jueves, 5 de noviembre de 2015

Sin ataduras

Se encontraba ordenando su habitación cuando recibió un mensaje de él. "Estoy a unas cuadras de tu casa...Si estás, paso", decía el mismo. Así, de la nada. Un mensaje que la descolocó totalmente, la paralizó. El mismo impulso le dio el pie para contestarle: "Eu, ¡hola! Sí, estoy, pasá si querés". Después de enviarlo, se quedó pensando si lo que hizo estuvo bien o mal, pero como ya lo había hecho, se limitó sólo a esperar que llegue.
Ellos habían sido novios durante mucho tiempo, pero ya hacía rato que no estaban más, ni siquiera se hablaban, ¡nada! Si se cruzaban, se saludaban solamente con un "hola, ¿todo bien?" que es más por formalidad que otra cosa...Hasta hoy, donde él se acordó de ella y decidió pasar a visitarla.

Llegó y se saludaron normal, como dos personas que no se ven hace rato, pero no como si se extrañaran, simplemente como dos conocidos que se cruzan de nuevo. Ella lo invitó a pasar, preparó el mate y al principio fue un poco incómodo. No sabían de que hablar porque no sabían que había hecho el otro durante este tiempo, así que hablaron de cosas obvias: la facultad, sus familias, etcétera.
A medida que iba pasando el tiempo, entraban más en confianza y cada vez estaban más cerca. Hablaron de por qué habían dejado de hablarse y los dos se pidieron perdón por no haber tomado la iniciativa antes para volver a verse. No recordaban lo bien que la pasaban y lo mucho que se divertían juntos.
Sin darse cuenta y casi sin pensarlo, ya se encontraban besándose en el sillón, los dos disfrutando al máximo y arrepintiéndose de no volverse a ver antes. Como era de esperar, eso terminó en sexo...Pero un sexo diferente, un sexo apasionado, pero lindo. Cada mirada y cada beso decía "te extraño", pero ninguno de los dos lo largaba.
Siempre habían sido así ellos: se entendían con hechos. No eran de expresar sus sentimientos con palabras...Cuando sentían algo lo demostraban con hechos, con abrazos, con miradas.
Luego de todo esto, se hizo un silencio incómodo mientras se vestían, silencio que rompió él con un:

- Me había olvidado que la pasaba tan bien con vos.
No lo pensó, sólo le salió, como si lo hubiera vomitado, tan sólo fluyeron sus palabras de la boca. Ella se quedó muda durante veinte segundos aproximadamente y le contestó:
- Yo también, veo que no perdimos nuestra conexión. 
Ninguno de los dos dijo más nada, no saben si por timidez, si por respeto, si porque no daba, o porque sí, pero la verdad era que en sus cabezas pensaban todo lo que le dirían al otro y se morían de ganas de largarlo.
Se terminaron de vestir. A él se le hacia tarde. La despidió con un beso y se fue.
Pasaron meses de ese encuentro. Él sigue en la suya y ella también. No hablaron más, no se vieron más. Se cruzaron una que otra vez pero siempre igual, saludándose formal.
Los dos saben que se quieren, los dos saben que la pasan bien con el otro y sobre todo los dos desean volver a encontrarse y sentirse cerca siempre. Pero obvio, sin ataduras...



@Incredulas - 05/11/15

1 comentario:

  1. Es increíble que escriban cosas tan ciertas. Es realmente lo que me pasa con mi ex. Lo único distinto es que nosotros cuando nos cruzamos, ni nos saludamos. Pero cuando nos vemos, tenemos esa conexion intacta. Las amooooo❤

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