lunes, 24 de octubre de 2016

Mujeres fuertes

Vivimos en una época en donde la mujeres dejaron de ser sumisas y resignadas. Ya no son el sexo débil, sino todo lo contrario, son aguerridas, valientes y fuertes. Ahora son mujeres que ya no quieren ni están dispuestas a permitir abusos, maltratos y faltas de respeto. Ahora son mujeres intensas que representan un verdadero reto para los hombres, porque anteponen ciertos aspectos de su vida como prioridad.
Sí, se necesita mucho valor, perseverancia y cariño para amar a una mujer fuerte y con carácter, y no es que lleven a cuesta un escudo o espadas para defenderse, porque no son mujeres rencorosas y vengativas que vienen luchando, desquitándose y haciendo daño a quien se pone de frente. Hablo de otro tipo de fortaleza que viene de un estado más profundo de madurez: la de haber sufrido grandes caídas y grandes desengaños. Para levantarse, curar las heridas, continuar y no volver a caer en el mismo error, se necesita inteligencia y mucho amor propio.
Ahora son mujeres con historia, difíciles de comprender, porque son esas historias las que las hicieron fuertes y con carácter, porque es a base de golpes que aprendieron a amarse y valorarse, a defender sus valores y principios y, sobre todo, aprendieron a no basar nuestra confianza y autoestima en la aprobación de los demás, porque saben que la vida la crean ellas mismas con elecciones, correctas o no. Pero eso sí, siempre dispuestas a aceptar nuestros errores y redimirlos, a crecer y evolucionar.
Es cierto que muchas veces parecen mujeres frías, que no muestran fragilidad, a las que es difícil sorprender, pero en realidad, son muy frágiles, es sólo que saben controlar esas emociones, las conocen a la perfección y las identifican de manera muy inteligente, pero las reservan para ellas mismas. Saben hacer introspección y detectar el mensaje de esas emociones, pero también saben mantener la cabeza fría cuando es necesario.
Para amar a una mujer fuerte y de carácter, se necesita mucho valor porque es una mujer que quizá tampoco sabe lo que quiere, pero al menos sabe lo que no quiere en su vida. Es segura de sí misma y siempre se da su lugar, porque para ella su vida y sus intereses son prioridad. Y no, no confundas, no es egoísmo ni soberbia, es sólo que está tan orgullosa de lo que es y tan satisfecha con su vida, que no se permite ponerse en manos de otras personas.
Se necesita mucho valor para amar a una mujer fuerte y de carácter porque son luchadoras, competidoras y conquistadoras, y comprenden perfectamente los riesgos de la vida, saben que ser feliz es atravesar límites, abrir la mente a lo diferente, romper prejuicios y creencias a las que la han atado la sociedad. Saben que la vida es una gran aventura y, como tal, merece ser vivida con intensidad.
Si querés amar a una mujer fuerte y con carácter, tenés que tener mucho valor, porque con ellas es diferente, con ellas se crece, se combate, ya que nunca se rinden, ya sea que pierdan o que ganen. Para ellas no hay nada más emocionante que desbordar tus límites y provocar constantemente tu fuerza.
Para amar a una mujer así, necesitás ser valiente, porque regularmente vienen cargadas de pasado, con el corazón un poco rasguñado, algunos fantasmas silenciosos y cicatrices que son su principal testimonio de vida, y tendrías que aceptar, no temer, reprochar ni dudar de su pasado.
No es fácil amar a una mujer fuerte, porque ellas ya no se conforman con relaciones pasajeras. Esperan compromiso y honestidad porque están más que dispuestas a devolverlo con la misma pasión que aplican a cualquier otro aspecto de su vida. Y son tan leales que no habrá nadie más digno de tu confianza que una mujer así. Si ella decide que te quiere en su vida, te lo da todo, hasta su alma.
Amar a una mujer fuerte y de carácter es todo una aventura, pero si no tenés el valor, no la retes, no la provoques, porque al final sólo te quedará el arrepentimiento de no haber sabido estar a su altura.

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