lunes, 10 de octubre de 2016

Cómo deberías sentirte

Soy hermosa.
Soy linda.
Soy bella. 
Soy una mujer plena.
Soy inteligente.
Soy energía. 
Soy una reina en mi casa, en la calle y en todas partes.
No hay nada en el mundo que se me compare. Me di cuenta últimamente cómo la gente me mira cuando salgo, cómo los hombres me piropean y hasta se les tuerce la mirada por apreciar mi figura.
Soy mujer, soy perfecta aún reconociendo mis defectos, y estas palabras van dedicadas a mí, a mí que tanto las necesito, a mí que por tanto tiempo me dediqué a rebajarme, a lesionar mi autoestima con palabras hirientes, a mí que nunca me creí una persona digna de ser amada, ni de ser admirada ni de ser apreciada por sus seres queridos. Pasé mucho tiempo desperdiciado diciéndome que no valía nada y esos eran tiempos difíciles en los que las decepciones se acumulaban en mi historia y todas ellas me hicieron creer que yo era un cero a la izquierda. 
Lo peor que puede hacer una mujer deprimida es creer que para salir del hoyo en el que se encuentra necesita de un hombre, un héroe que la rescate, un Superman que llegue y la lleve a volar muy alto para olvidar sus penas, sus decepciones y sus equivocaciones. Y en ese error yo caí. Por mucho tiempo dependí de un hombre y mi autoestima dependía de que él me dijera que yo era el amor de su vida, de que me reafirmara mi autoconfianza diciéndome que yo era linda, que era inteligente, que valía la pena como mujer...Hasta que él me abandonó, y entonces se imaginarán el dolor y la decepción tan grande que me llevé. Mi amor propio se fue por los suelos y mi sufrimiento parecía no tener fin.
Pero un buen día recapacité y me dije: ¡Basta! ¡Basta de ser una muñeca de trapo con la que los sentimientos juegan como quieren! ¡Es hora de superarme a mí misma! ¡Tengo que vencer mis miedos y recuperar el control! Y así lo hice. Poco a poco fui trabajando en mi autoestima, yo sola, simplemente dándome cuenta lo valiosa que soy y el montón de cosas buenas que tengo. Nadie puede decirme quién soy.
Y ahora acá estoy, con este mágico resplandor que me ilumina a donde quiera que voy. Me siento creadora, creadora de amor y de belleza. Armoniosa me siento de los pies a la cabeza, y no, no es arrogancia, es simplemente amor propio, y todas las mujeres deberíamos sentirnos hermosas, así como yo me siento.
Te invito, mujer, a amarte a vos misma, a sentirte bella, preciosa, inteligente y única...como realmente sos.

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