lunes, 23 de septiembre de 2013

Remordimiento

Cada vez que se nos viene a la mente o nos preguntan qué haríamos el último día de nuestra vida, solemos responder: "le diría todo lo que siento al amor de mi vida"; es la respuesta más fácil y rápida que se nos viene a la mente, pero yo si me pongo a pensar, creo que aprovecharía ese día para pedir perdón. Le pediría perdón a aquel amigo al que le fallé. Le pediría perdón a mi vieja por las veces que le mentí. Le pediría perdón a mis hermanos por las veces que les hablé mal. Le pediría perdón a mis abuelos por mis caprichos.
Necesitamos descargar la mochila antes de morir, para tener una vida eterna, en paz, sin culpa.
Vivir y morir con remordimiento es lo peor que te puede pasar, no sirve de nada estar así, llena de rencores y conflictos sin arreglar. 
Se puede vivir con remordimientos, dejarlos olvidados y enterrados en lo más profundo de la memoria y el corazón, pero en algún momento van a volver reclamando solución.
El remordimiento genera que cuando ya no estés, te recuerden mal...y eso es mucho peor que el olvido.
El remordimiento es como una puesta de sol en donde, cuando ocurre, te das cuenta que desaprovechaste varias oportunidades y que ese día no lo vas a poder repetir de nuevo.
¿Y te digo una cosa? El peor remordimiento no es ese por el cual hiciste algo malo, sino el remordimiento por lo que no hicimos.
Aprovechá que estás viva para sanar todas estas heridas abiertas, para librarte de la culpa y el remordimiento, que a la larga no te van a dejar ni vivir ni morir en paz.


@Incredulas - 23/09/13

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