miércoles, 12 de octubre de 2016

Cuenta la leyenda...

Cuenta la leyenda que nuestro amor era fuerte como una roca
Nuestro amor fue diferente a cualquiera que hubiera escuchado antes. Nosotros éramos genuinos y no nos dejábamos guiar por lo que dijeran los demás. Eramos buenos amándonos, sabíamos que nos teníamos el uno al otro y que nadie iba a poder terminar lo que habíamos creado los dos. Sabíamos que nadie iba a derrumbar ese mundo que habíamos construido porque era sólo nuestro, sólo nosotros teníamos la llave y sólo nosotros podíamos entrar.
Los demás sabían que este amor de cuento permanecería y que jamás iba a terminar. Todos podían ver cómo nuestras miradas decían todo, cómo nuestras manos se entrelazaban con tanta fuerza que parecían ser una sola. Vos llenabas mis días y no era cansador estar juntos desde el amanecer hasta el atardecer porque disfrutaba el tiempo juntos, disfrutaba cada momento deseando que pudiéramos detener el tiempo y poder amarnos por siempre.
Nuestro cuento era contado una y otra vez, era ejemplo de que dos personas pueden llegar a amarse con sus virtudes y con sus defectos, era ejemplo de que el amor existe y que sólo es cuestión de trabajar en él. Ellos podían ver nuestra felicidad, podían ver cómo cada día que pasábamos juntos era un día que se escribía en el libro de nuestras vidas. Como todo libro, sólo nosotros entendíamos partes de nuestra vida que nadie jamás entendería, nadie lo haría porque nosotros éramos los autores del mejor libro de amor dónde yo era la princesa y vos eras el príncipe que me rescataba y me llevaba a mundos desconocidos dónde sólo nosotros existíamos. Nos perdimos tantas veces dentro de nuestras fantasías y promesas que no podíamos diferenciar cuál era la realidad.
No pensé jamás el encontrar a una persona que fuera mi otra mitad, que pudiera complementarme a la perfección. Sabía que habíamos sido creados para estar juntos, para complementarnos y hacernos uno.
Todo fue cambiando, cada día el amor se perdía y pudimos darnos cuenta cuando ya era demasiado tarde. Los de nuestro alrededor podían darse cuenta porque ya no me abrazabas de la misma manera y porque el brillo de nuestros ojos ya no era el mismo. Era divertido compartir mi vida con vos y ahora es raro no tenerte cerca, es raro no poder tocarte, no poder besarte, ni siquiera poder hablar. Sos y siempre vas a ser el amor de mi vida y la persona que dejó huellas dentro de mí y que siempre va a estar presente en mis recuerdos.
Lamentablemente en todo cuento existe un final y nuestro final llegó. Las personas cambian, las personas se transforman de la nada y a veces esa transformación llega sin previo aviso. Al final nuestro amor se convirtió en leyenda porque aún es una historia que se puede contar porque existió, pero ahora no son más que recuerdos, ahora no somos más que imágenes en las mentes que llegaron a vernos y ser partícipes de esta fantasía, de este amor que parecía que no terminaría.
Cuenta la leyenda que alguna vez fuimos felices juntos y, como toda leyenda, llegó a su fin.

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