lunes, 9 de noviembre de 2015

Sobre los miedos

Anoche no podía dormir, mi insomnio me vino a visitar una vez más. Pensé tanto que me detuve en los miedos.
Todos tenemos miedos.
Miedo es despertar un día y no sentir la presencia física de mis padres. Me aterra saber que la vida en algún momento los va a alejar de mí.
Miedo a no progresar, a no poder ser eso que la sociedad necesita que sea.
Miedo a que mi cuerpo enferme, a no despertar jamás.
Miedo al paso del tiempo, a la decadencia física o psicológica.
Miedo a la aceptación de los demás, pero sobre todo a la de uno mismo. No quisiera mirarme al espejo y ver un reflejo de algo que no soy, debe ser tan triste.
Miedo a dar amor y salir lastimado en el intento.
Fue en medio de todos esos pensamientos cuando me pregunté cuál era la gracia de tener tantos miedos. El miedo más grande de todo ser humano es dejar de vivir, creía yo.
Hoy desperté una vez más en un cuerpo sano, con la mirada de mis padres encima. Tuve la dicha de caminar, sentir la brisa tenue de la mañana...¡Soy dueña de un cuerpo sano! Tengo la suerte de trabajar en algo que me apasiona. El paso del tiempo sólo me llenó de experiencias. Me miré al espejo y vi el reflejo más lindo que podía ver de mi misma, el más honesto. Me vi, me acepté y salí sonriente una vez más a la vida. Me abrí, sin darme cuenta, al amor y se siente increíble. Tengo la aceptación de mis amigos, que con mis virtudes y mis defectos siguen ahí...¿Qué más puedo pedir?
Y ahí es cuando me di cuenta que, en realidad, el miedo más grande que puede existir en una persona es el miedo a vivir, a disfrutar el día a día. Las tristezas, los desafíos y las derrotas sólo son un aprendizaje más.


@Incredulas - 09/11/15

No hay comentarios:

Publicar un comentario