viernes, 8 de enero de 2016

Eso que llaman locura

Cada vez es mayor la necesidad de plasmar los sentimientos en un papel para apaciguarlos...Esa búsqueda infinita llena de paz y libertad, pero sí, en el camino tendremos que enfrentar piedras.
Ya me di cuenta de que las explicaciones racionales no me sirven. Ya entendí que las estructuras de este sistema tristemente están hechas para que inconscientemente optemos por sufrir eso que llaman locura, cuando en realidad es un privilegio que quieren obligarnos a no ver.
Un sistema que te dice que creas en Dios y que tengas fe en los milagros, pero ojo, que si sos testigo de alguno o te ven charlando con Dios, independientemente de lo que Dios signifique para vos, o con algún supuesto ángel, probablemente te acusen de locura o esquizofrenia y te internen en algún psiquiátrico, como si, basándonos en los mismos criterios, ir a la Iglesia o confesarte frente a un cura para "liberarte" de los pecados fuera algo muy diferente o un acto de cordura extremo, sin ofender y con todo respeto a quienes lo hacen y creen en eso. Me parece válido creer, lo que vengo a cuestionar son los criterios que definen la supuesta enfermedad. Mi crítica es al sistema que te lleva al miedo a la locura, no a sus peones.
Un sistema que prohíbe las drogas y se jacta de combatirlas, cuando en realidad los principales narcotraficantes son, "casualmente", quienes ocupan cargos estatales, y al mismo tiempo se rehabilita al enfermo con pastillas (que son peores drogas, y se consumen a diario sin tener conciencia de sus efectos secundarios –o mejor dicho primarios-) y con encierro. ¿Será que si la droga es un negocio, entonces es conveniente la enfermedad? ¿Será que al aislar al drogadicto y al estigmatizarlo, se consigue desviar el foco del responsable? Como dijo Galeano, "si una enfermedad se transforma en delito, y ese delito en enfermedad, ¿es justo castigar al enfermo?" ¿No será que, en realidad, el problema no son las drogas, sino el sistema capitalista que induce al consumo? Si por ejemplo, la marihuana, que en algún momento, y hoy en día, en ciertos casos, fue una planta sagrada y curativa, consumida en rituales, útil para el despertar físico y mental, ¿será que el sistema, al prohibirla y convertirla en tabú, la llevó al éxtasis de, primero, consumirla en clandestinidad por la tentativa de corromper, hasta llevar a su uso habitual y muchas veces excesivo, que a la larga genera los efectos contrarios, llevando a esa locura de vivir adormecido entre dos mundos?
Si hay que combatir las drogas, ¿por qué no se combate a Monsanto, la droga más asesina, que infecta los alimentos que día a día consumimos con sus pesticidas, siendo los agroquímicos la principal causa de millones y millones de muertes y enfermedades? ¿Por qué lo hace legalmente y con el consentimiento de los gobiernos? Si se aumenta la producción, pero se infecta su calidad, ¿no será una jugada a favor de la malnutrición, que afecta al desarrollo físico e intelectual? ¿Será una solución de los gobiernos a la inmanejable sobrepoblación?
¿No serán, en realidad, pastillas como el Ibuprofeno o el Rivotril las que enferman y adormecen para ser más funcionales a las necesidades del sistema, más manejables y productivos? ¿No estamos, acaso, en un mundo donde el modo de vida es vivir corriendo a las apuradas, incrementando la ansiedad que muchas veces lleva al consumo de drogas antidepresivas y químicas, tapando el miedo, la angustia y sus causas? ¿Será porque al tratar las causas no existirían las consecuencias, eliminando, de esa forma, el negocio?
¿No es el sistema el que nos lleva a un aislamiento inconsciente al llenarnos de "amigos" en redes sociales, sumergiéndonos en un mundo virtual, rompiendo el contacto con el mundo real? ¿No es el avance de la tecnología, en cierta forma, una puerta de entrada a eso que llaman locura?
¿No será que los psiquiátricos en realidad enferman más al enfermo, llevándolo al aislamiento y a la alienación? ¿No sería más sano entrar en contacto con la naturaleza y con la introspección? ¿No será que lo que es sano para nosotros, no es sano para la supervivencia del sistema? ¿No será, entonces, que eso que llaman locura en realidad es cordura?
No quiero decir con todo esto que las enfermedades no existen, que nunca más hay que tomar una pastilla, ni comer una hamburguesa ni que absolutamente todo lo que vivimos es parte de un plan perverso. Mi intención es simplemente abrir una puerta a las preguntas y al universo de la curiosidad, que, creo yo, es vital para tomar conciencia de nuestras elecciones al momento de vivir, y la puerta de entrada a la locura, pero a la locura sana, que nos permite cuestionar y mirar más allá de lo que nos muestran.


@Incredulas - 08/01/15

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