viernes, 14 de octubre de 2016

Este es mi renacer

Ya pasó un tiempo desde que decidí abrir los ojos y cerrar la puerta (y no hay día que no te extrañe). 
A veces me gustaría encontrar un lugar en mi mente donde puedas quedarte, pero creo que hay cosas que es mejor arrancarlas de raíz, aunque a veces queden secuelas. Y aunque no lo quise así, seguí callándome cosas que me hubiera gustado que sepas, no por orgullo, porque siendo así, siempre lo dejé un poco de lado por vos. Tampoco fue por vergüenza...No te confundas, mi amor. Siempre fui de frente en la vida, con los sentimientos y con lo que soy. Y vos ya lo sabías de sobra...No fue nada de eso, la verdadera razón fue para protegerme esta vez. 
Si hay algo que me enseñaste fue a no confiar en todo el mundo, que muchos se esconden atrás de una careta y ponen una diferente para cada persona. ¿Lo irónico? Vos eras una de ellas.
Me rompí la cabeza tratando de arreglar la tuya, quería que seas feliz, que salgas de todo lo que te hacía mal. Y supongo que eso es el amor, aunque lo que nadie me explicó es que a veces sentís tanto amor por alguien que empezás a darle hasta tu amor propio. Y ese fue el problema: te quise más que a mí.
Quiero explicarte también que haberte dejado una parte de mí no significa que me arrepienta de haber dejado de ser quien era. Y quiero agradecértelo.
Hoy no soy la misma que ayer, y con muchas cicatrices puedo afirmar que las caídas te hacen más sabio, y levantarte de ellas te hace más fuerte
Encontré una parte de mí que pensé que no existía. Creí que no podía vivir sin vos y la realidad fue que no sólo comprobé que eso no es verdad, sino que irme fue la mejor decisión que pude tomar.
Te agradezco los buenos momentos en los que me hiciste feliz, y los malos, porque entendí cómo salir de ellos, y darme cuenta que la felicidad a veces no depende de la persona que tengas al lado sino de las ganas que tengas de ser feliz.

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