Siempre es igual, siempre lo mismo: construir un mundo para que se derrumbe. Todo tiene un fin aunque uno no quiera. Yo nunca quiero, pero es así, la vida es difícil, un camino arduo por recorrer.
Vivir es el secreto, jamás lo encontré.
El tiempo sigue y a nosotros se nos va la vida; nuestra vida que es nada comparado a la existencia del universo, no somos nada y lo único que nos deja algo es marcar al tiempo, es la única forma de que vivamos eternamente, siempre y cuando queramos hacer alguna de estas cosas.
Hay veces que uno se resigna a vivir, y esa es la parte en la que decimos "basta", en la que despejamos dudas de la existencia: "¿para qué estoy?", "¿por qué yo?", "¿por qué a mí?". Y lo sé, no las respuestas, sino lo que es estar ahí, a punto de conocerlas, diciendo "basta", sabiendo que un movimiento puede dejar una marca en muchas personas.
En ese momento me di cuenta que era muy egoísta tratando de hacer esas cosas, pero era a todo o nada, hasta que apareció él en algún lado y me agarró del brazo, haciendo que hoy en día esté acá, mal, destruida, queriendo parar de vuelta, pero con él.
Él.
Él que es el único que sigue a mi lado desde el principio, y sé que él piensa lo mismo de mí y me levanta cuando estoy mal y lloramos juntos y vivimos juntos toda esta vida.
Es algo mágico para mí, algo sobresaliente en todas las cosas y sé que siempre va a estar conmigo pase lo que pase y sea lo que sea.
Tiene la fuerza y el poder de rescatar una sonrisa en mí, de mirarme a los ojos y decirme que todo va a pasar, de prometerme un mundo mejor.
Alguna vez me dijeron que la felicidad está en las cosas pequeñas de la vida, y tienen razón. Pero en estos tiempos de tristeza y bronca, encuentro la felicidad en lo más grande, hermoso y divino que tengo en la vida, y eso es él.
@Incredulas - 11/05/13
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