lunes, 12 de diciembre de 2016

El día que vuelvas

Te amé como te amé y lo sabés, pero no vas a tener este beneficio de por vida, porque cuando un amor no se cuida, se acaba. El amor se debe estar regenerando constantemente o las cosas pueden no funcionar. Qué curioso que, al final de todo, eso fue lo que nos pasó.
Nos quisimos demasiado y ese sentimiento nos hizo creernos inmunes a cualquier decepción. Pero cada vez que te ibas pidiéndome un tiempo, para mí era un espacio que se creaba entre nosotros, uno que no se rellenaba con tu regreso.
Cada vez que decidías volver, volvías muy cambiado, decías sentirte mejor y más listo para seguir estando conmigo, pero hoy me doy el lujo de la duda, porque en realidad nunca supe a dónde vas ni lo que hacés cuando no estás y esa incertidumbre me pesa, esa la razón de estas palabras.
El día que vuelvas, pensalo bien porque existe un límite en mi paciencia y estás por encontrarlo. Nuestra relación no es un juego para que puedas poner una pausa cada que te de ganas.
El día que vuelvas, que no te sorprenda mi frialdad porque no puedo amar intensamente a quien no está. A mí no me parece que te vayas y te des esos tiempos, porque tampoco tengo la certeza de que te vas como un soltero a hacer la tuya, regalándole tus encantos a otra chica.
El día que vuelvas, la verdad que yo ya no estaré. Ya me cansé, siempre te estuve diciendo las cosas y nunca te importó. Cuando en verdad se ama, no hace falta el distanciamiento, yo no soy de las que creen que la separación refuerza una relación.
Cuando se sabe respetar acuerdos y estar en comunicación, no es necesario irse y valorar lo que se pierde por un momento. Amame acá y ahora, sin necesidad de pretextos. Y si no lo hacés, sencillamente es porque no podés o no querés. 
No nos hagamos perder el tiempo...para el día que decidas regresar, yo ya no voy a estar.

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