lunes, 19 de agosto de 2013

La historia de un amor

Estoy en una etapa de mi vida en donde no me puedo sentir más plena, pura y feliz. Me encuentro estabilizada en todo sentido: colegio, amigos, familia...y él.
Yo era un desastre, no me importaba nada, me comía a cualquiera, hacía la mía totalmente y nunca se me pasó por la cabeza querer jugármela por un pibe, no porque me hayan lastimado anteriormente sino porque es muy difícil lograr que me enganche de verdad y que me quiera poner las pilas. Sí estuve lo que yo creía enamorada, un amor "platónico" que tenía con un compañero del colegio, pero apenas me pude sacar las ganas, ya dejó de importarme.
Fue la etapa Bariloche, fiesta de egresados, en donde hacía la mía totalmente y no tenía que rendirle explicaciones a nadie. Eso era lo mejor de todo. Nadie me juzgaba, pocos se enteraban de las cosas que hacía, siempre la jugué de callada porque soy de las que piensan que "a escondidas es mucho mejor". 
Mi pensamiento era más básico: pensaba en mi ganado, me chamuyaba a un montón...¡Ojo! Siempre con cuidados y códigos, no solía meterme con amigos míos ni con pibes de mis amigas, o con chicos que se conocían entre sí. La hacía re bien, a mi manera, y nadie me decía nada porque yo no jodía a nadie, hacía mi vida y la pasaba muy bien...pero lo conocí.
Lo conocí y todo cambió. De entrada me caía muy mal, me hacía chistes que no me causaban gracia y hablábamos poco hasta que empecé a darme cuenta que su personalidad me caía muy bien y que tenía muchas cosas en común conmigo, pero las que no, sabíamos discutirlas y no nos molestaba conocer el punto de vista del otro.
Empezamos a tomar confianza, de a poquito nos hicimos amigos, cada vez nos empezamos a ver más seguido, a salir a bailar juntos, a involucrarnos más y más hasta que lo llegué a considerar mi mejor amigo.
Llegó un momento en donde prácticamente vivíamos juntos, nos veíamos todos los días a cualquier hora y hacíamos cosas súper divertidas: íbamos al cine, a caminar por el parque, venía a mi casa y mirábamos "Casados con hijos" y así con mil cosas más. Nunca se me cruzó por la cabeza tener nada con él porque jamás hubo ni siquiera el más mínimo palo por parte de ninguno de los dos. Cada uno tenía su historia, yo andaba en cualquiera y él se comía a una pibita pero con cero compromisos.
De a poco nos fuimos dando cuenta mutuamente que había algo especial en el otro. Yo lo veía y, me pasa hasta el día de hoy, que cuando lo miro siento que es mi ángel. ¿Por qué digo esto? Porque me hizo cambiar, porque le dimos una chance al amor, a estar juntos, a intentarlo más allá de los prejuicios y conociendo ambos el pasado del otro. Decidimos darnos la oportunidad de demostrarnos que si queremos, podemos, y que somos más fuertes que cualquier amor del pasado. 
Me dispuse a dejar todo por él, a todos los pibes que yo boludeaba y por qué no también me boludeaban a mí con sus chamuyos, dejé de lado los vicios que a él no le cabían y empecé a adoptar más sus cosas positivas porque ya las negativas las había tenido todas anteriormente, y él sólo me enseñaba cosas cada día que pasaba. 
Nunca me pidió resignar nada, siempre tenemos como prioridad a nuestra familia y amigos de verdad, pero ahora siento que el eje por el cual gira mi vida es él y su energía, él y su sonrisa, él y sus abrazos, él y sus besos, él y sus palabras. Pone una mano encima mío y ya siento que el mundo se desvanece, que sólo existimos él y yo y disfruto ese momento como si fuera el último.
Fue el que me rescató de todos mis mambos y mis caprichos, el único que en estos largos años de mi vida logró hacerme estabilizar y decidirme a querer sólo a uno y dejar de bardear. Fue el único que consiguió lo que varios intentaron con mucho esfuerzo: enamorarme. Y no lo hizo con intenciones: me enamoró por ser él mismo.
Ese chico que me sonríe cuando nos damos besos, que me dice las cosas más lindas del mundo, que lo extraño cuando ya pasan cinco minutos de no verlo y que me llena el alma cada vez que nos encontramos.
Creí que el amor no existía o que era sólo por un par de meses o años, pero esto ya es hace mucho tiempo y cada día lo quiero más y más y no me imagino un futuro sin él.
A veces le tenemos miedo al futuro porque no sabemos lo que nos puede deparar, pero no me interesa ningún tipo de vida lejana sin él al lado mío. Que sea bueno o malo, lo va a decidir el destino, lo importante es que caminemos juntos de la mano como hacemos hace un largo tiempo.
A todas en algún momento nos llega ese héroe que nos va a salvar de todo, que nos va a hacer sentar cabeza, que nos va a acompañar y proteger siempre y que nos va a aguantar en las buenas, pero sobre todo en las malas. Comprendan que esto no lo logra sólo un novio, puede ser un amigo y hasta la persona que menos te imagines, como yo, que fue totalmente inesperado pero llegó. Es el día de hoy que no sé qué tiene, pero mi corazón se paraliza cuando lo escucho, lo siento o lo veo.
Animate al amor, que es lo más lindo que te puede pasar.

@Incredulas - 19/08/13

4 comentarios:

  1. Wooow! Admito que cuando leía esto pensaba en una persona! GENIAS

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  2. buenísimo, me hace acordar a alguien!

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  3. que lindo? que una persona te haga olvidar todo, que te ayude a cambiar para bien, me paso con mi actual novio. muy lindo el post la verdad Son unas genias

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