La sombra

Muchas veces me intento convencer de que todo lo que pienso está equivocado. Muchas veces quiero lograr creer en mí misma para dejar de ser una don nadie. Pero no puedo, me cuesta. Para quien esté leyendo, le cuento que no hay nada más feo que ser la sombra. 
"¿La sombra de quién?", te preguntarás...Yo soy la sombra, la maldita sombra de mis amigas. Soy la fea del grupo, la que aparte de no ser agraciada físicamente, tampoco es simpática y buena onda por temor al ridículo y, por qué no, al rechazo. Soy conocida como "la amiga de la que está re buena". Si se acercan a hablarme, es para saber cosas de mis amigas que son unas diosas...y yo soy una piltrafa humana.
No compito con ellas ni las odio...Mucho menos envidiarlas. Lo que siento va más allá de eso. Creo que la culpa la tengo yo misma por no considerarme de suficiente valor sentimental y físico para ponerme a la par de ellas. Les juro que lo intento, pero me cuesta tanto no sentir esos miedos e inseguridades que me ponen a la defensiva y me hacen odiarme cada segundo un poco más.
Quiero dejar de ser la sombra de mi grupo de amigas. Pero no pretendo otra cara ni otro cuerpo, yo quiero que alguien me respete por cómo soy, con mis defectos y virtudes, con mis cosas buenas y malas, con mis caprichos y mi ternura.
Mis amigas, sabiendo que son hermosas, nunca me dejan de lado ni hacen diferencias en mí. No son superficiales ni malas personas, sino no las hubiera elegido ni las seguiría teniendo al lado mío en cada paso que doy. Sé que ellas me van a entender cuando les explique lo que siento y que también yo misma me tengo que escuchar lo que pienso para poder solucionar los temores que tengo dentro mío.
La clave para solucionar lo que siento es no creerme menos que nadie, es sonreírle más a la vida y al mundo, es saber que soy hermosa a mi manera y que me tengo que aceptar así...Pero ser la sombra de alguien de nuevo, ¡nunca más!

@Incredulas - 11/10/14