jueves, 5 de junio de 2014

Apurados

"Más vale tarde que nunca", dicen. Y probablemente sea cierto, por lo menos para los que no consideran al tiempo como un enemigo. Porque el tiempo no es enemigo de nadie. Él simplemente existe, transcurre y nada más. El tiempo no obliga a nadie a enamorarse. No exige resultados inmediatos. No te pide que llegues a fin de mes. No pretende que tus curvas sean perfectas. Le chupa un huevo el asuntito ese de "clavar el visto" y tantas otras tonterías archisabidas...
El tiempo no es enemigo de nadie. Si hablamos de enemigos, el único enemigo al que hay que cargarse lo más rápido posible, sin temores ni vacilaciones, es al miedo. Después, con lo demás, tranqui...Y si todavía te ronda por la cabeza el concepto del tiempo, y no podés dormir pensando en él, y más de una vez te gustaría tener el poder de girar las agujas al revés del sentido que siguen las del reloj, yo diría que lo pienses dos veces. El reloj de muñeca o el de bolsillo (sobre todo ese que vibra y hace lucecitas), aprisiona y paraliza. Se mira para adelante, nunca para atrás. Lo que sí hay que agradecer y no olvidarse jamás, si tenés ganas de aplicarle alguna utilidad al tiempo, porque de lo contrario podrías volverte loco intentando averiguar por qué existe y tiene tanto peso en tu vida, es que éste cura heridas. Y si tenés alguna duda, esperá, que el tiempo te lo va a hacer saber.


@Incredulas - 05/06/14

No hay comentarios:

Publicar un comentario