martes, 30 de diciembre de 2014

Mil problemas, una solución

En algún momento pasado de mi vida, fui una persona bardera. No bardera por las drogas y el alcohol, o por estar con muchos hombres y ni saber el nombre. Era bardera porque me encantaba meterme en quilombos. No había nada más divertido para mí que vivir con adrenalina, con ese miedo interno a que de golpe explote todo y las cosas me estallen en la cara. No sé por qué, pero me atraía. 
"La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo"...Esa frase la llevaba pegada en mí como un estandarte, como algo que vociferaba a los cuatro vientos lo mucho que me gustaba meterme en quilombos, muchas veces sin sentido, e incluso sin motivo. Por este tema, siempre me ligaron con ser una persona embrollera o falsa, pero la realidad es que me pasaba todo lo contrario. Siempre fui de frente con todo y sin miedo a lo que piensen los demás, por eso más de una vez me estrolé la cabeza contra la pared. Mis sincericidios eran fatales, y lo siguen siendo. Dicen que si sos honesto, la gente se te enamora, pero la verdad es que te empiezan a ver como una forra simplemente por el hecho de dar tu opinión sin filtros. Si les decís que algo te gusta, sos una careta. Si les decís que esa misma cosa no te gustó, entonces sos una garca...¿En qué quedamos, gente? Este tema fue el karma de toda mi adolescencia, pero no por eso iba a cambiar mi forma de ser, porque de última, al que le gusta bien, y al que no, ¡buena vida!.
¡Cómo me divertía levantarme a la mañana pensando en los problemas que tenía que solucionar! Creo que ya lo tenía como un hobbie. "Que este me dijo que vos le dijiste que ayer te dijeron que yo dije algo que no es cierto"...y así todos los días, todo el tiempo, a cada rato. 
Me encantaba discutir y pelearme con la gente, primero para ignorarlas y después para que, con el paso del tiempo, se den cuenta que yo tenía razón, porque obvio que yo discutía con la gente cuando sabía que tenía razón, sino ni me gastaba. A veces me sigue pasando y hay problemas de hace años atrás que siguen a la expectativa de darse vuelta para que comprueben que yo estaba en lo cierto.
Siempre fui de frente, de no callarme las cosas porque no puedo, y además mis impulsos siempre me llevaron a actuar de la manera que mi corazón lo indica, sin escuchar a la cabeza...¡Más de un problema me habría ahorrado si escuchaba lo que el cerebro tenía para decirme! Pero no, la testaruda obvio que tenía que dejarse llevar por las corazonadas.
De todas formas, y a pesar de haber sido una fanática del conflicto, todas esas peleas con la gente de mi entorno (dejando de lado a familia y amigos) me sirvieron para darme cuenta de cómo son los demás, porque de mí no dudo nunca. Sé cómo soy, cómo pienso y cómo veo la vida. Si me hubieran importado los comentarios ajenos, nunca hubiera podido ser feliz, y sin embargo, acá estoy.
Al ser una persona tan especial y con un carácter tan rebuscado, la gente que te quiere lo hace de verdad. A mí se me ama o se me odia, no hay término medio. Y por eso también le doy a mi gente la tranquilidad de que conmigo pueden irse a dormir en paz, sabiendo que cuentan con una persona llena de códigos y de cariño para dar. Porque seré dura, fría, a veces me confunden con ser soberbia, pero cuando quiero, quiero. Y quiero con todo el corazón. Y aprendí mi lección: los problemas sólo sirven para hacerte perder el tiempo. Y descubrí en mil problemas, una solución: el amor.


@Incredulas - 30/12/14

3 comentarios:

  1. Me encantó!!!!!!! Amo como sos Co, no cambies nunca esa esencia tan única que te diferencia del resto <3

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  2. Parece mi autobiografia!! Me defino como espontanea y directa, por lo que siempre me meto en problemas con gente que me trata de "forra" o coaas peores. En mi opinion, no hay nada peor que guardarse las cosas, porque despues vienen las mentiras, los malentendidos, los gritos. Y mi lema es Prefiero arrepentirme de algo que hice que de no haberlo hecho cuando pude. Supongo que la vida y el tiempo me iran enseñando lo demas.

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  3. Soy igual y es un problema a veces y otras no. En fin nadie es perfecto. Alguien nos querrá. Y sino cambiaremos por algo, por alguien o seguiremos así, con quienes nos acepten.

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