jueves, 30 de marzo de 2017

Vida enredada

Muchas veces dije que hay que vivir el presente sin pensar en el pasado ni en el futuro, pero últimamente me doy cuenta que no es tan fácil como imaginaba. 
Es difícil no maquinear con la famosa frase "no te arrepientas de lo que hiciste porque si tomaste esa decisión es porque en ese momento era lo que querías", cuando lo único que querés hacer es poder cambiar eso que no te deja dormir en paz.
A veces me pongo a pensar qué difícil es la vida. Ojalá fuera más fácil, que lo que querés pase así, tal cual, ¿tanto cuesta? Y después busco bien en el fondo la respuesta y me doy cuenta que si la vida no fuera así, sería todo muy aburrido. 
Imagínense tener todo lo que uno quiere, no cometer errores, no equivocarte ni arrepentirte, no chocarte contra una pared, darte cuenta que lo que hacías estaba mal y aprender de eso...Y entonces, es ahí, cuando me doy cuenta que hay que vivir. El destino, Dios o como quieras llamarlo, va a saber qué hacer con nosotros, hay que aprender que si pasó fue por algo. No digo que sea fácil, porque justamente no lo es, es más, ni lo pude implementar todavía pero con intentarlo no perdemos nada, ¿no? A esto yo lo llamo vida, sino no sé qué seria.

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