Viene al caso la tentación humana, una de las causas que lleva al vicio. Cuando algo es muy difícil de lograr o el acceso a tal cosa está prohibido, mayor es la tentación. Por lo tanto, el vicio se convierte en obsesión y una cosa conlleva a la otra y así sucesivamente hasta que llega un punto en el que nos arrepentimos.
Sabio es el que sabe diferenciar entre la obsesión y el amor, y aún más sabio el que tiene la sinceridad de admitir cuando se equivoca.
Muchos se sostienen de la "milagrosa esperanza", la cual se tiende a valorar mientras uno no pierda el objetivo...Otros se manifiestan en silencio llegando a la "fácil rendición"...No hay opción buena ni mala, sólo son opciones que cada quien elige su propio énfasis en cada una.
Dando a entender que "amar" es un gran aumentativo de "querer" y no tiene nada que ver con "desear".
Ignoramos por completo la explicación del "por qué" a tal obsesión y nos dejamos llevar, pero ningún exceso es bueno y menos cuando el corazón está en juego...No se puede predecir ni adivinar, sólo estar enfocado a lo que de verdad sentimos y no estar atado a una ilógica obsesión.
@Incredulas - 27/06/13
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