Sé que la vida me fue dando unos cuantos golpes, pero también sé que yo sola me fui cayendo y me ensañé en creer que era algo que no podía manejar, me enrosqué en otras tuercas hasta encerrarme en mí y perder las razones, hasta no encontrarle más sentido a nada. Me fui dejando caer, morir, me fui apagando en mi dolor y no pude encontrar la firmeza, ni siquiera una razón para seguir...Hasta que mi cabeza me hizo un click. Y bendito sea el momento en que la cabeza me hizo un click.
Vivir en los recuerdos por más felices que sean es lo que te va apagando, matando. Porque el recuerdo pasó y por más aferramiento a él, no vuelve, nunca. Y mejor que sea así, porque sino en un segundo la vida se iría, sin vivirla, sin darme cuenta. El tiempo que pasó me fue haciendo lo que soy, pero sin soltarlo no se puede avanzar.
Ya no espero que la historia se repita, aunque sé que el camino es un ida y vuelta, y no reniego de eso. Hoy puedo sentir que me estoy apagando pero hay una luz que nunca se va a perder y mañana, tal vez, se vuelva a encender. No me hundo en el dolor, encuentro y busco mis razones, y voy armando nuevas jugadas que me ayuden a ganar. Porque si hay algo que aprendí, algo en lo que creo, que escuché alguna vez, es que 'es mejor vivir una pequeña muerte, que morir cien vidas sin haberlas probado'.
Porque prefiero sentir mal, a no sentir nada. Porque la nada es vacío, porque no sentir es morir. Y porque no creo que exista algo peor que morir en vida. Por eso prefiero caer y que la caída me duela, prefiero sentir que me mata el dolor, porque sintiendo es la única forma de revertirlo, porque eso significa que estoy viva. Y la caída me da la elección de morir o vivir, pero de elegir al fin; descartar, sentir, dudar, avanzar. Y eso, más que nada, es sentirme viva.
@Incredulas - 03/08/15
INCREIBLE POST, GENIAS!!!!!
ResponderEliminarMuy muy bueno, me encanta lo que escriben
ResponderEliminar