jueves, 1 de octubre de 2015

Barbie

Barbie...Qué daño que nos hizo como sociedad. Sí, esa muñeca de curvas perfectas, pelo rubio y lacio, ojos hermosamente celestes, boquita pintada, cintura, sin pelos en las piernas ni en el cavado...Buena ropa, lindos zapatos. Novia de un morocho de ojos verdes con abdomen perfecto, bíceps, tríceps, piernas, auto, elegantemente vestido, sin barba, bronceado. Vivían en una casa divina con todos los lujos, tenían hijitas rubias y angelicales. Esta Barbie era dueña de autos, locales, mascotas.
Crecí jugando con estas bellas muñecas. La Barbie doctora, Barbie veterinaria, Barbie playera, Barbie guardabosque, Barbie para todo lo que se te ocurra. Con los años, tuve que lamentar algunas bajas de las mismas por roturas de cuello, pelos abultados, manos heridas, piernas torcidas, pero en fin, crecí imaginando mi mundo como el mundo de Barbie, o sea que crecí pensando que la realidad tenía que ser como la vida de Barbie
Cuando era chiquita, tenía un leve parecido a Kelly, la hija de BarbieTenía pelo rubio con hermosas ondas naturales, cara angelical, ojos saltones de color verde, linda ropa, como casi todas a esa edad que somos una belleza, tengamos el rasgo que tengaoms...Llegás a los trece años de edad, empiezan a salirte granos por toda la cara, las tetas crecen con forma de cono, comienzan a salir pelos en lugares donde antes no tenías. Recuerdo como si fuera hoy la primera vez que me salió un pelito abajo de la axila. Mejor ni contar cuando me hice "señorita". 
A partir de los trece, tu vida empieza a irse a la mierda...Estás en pleno cambio hormonal, querés seguir jugando a las Barbies, a la mamá, pero a su vez empezás a enamorarte de cualquier chico que cruza por la calle. Querés seguir con las sábanas de Barbie en tu cama, pero tus amigas no deben saber que seguís durmiendo con ellas.
Así, Barbie fue engañando a miles de niñas inocentes que crecimos con ellas, admirando sus cabellos, sus cinturas, sus bustos. Ahora mi pregunta es: ¿por qué no sacaron muñecas más reales?.
Por ejemplo:
- No te pierdas la nueva Barbie¡a la que le vino y le duelen los ovarios!.
- Nueva Barbie "se zarpó con el pan dulce y engordó diez kilos".
- Barbie con granos
- Barbie que incluye más cráteres de celulitis en el culo y estrías que la luna. Encontrala ya en todas las jugueterías.
- Barbie también tiene pelos en las gambas...¡y en el cavado! Sorprendete con esta nueva muñeca.
- Barbie también salió con un pelotudo carilindo que se creía mil y era un muñeco de torta.
- A Barbie la cagó Ken...¡y ahora viene con cuernos y mucho rencor!.
- ¡Barbie un viernes a la noche no sabe qué ponerse!.
- Barbie odia a su suegra.
- ¡Llegó la nueva Barbie con caries!.
Pero esto no pasó, ¡claramente nos engañaron! Los de Mattel crearon muñecas perfectas para un mundo completamente imperfecto. Inventaron muñecas irreales para mujeres reales...Nos cagaron la vida desde pendejas, nos vendieron el prototipo de mujer perfecta, profesional, lindo marido, hijos adorables, casa perfectamente decorada, autos de lujo...Ken era el novio perfecto, trabajador, deportista, compañero, buen padre, prolijo, bien vestido y fiel a Barbie.
En el mundo real, la mujer es histérica, bipolar, se constipa, se le caen las tetas, el culo, se indisponen todos los meses, y cuando no lo hacen tiene hijos, dan de amamantar, poseen celulitis, estrías, le salen canas, pelos, se arrugan, les crecen rollos, papadas, tienen ojeras, se vuelven menopáusicas, se emocionan, se alteran.
Los hombres "Ken" tampoco existen. Suelen ponerse viejos, barbudos, canosos, suelen tener panza, ser mujeriegos, histéricos, egoístas, mentirosos, tiernos solamente cuando están solos.
En el mundo Barbie no existía la Barbie lesbiana, ni existían los Ken gays...¡No existían los Ken transexuales! No existía el Ken que fuma porro cada tanto para divertirse con amigos ni Barbie mirando la última conexión de WhatsApp de ese mismo Ken. Nos escondieron la realidad, nos vendían el mundo de princesas...
Claramente, una vez obtenida la muñeca, el juego se volvía personalizado.
Con seis años, edad en la que empecé realmente a jugar con estas muñecas, no podía mi mente imaginar otro mundo que no sea el que me vendía Mattel en cada publicidad, donde veías a Barbie en la playa, bronceada, con sus melenas al viento, su auto increíble y su novio windsurfista. O a Barbie en su casa, con sus hijos, mirando tele, mientras consumía ricos licuados frutales con sus amigas.
Y yo, como una idiota, me vinculé con windsurfistas, con músicos, con médicos, con hippies, con deportistas olímpicos, con hombres que no sabían qué carajo eran y, sin embargo, ese mundo Barbie no existió nunca.
A los dieciocho no me crecieron las tetas de Barbie, la cintura de Barbie tampoco la tengo, de hecho no sé si tengo cintura. ¡Todo es culpa de Barbie! O quizás de mí, o incluso de mis padres o de todos los que me regalaron esa maldita muñeca. Al fin y al cabo, la Barbie era solamente una muñeca rubia tarada, aburrida y bronceada. Y yo soy real. Y con mis kilitos de más, mis dolores de ovarios, mis pelos con frizz y mi falta de tetas, ¡soy feliz!.


@Incredulas - 01/10/15

1 comentario:

  1. Me encanto este post, tanta verdad junta me hizo dar cuenta que siempre esperamos ser algo que no existe y que la cruda realidad en la que vivimos no se asemeja a la fantasía con la que crecimos!

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