Sin embargo, hoy me siento un poco así...Y no llueve, pero el cielo amenaza, cubierto totalmente por nubes. Quizás es eso lo que me está matando un poco: la incertidumbre, el no entender, el no saber, ver cómo se me va derrumbando una parte del alma hace tanto, y ya a esta altura ni siquiera querer detenerla, sentir cómo todo se va volviendo un círculo vicioso del que cada vez se me hace más difícil salir, ver cómo, tarde o temprano, vuelvo a caer en él y no sé por qué, y eso es lo que de a poco va transformando todo en cenizas. No lo dejo, lo evito, lo esquivo, me planto frente a frente, lo careteo, pero de alguna forma siempre me quiere noquear. Y le doy pelea, no me rindo tan fácil, pero a veces llega un momento que cansa pelear, que de tanto ir para adelante te terminás chocando contra una pared.
Duele más la incertidumbre que el dolor mismo, porque a esa incertidumbre no le puedo poner nombre, me deja en la nada, vacía, no tengo a qué aferrarme para seguir o, al menos, estallar. Me molesta este clima porque se acopla perfectamente a lo que me pasa, porque está nublado y no sé si se va a largar una tormenta o en un rato va a salir el sol, o peor, va a ser una llovizna que ni siquiera sirva de excusa.
No sé si quiero que llueva para tener una excusa para estar triste, o estar triste y tener la lluvia como excusa.
Exteriormente todo parece estar bien: disfruto, me río, soy feliz y me siento así, no es una careta. No importa si llueve o si hay sol, porque siempre parece estar brillando, pero en el interior la sensación es totalmente contraria, siempre hay alguna amenaza de tormenta.
No sé si afuera llueve o va a llover, pero adentro la tormenta es cada vez más fuerte.
De a poco me va queriendo matar. Igual, siempre me ayuda a revivir.
@Incredulas - 21/12/15
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