lunes, 14 de marzo de 2016

Sobre cómo curar las heridas del alma

"Si creo que todo puede cambiar, ¿cómo no voy a esperar?". Yo sé que "la riqueza de este viaje es el cambio a esta realidad", que a veces los golpes duelen, pero vale la pena dar pelea, no callarme lo que pienso porque todo puede cambiar cuando se cree y se sostiene un ideal, el camino es mucho más claro, más allá de cualquier obstáculo que se interponga.
"Hoy te señalan con el dedo. El dolor nos hace ciegos...Hay que saber entenderlos"...Cuesta, pero sí. Yo también quise patear todo esto alguna vez, pero cuando el odio parece ser la única salida, hay un momento de claridad que hay que saber encontrar. "Yo también perdí, sé lo que se lleva adentro".
Ya sabemos que las heridas no se curan, que por más curitas, parches o intentos de arreglarlas siguen las marcas...Pero dicen que el tiempo cura todo...¿cómo se hace para creerlo cuando el dolor es tan fuerte? Tampoco podemos sentarnos a esperar porque dolería más. Entonces mirá al cielo, reencontrate con vos mismo y volvé a confiar en tu suerte, a apostar...Si total hay tantas salidas como infiernos por tomar, vos vas a saber cuál elegir cuando encuentres nuevamente tu paz, cuando entiendas que de nada sirve revolver los restos del pasado en busca de respuestas, porque no las hay. Sólo en un futuro pueden aparecer, cuando olvides el rencor, que no hace más que estancarte y castigarte en las penas más duras y absurdas. No es la solución.
Y si sentís que el tiempo no pasa, es el momento de volver a caminar, de seguir por esa estrella que está brillando para darte la luz que necesitás, esa que te pide que no te rindas. Sólo entre risas podemos renacer, volver a soñar y defender a capa y espada una idea, por ese camino que creemos que nos va a llevar a la felicidad, aunque no es así. Porque la felicidad la encontramos en el camino que pensamos que nos lleva hasta ella, en todo lo que hacemos por encontrarla. Entonces si pensás que va a llegar sola, cambiá las fichas, buscá un camino nuevo. Siempre hay algo escondido que no podemos ver.
Y las heridas van a seguir en forma de cicatrices, pero resurgiendo nacen nuevos deseos que nos hacen olvidarlas, y se transforman en sueños, que hay que convertir en hechos. Y seguir, siempre seguir. En este mundo donde abunda la injusticia, hoy podemos sentir que la vida es un poquito más justa. Todos los días podemos conocer nuevas formas de felicidad. Hay tantas cosas por explorar que a veces el tiempo parece no alcanzar, y por eso hay que moverse, no estancarse.
Yo también me equivoqué, sufrí, lloré, reí, sentí que no podía más. Pero si cada error nos trajo hasta acá, brindo hasta por los malos momentos, aunque a veces sigan apareciendo. Hoy ya sé por dónde ir, y cuando no lo sepa voy a buscar nuevos caminos. Mirar al cielo después de caer. Y volver a empezar, las veces que sea necesario. Porque las razones para sonreír son muchas más y más fuertes.
No bajar nunca los brazos. Recordar siempre que luchar por llevar adelante una idea, vale la pena, y que por más tarde que llegue, siempre hay recompensa. Porque sí, más que nunca lo tengo en claro, que "la riqueza de este viaje es el cambio a esta realidad". Y aunque no vea el cambio, la felicidad está en intentarlo.


@Incredulas - 14/03/16

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