martes, 14 de abril de 2015

Tips superativos

Si creés que no podés dar un paso tranquila porque el suelo se te resquebraja y vas a terminar en las entrañas de la tierra, donde tantas veces pediste ser tragada porque no sabías donde meterte, o si te cuesta respirar porque el aire está lleno de espinas de un pasado tormentoso, o si sentís el corazón estrujado como trapo de piso, o si te arrebataron los sueños, los planes, los proyectos, o también si creés que no podés estar peor...Yo te digo que se puede salir de eso sin magia ni milagros. La clave es seguir al pie del cañón estos tips superativos:
- Llorá hasta el hartazgo, hasta que no te quede una lágrima en ningún rincón del cuerpo, hasta que te sientas deshidratada por completo, así tengas que llorar durante horas, días, semanas. Llorá sin vergüenza, sin culpa, sin temor a que te vean los demás. Llorá en cualquier lado (en el colectivo, caminando por la calle, en el supermercado, en la cola del banco, en la ducha). Llorá y dejá que las lágrimas te limpien la bronca y apaguen el incendio que te quema por dentro. Llorar es la mejor manera de descargar tensiones.
- No hagas más silencio. Lo peor que hay es encerrarse y guardar secretos. No tapes tus sentimientos, no los cubras. Contale lo que te pasa a tus amigos, a tu familia, a tus compañeros de trabajo, a los de la facu, a tu vecina. Contá tu historia, tu dolor, desahogate. Contalo muchas veces, hasta que puedas hacerlo sin llorar.
- Dejá que te cuiden. No sos todopoderosa ni tenés superpoderes. Vos sos de carne y hueso, y necesitás que te apoyen, te mimen y te cuiden.  Nunca niegues un abrazo consolador o unas críticas constructivas para ayudarte a salir adelante. No te resistas, no trates de pasar la tormenta sola. La gente que te quiere será tu muleta, tu soporte, tu principal contención. Ellos te darán fuerzas para que te repongas, abrazos para consolarte y palabras de aliento para acariciarte el alma.
- No te encierres por más que no tengas ganas. Salí de cualquier forma aunque llueva, nieve o truene. Andá al cine, al teatro, a un shopping. Tomá unas cervezas en un parque con amigos. Salí a bailar, a cenar, a una plaza a tomar mate.
- Disfrutá cada momento. Concentrate en lo que estás viviendo ahora, no en lo que pasó antes. No dejes que la tristeza te clausure todos tus momentos. Sentí el sol en la cara, la llovizna, el viento. Reíte si te caés en la calle. Corré si se te está por ir el bondi y reíte si aceleró antes de que llegues a la parada.
- Escuchá música alegre bien fuerte, ni se te ocurra caer en canciones románticas, lentas y melancólicas. Chau Arjona o Luis Fonsi. Optá por bandas que te ayuden a despejarte, que relajen tu mente y te llenen de ganas de cantar como si estuvieras en un recital.
- No te abandones. Duchate todos los días, depilate aunque ya no sea verano ni vayas a tener sexo, ponete el perfume más rico que tengas, maquillate cuando estés ojerosa. No dejes tus actividades preferidas (clases de danza, gimnasio, pilates, telas, deporte, ¡lo que sea que te haga bien!).
- Mimate mucho a vos misma. Regalate algo que te guste (un chocolate, algo de ropa, un libro, un perfume). Vos te lo merecés.
- Escribí. Asentá todas tus emociones, tus vivencias. Empezá un diario íntimo, un blog, lo que te guste. Empezá de a poco, vas a ver que a medida que tus sentimientos se plasman, el corazón se te alivia y la carga se hace más fácil de llevar, y a la vez cada momento lo vas a describir mejor, encontrando palabras nuevas.
- Hacé terapia. No minimices la ayuda que un profesional puede darte. No es lo mismo que hablar con amigos o familiares. Confiá en tu terapeuta y sele totalmente sincera, confesale hasta tus pensamientos y emociones más oscuros o reprimidos.
- Hacete tiempo para estar con vos misma, sola, sin nadie alrededor que te hable. Mirá hacia adentro y descubrite.
- No hagas nada que te traiga recuerdos. Guardá lejos fotos, adornos y todo lo que a tu alrededor te cause dolor. No vayas a lugares cargados de memorias. Probá nuevos bares, nuevos cines, nuevos caminos y calles.
- No te apures. Date tiempo para vos porque ninguna herida sana rápido. No te fuerces a perdonar o condenar. Todo lleva tiempo y es mejor tomar decisiones en frío, pensando con la mente fresca y limpia. En caliente podés elegir opciones que te condenan para el resto de tu vida.
- Conseguí una mascota si no tenés. Conectarte con un animal te va a dar muchísima paz, te va a distraer y llenarte de sentimientos puros e impolutos, aunque ese ser ni siquiera te hable.
- Siempre tené en claro quién sos, qué valores tenés y qué calidad de persona querés seguir siendo. No permitas que el dolor te deforme y te convierta en alguien resentido y amargado. Preservá tu identidad y tu forma de ser.
Esta receta no es mágica. Es una recopilación de los consejos que me llovieron durante este trance tan difícil y todos los que van a venir, en los cuales ya voy a estar un poquito más preparada. Son palabras de aliento y consuelo que me dio la gente que me quiere y me cuida. No es fácil, pero de a poco las voy siguiendo y poniendo en práctica. Y es verdad, de a poco siento que voy sanando.


@Incredulas - 14/04/15

2 comentarios:

  1. Yo no puedo dejar de llorarlo todas las noches, siento que el dolor no cesa!! Es horrible estar asi :'(

    ResponderEliminar
  2. no se dan una idea de lo reconfortante q son estas palabras! no es facil pero voy a tratar de ponerlas en práctica para sentirme mejor conmigo misma,gracias eternas a quien/quienes hayan escrito este post! ❤❤��

    ResponderEliminar