Te veo en las noches, buscás mi cuerpo que se arquea apenas rozás tus dedos sobre él. Todavía estoy ebria. Me abrazás con tu fuerza y vuelvo a la realidad
Tus besos, mis jadeos y una felicidad inmensa.
Me desvestís lentamente mientras te miro asombrada, no hablamos, sabés que tus caricias me llevan a otro mundo.
Me besás y seguís acariciando mi cuerpo, aquel que yo odio y vos tanto amás.
Tenés ese extraño y maldito poder de hacerme sentir en el cielo o en el infierno más absoluto, en el placer culminante o en un total vacío de sentimientos; es que me generás tantas cosas que no diferencio tu amor de mi locura.
Tus "te amo" sorpresivos me sacuden el alma de manera descomunal. Y en medio de todo eso, te amo hasta el cansancio.
Quiero verte día a día, besar tus labios y acomodarte el cuello de la camisa que llevás esa mañana a trabajar. Quisiera recibir cada día al hombre deshecho que vuelve del laburo fatigado, y verlo renacer en otro hombre al besarme.
Somos dos seres tan diferentes que encajamos. Somos la claridad y las tinieblas. La armonía y la discordia. Y aun así, te quiero conmigo.
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