con ilusionar. Ilusión es negar la realidad y soñar es querer cambiar una realidad, cosa más posible aún. La desilusión es otro claro ejemplo de cuando perder es ganar, porque te está diciendo "mirá, che, las cosas son así. Bancátela", y no te queda otra que sobrevivir con esa desilusión.
Una vez que podamos perder la ilusión, vamos a estar listos para enfrentar la realidad y ponernos a pensar qué hay que hacer para mejorarla. Cuando termina la ilusión, empieza la vida de verdad.

@Incredulas - 07/08/13