lunes, 4 de enero de 2016

Escribir por escribir

Hace varios días que no logro escribir algo que me guste en serio. Bueno, en realidad casi nunca me gusta, pero ni siquiera logro escribir algo zafable como para subir o digno de no romperse y terminar arrugado en algún tacho de basura.
No es que no tenga ideas, todo el tiempo en mi cabeza aparece alguna nueva o anda revoloteando alguna pasada, pero no logro sentir la necesidad o el impulso de escribir. No me gusta eso de sentarme a escribir y decir "hoy voy a hablar de tal cosa", no me gusta convertirlo en rutina porque siento que lo arruinaría. Necesito sentir la necesidad de hacerlo y que fluya solo, como ahora. 
Me pasa que tengo mil cosas en la cabeza, pero, así y todo, escribo dos palabras y me dan ganas de tirar todo a la basura. Ahora, al fin, sentí ese impulso que tanto necesitaba, aunque la idea de tirar todo sigue estando, igual o más que antes. Pero voy a escribir porque sí, porque quiero, porque tengo ganas, aunque después relea todo y quiera romperlo. Voy a escribir por escribir, dejar que fluyan las palabras y las ideas solas, sin forzarlas.
"El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo y ese miedo a estar mejor". Estoy tan bien últimamente, me siento tan feliz, tan ordenada en mi desorden, que me doy cuenta que a la primera que soy consciente de eso empiezo a buscar algo, algo que no concuerde tanto, algo que arruine esa felicidad. "La vida sin problemas es matar el tiempo a lo bobo", ¿no? Pero basta, cabeza, pará un poco...También se puede estar bien.
Una vez, mi vieja me dijo que la vida no es tan complicada como dicen, que la complicamos más de lo que es. Y acá está el mejor ejemplo de eso.
Estoy transitando una etapa en la que me estoy dando cuenta de muchas cosas que antes quizás no veía con tanta claridad, y creo estar yendo por el camino correcto. No sé, en realidad no creo que haya un camino correcto, pero me doy cuenta que estoy caminando por una ruta que no me da la chance de dar marcha atrás. Derecho, al fin, sin chance de retroceder. Casi siempre fui (¿soy?) insoportablemente melancólica. Bueno, tampoco tan así, no exageremos. Pero me cuesta, y bastante, despegarme del pasado. Siempre pienso en vivir el momento, pero creo que recién ahora estoy empezando a aplicar eso de verdad. Y me doy cuenta porque en esos momentos que tanto pude extrañar, no era consciente de cómo estaba, no sé si lo disfruté de la misma manera que lo extrañé.
Sí, siempre puede haber algo mejor...pero, ¿qué mejor que disfrutar el presente, y mejorarlo? Seguramente, en unos años, cuando mire para atrás, me ría de cómo me hacía problema por cosas sin tanta importancia. Pero ahora para lo único que quiero mirar para atrás es para no repetir el error de estar mirando tanto el pasado, para no repetir los mismos errores. No quiero volver para atrás porque entendí realmente que no hay nada más lindo que vivir el ahora.
El miedo (que no es miedo, no sé qué es, incertidumbre, quizás) es que ahora no sé qué carajo me espera, no tengo idea cómo van a ser las cosas, pero eso es lo que lo hace mejor todavía. No sé lo que viene, pero sea lo que sea, lo voy a estar esperando. Basta de buscarle el pelo al huevo. Me di cuenta que estoy en un momento que, aunque me caiga varias veces, ya no me voy a quedar tirada esperando que el viento pase. No hay nada tan terrible que me impida levantarme.
Podría dejar que pase la ola y me tire, pasarla por abajo, pero prefiero subirme y surfearla, aunque exista el riesgo de caer...Después de todo, siempre llega la calma, ¿no?
Por lo menos, esta vez logré no romper la hoja.


@Incredulas - 04/01/16

2 comentarios:

  1. Sos una genia.. te juro que cuando leia me veia a mi misma como que yo escribí mi vida NO HAY QUE VOLVER AL ATRAS

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  2. exactamente me pasa lo mismo. tengo un blog y siento que escribo por escribir sobre ciertos temas, y también , me boicoteo la felicidad

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