lunes, 13 de julio de 2015

Contemplándote

Tu andar despreocupado me invita indefectiblemente, sin quererlo, a admirar, con una sonrisa de oreja a oreja, cada acción que lo acompaña, que te vuelven una persona tan única, tan irrepetible e inigualable...Por lo menos para mí. Cada vez que tengo la oportunidad de contemplarte o escuchar salir de tu boca palabras que, dichas de otra forma o por otra persona no tendrían tal impacto en mí, lo hago con total admiración y agradecimiento, no sé si a la vida, o a quién sea que hizo que pueda tenerte cerca mío.
Tenés un brillo y una luz especial que te distinguen de la multitud que te rodea, tenés ese no-sé-qué que me genera algo muy difícil de poner en palabras. Palabras que, además, pueden ser fácilmente malinterpretadas, y no es la intención. Y creo que lo que te destaca aún más es que esto lo sabés, pero intentás, modestamente, no enfatizarlo de manera clara, siempre fiel a tus principios. Y lo más genial de eso es que lo lográs, pero sin perder esa espontaneidad que te caracteriza.
Y no es que la vida no te haya palizeado, pero enfrentás como nadie cada palo que ella te da, vivís a pleno cada momento y te agradezco por transmitirme tus ganas de vivir igual. Hoy, con una mano en el corazón, te puedo decir que sin vos no soy, aunque pueda sonar exagerado. Día a día me esfuerzo por acercarme un poco más a todo eso que generás adentro mío, por poner en práctica tus enseñanzas. Y, creeme, a veces no es tan fácil, pero siempre estás ahí, aunque no necesariamente estando presente, empujándome a seguir. Lográs que te lleve conmigo en cada paso, sin la necesidad de tenerte al lado.
Mal que te pese, tu espíritu te lleva a estar siempre un paso más adelante, y llevás esa tarea de manera inmejorable, contradictoriamente, mejorando día a día.
Si supieras cuánta luz que derrochás y cuánta paz me transmitís. Y, por favor, que no venga nadie a querer enseñarme conceptos trillados de la libertad, si ellos no pueden, como yo, admirar cómo volás en cada paso que das. Tu mirada me reviste de energía, y con sólo gestos o palabras me curás con tu locura y me rescatás de mis mambos, enseñándome a vivir a pleno la vida y no mis conceptos de ella. Con vos voy aprendiendo a usar mi cabeza como herramienta y no como un arma letal. a desconectar cada tanto y a disfrutar mucho más. A sentir, y nada más.
Gracias por ser una de las pocas -por no decir única- personas que me ve pero de verdad, más allá de lo que se dice o se ve. Por verme, pero no superficial. Por ver mi alma y dejarme mostrarla olvidando mis miedos, por dejarme sentir cerca la tuya.
Hoy puedo sentarme a admirar las cosas más simples y bellas de la vida y sonreír agradecida, y creeme que no miento cuando digo que tu enseñanza es causa y efecto de aquello. Al final del camino, son las pequeñas cosas las que quedan y valen, y doy fe de que este saber no hubiera sido del todo posible ni tendría el mismo valor de no haber sido por vos, y tu simpleza haciendo grande y puro hasta lo más mínimo que nos rodea.


@Incredulas - 13/07/15

1 comentario:

  1. Son unas genias las amooooo, me encanto! Sigan escribiendo así chicas

    ResponderEliminar