Sin embargo, acá estás: derramando lágrimas, arrepintiéndote de haber amado, de haber soñado, de haber creído en el amor, de haber confiado en alguien que terminó fallándote.
Por fin el amor se asomaba a tu vida, creyendo que serías especial para ese alguien, como él lo fue para vos...Pero, de una vez por todas, caíste en la realidad de que si se fue, se fue, y que si regresa es como un fantasma: desconocido, invisible, y ya no será lo mismo que antes...
Ya nada va a ser igual, pero aún así, conservás la esperanza de que vuelva, de que te haga creer que todo fue una pesadilla y que todo lo que vivieron en esa pelea fatal, fue un mal sueño.
De todas formas, sabés que no es así y que este dolor insoportable que sentís al respirar junto a esa sensación de opresión en el pecho del lado del corazón, es la muestra inequívoca y la prueba ferviente de que amaste sin medida, que te abriste a alguien que te hirió, que sos real y por esta razón vas a sentir dolor. Es absurdo pensarlo así, ¿no? Pero es lo que pasa verdaderamente.
Ya sólo te queda respirar, secar las lágrimas y continuar en un camino distinto al de esa persona. ¿Suena fácil? Sí. ¿Pero lo es? No. ¿Vas a poder hacerlo? ¡Claro que sí! ¿Va a tomar tiempo y dolerá? Indudablemente, pero pasará...
@Incredulas - 22/11/14
muy bueno
ResponderEliminarque frustrante y magico es el amor que genera mil formas hermosas de expresar la alegria y el dolor..no?
ResponderEliminar