jueves, 2 de abril de 2015

Fantasmitas

El otro día salimos a la noche como siempre, como hacemos cada fin de semana desde que estamos de novios. Esta vez fuimos solos, sin ningún amigo. La pasamos re bien como siempre, como es costumbre. Risas, enojos repentinos para que el otro consuele a los besos, charlas sobre la vida y sobre el mundo que nos rodea. También hablamos del futuro, aunque solamos vivir más el día a día de la relación para disfrutarla más de esta manera.
Llegamos a mi casa a la madrugada y pedí un remis para que él pueda ir a dormir a la suya ya que yo al otro día madrugaba. Mágicamente me puse a llorar. Él no entendía qué me pasaba, ni por qué me descargaba así de la nada. "¿Estás bien?", "Amor, ¿qué pasa?" y yo sin saber qué carajo contestar. Lo miré fijo, puse mis manos entre sus cachetes y apoyé mi frente en la de él. "Tengo miedo de que no me ames más", le respondí.
Recibí muchísimos reclamos de su parte por ser una desconfiada, retándome por pensar cualquier cosa, y permitir que esos fantasmitas que dan vuelta por mi cabeza terminen ganando en la pelea interna que siempre tengo con ellos. Lo peor es que no es que desconfío en su fidelidad o confianza, sino que tengo miedo a lo que va a pasar en nuestra relación, en si realmente vamos a seguir juntos para toda la vida.
Luego de todo esto, me miró a los ojos una vez más, me agarró del mentón con la mano y levantó mi cara a la altura de su mirada. Y ahí fue cuando me dijo las cosas más lindas del mundo, que ningún otro hombre me había dicho...Todo lo decía mirándome fijo. Nunca me sentí tan hermosa, débil y amada a la vez. Genera cosas en mí que no sabía que existían en mi interior
Pensar que fui tan mentirosa, mala amiga, embrollera, buitre, quilombera...Él me cambió la vida. No te jodo, me hizo una persona nueva.
Ya no miento. Aprendí a tener códigos. No me meto en problemas. No engaño a nadie ni tengo necesidad de hacerlo. 
Era una máquina de hacer cagadas yo. Intenté cambiar mil veces y no podía. De hecho, siempre fui de esas que creen que las personas nunca cambian y por eso no existen las segundas oportunidades. Pero yo sí cambié, yo sí creo que es posible hacerlo, y sólo fue gracias a él que fue el único que me encaminó y me tuvo paciencia. Me escuchó cuando nadie más lo hizo, y conoce los secretos más profundos de mi persona, cosas que ni mi mamá conoce.
Entonces, sabiendo todo esto, ¿qué me genera tanto miedo? "Es tan perfecto que asusta", puede ser. Y no entiendo por qué este pibe que vale oro está conmigo.
No, no te jodo. Es el hombre ideal. El novio soñado. La compañía perfecta. No hay otro como él, y no entiendo por qué me ama a mí, por qué me eligió a mí, por qué se enamoró de mi forma de ser tanto física como espiritualmente, por qué luchó para resaltar mis virtudes, por qué me ama tanto.
Me mira y me dice: "sos la mujer de mi vida" todos los días, y yo me debilito, es como que me siento re frágil cuando me dice esas cosas.
Nunca voy a ser ni la mitad de lo que es él, y me duele tener un pasado que a él tanto lo hirió, yo desconociendo de sus sentimientos. Me duele no haberme dado cuenta antes de lo que significaba para mí, habiendo sido amigos tantos años...
No sé qué me hizo. Me hechizó, me parece. Y me da terror perder esto, que se canse de mí, que se aburra, que quiera aprovechar su edad para estar soltero, que pase una mujer por adelante suyo y lo enamore más que yo de la nada, que se pudra de mis mambos sin motivo.
Pero ahora me di cuenta que sólo tengo que disfrutarlo, que nos quedan ochenta años más por vivir juntos hasta que nos vayamos al cielo y sigamos riéndonos y amándonos allá arriba.
Los miedos siempre están, y son justamente los que no nos dejan crecer, por eso no voy a permitir que esos fantasmitas interfieran más en mi vida, que una vez que llegué a la paz y calma que tanto esperé durante muchos años, la tengo que aprovechar.


@Incredulas - 02/04/15

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