Mis 15

El gran paso para una mujer: el paso de dejar de ser una nena, y pasar a ser una pequeña mujer. Dejar las zapatillas por unos buenos tacos. Dejar el jean para mostrar las piernas. Dejar las muñecas para agarrar el maquillaje.
La fiesta de los quince años, la que muchas chicas esperan con ansias. Ya un año antes estás más ansiosa que tu mamá haciendo la lista de invitados, buscando vestidos, souvenirs, ideas, y demás.
El día en que elegís el salón, tus ojos se iluminan al verlo, ves cada esquina, cada pista, cada mesa y te imaginás el futuro momento.
El día en que por fin decidís qué vestido te vas a hacer, contratás a la modista, y ahí la tortura de la espera.
Ya llega el momento de "la primera prueba de vestido". Vos no lo podés creer, te sentís una princesa, ves qué retoque se puede hacer, qué se puede sacar, qué se puede agregar.
Te volvés más unida con tu mamá, no hay día que no estén hablando de la fiesta, salen juntas a comprar todo para el carnaval, buscan entre las dos souvenirs lindos, originales e ideales para vos. Eligen el pie para las velas. Eligen una torta hermosa especialmente hecha para vos. Le eligen el traje y la corbata a papá, que obviamente suele combinar con el color del vestido.
Ayudás a tu mamá a elegir un vestido que la haga ver más hermosa de lo que es.
Ya está todo por la mitad, tenés la mitad de las cosas, siempre algo va a faltar...Y todavía quedan meses para la gran fiesta. 
El día para armar el book de fotos, te sentís una súper modelo eligiendo ropa, posando, y viendo cuál sería la ideal para tu mural. Elegís las que van a ir en el book de firmas y te aguantás las ganas de subirlas a facebook. 
Llegó el momento de las tarjetas: te volvés loca tratando de conseguir unas que nunca se hayan hecho, unas que digan "esta es mi fiesta"...Y por fin la encontrás. 
El tiempo pasa, ya tenés las tarjetas en tu poder y ya falta un mes para la fiesta. Ya tenés absolutamente todo en tu casa.
Llegó el momento de ir al colegio y empezar a repartir las invitaciones. Todos emocionados cuando las reciben diciéndote que son hermosas y que no pueden esperar a que sea tu fiesta. 
Obviamente no todo es color de rosa, vamos a adherir que siempre hay algún problema entre todo esto, siempre algún souvenir que se rompe, alguna vela que te falta escribir por falta de inspiración, algún invitado que te cancela y tenés que buscar un reemplazo, algún video que hiciste que no quedó como esperabas, que engordaste un poco y el corsét no te entra así que tenés que morirte de hambre por un par de días, etcétera.
Llegó el día de tu cumpleaños, te levantás hecha una princesa con una sonrisa de oreja a oreja, tus papás te despiertan con un desayuno hermoso en la cama, te regalan un peluche o ramo de flores y chocolates y vos no podés creer que tu día llegó. Tus amigas te ven, se abrazan, gritan, lloran y llegó el momento sucio...La malteada. No sabés lo que es, hasta que sentís cómo te rompen un huevo en la cabeza y sentís ese "¡crack!" doloroso pero a la vez divertido. Tenés harina hasta en la bombacha, yerba adentro del corpiño, barro, huevos,  y esa denominada "mezcla" que debe tener de todo menos cosas lindas. No hace falta aclarar que tiene un olor vomitivo. En algunos casos te meten adentro del tacho de basura, lo cual es desagradable. Te tiran a la sanja, los autos tocando bocina, la vecina molesta porque le ensuciamos la vereda...Perdón, señora, pero esto se vive una vez, ¡y su casa fue cercana al ataque!. Bueno, ya no hay más cosas para tirar, ¡así que van a comprar más!. Cuando ya no hay más plata, se termina la joda, nadie te quiere saludar, vos corriendo a abrazarlos para vengarte, se sacan fotos todos distantes a vos, pero no importa, la estás pasando genial. 
Llegás a tu casa (como podés), te das una ducha de dos horas reloj, para poder sacarte todo lo que tenés en el cuerpo y en el pelo. 
Llegó la noche, la gran noche. 
Ya estás relajada porque pudiste dormir una pequeña siesta pese a las visitas que tuviste a lo largo de la tarde. Y ya es de noche, ya mamá se puso el vestido y se fue para el salón. Vos estás con tu papá preparándote, y él no puede creer lo hermosa que te ves con tu vestido, te abraza y empiezan a emocionarse. Llega el momento de ir a la sesión de fotos pre fiesta donde vos y tu papá son los reyes de la noche, donde es un momento único con él. Y llegó el momento: ya tenés que volverte para el salón, llegó la hora de tu entrada.
Estás en la puerta, escuchás la música sonar, ves las sombras de las personas moverse de un lado a otro, chusmeando las cosas, viendo las fotos, acomodarse en las mesas que les corresponde. Y ahí es cuando todo se apaga, donde todo se vuelve oscuro y sólo hay un reflector que alumbra la puerta de entrada, nadie sabe que vos ya estás atrás. El DJ avisa que todos hagan una ronda y se preparen. Suena una canción la cual todos creen que es la de entrada, pero no. Al instante se cambia y se pone la de tu gloriosa entrada, y ahí es cuando dos mozos te abren la puerta y estás vos del brazo con tu papá y todos empiezan a aplaudir y a sacar fotos. Se te llenan los ojos de lágrimas y se te pone la piel de gallina (como me está pasando ahora al escribir esto) y hacés tu gran entrada, tu mamá llorándose un río, es a la primera que abrazás y ahí comienza la noche, ahí te dieron la entrada, ahí comenzó la aventura...Te vienen a saludar todos y comienza la fiesta. Tu gran fiesta, inolvidable, llena de emociones, llena de alegrías, llena de risas y llantos. Llena de amor. ¡Tus 15 años!

@Incredulas - 01/14/13